«Ha habido cosas diferentes entre ambos países, quizás lo que más me ha llamado la atención ha sido que, a la hora de pasear, sí podíamos salir dos personas o el núcleo familiar: padres e hijos. Y, por supuesto, los niños han podido salir, a diferencia de España». Así comienza a relatar María Mercedes Candela cómo se ha vivido la situación generada por el covid-19 en Bélgica, país en el que esta abogada lleva residiendo más de 25 años.
En la nación que congrega la mayor parte de las instituciones europeas, la mascarilla no es obligatoria (solo en los transportes públicos) pero sí recomendable, sobre todo cuando no se puede respetar el distanciamiento de seguridad, estipulado en 1,5 metros.
El teletrabajo fue la tónica dominante en la mayoría de empresas, «pero el contacto con el exterior, como por ejemplo, pasear por zonas verdes y espacios públicos nunca se prohibió», recalca. Al igual que tampoco se llegaron a tener aglomeraciones en los supermercados, «la comunicación y la respuesta de los ciudadanos fue ejemplar».
En este país los mayores brotes y muertes por coronavirus se han detectado especialmente en los ancianos de más de 80 años que se encontraban en las residencias. Esto tiene una explicación cultural, «la estructura familiar es diferente a España, aquí es más nuclear y las personas mayores cuando no se pueden valer, suelen irse a una residencia». Con el desconocimiento inicial y, al no estar estas tan preparadas como los hospitales, los contagios fueron masivos, «el gran fallo del sistema al no saber identificar la población más vulnerable al covid-19. Al tomar medidas de aislamiento, el número de casos descendió», señala Candela.
Según su opinión, el fallo generalizado ha sido la falta de mascarillas y tests para prevenir y detectar la enfermedad, «ahora comenzamos a tener mascarillas pero no PCR, algo que debe cambiar. En estos dos meses se debería de haber invertido para que laboratorios y empresas realicen test. Deberíamos de tomar como ejemplo a Alemania y Austria, donde sí han controlado los positivos mediante pruebas», enfatiza. Si algo destaca María Mercedes, a diferencia de España, es la transparencia del gobierno, «aquí no hay estado de alarma, hay un comité de expertos donde están los ministros, los presidentes de todas las fuerzas políticas y técnicos especialistas que analizan la situación y emiten un informe cada 15 días». De ellos, se conoce su identidad, en España «por lo que he podido leer no». Ella lo define como «un comité pluripartidista que representa a la sociedad».
Fases y fechas
La desescalada comenzó con fases y una programación de la misma con 3 fechas: el 11,18 de mayo y el 8 de junio. En la primera, se restablecieron los transportes públicos y los trabajos en empresas que no podían teletrabajar, al igual que algunos comercios, siempre con mascarilla, guardando la distancia de seguridad y con aforo limitado.
Con la segunda fase, que comenzó el pasado 18 de mayo, se abrieron los colegios priorizando en los cursos que cambian de ciclo, diviendo los grupos en turnos y días. En este periodo también pueden desplazarse a una vivienda secundaria. En la tercera fase, cuando se reanuden los vuelos, vendrá a Alicante a visitar a sus familares.
