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Las asesorías denuncian la falta de apoyo y el cierre de la administración con los ERTE

La plataforma digital SEPE presenta errores y retrasos en la actualización de datos. Los gestores han tenido que realizar jornadas maratonianas de lunes a domingo para superar el aumento de trabajo y la multitud de trabas que han encontrado

Una asesoría de Alicante en pleno trabajo en sus oficinas. jose navarro

La crisis del coronavirus ha desbordado de trabajo a las asesorías. La avalancha de empresas que han decidido presentar un ERTE-25.621 en la provincia de Alicante que afectan a 129.494 trabajadores-, la coincidencia con las declaraciones trimestrales de IVA, IRPF y pagos a cuenta del Impuestos de Sociedades, además de las declaraciones de renta han saturado los despachos, provocando que algunos hayan tenido que realizar jornadas maratonianas de lunes a domingo para intentar cumplir los requisitos en tiempo y forma.

Junto a todo ello, denuncian que han tenido que soportar los numerosos errores y retrasos que se han encontrado a la hora de comprobar los datos de los trabajadores en la plataforma digital del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), además los inconvenientes del cierre o la no asistencia presencial de los empleados de la Consellería, SEPE o la Tesorería de la Seguridad Social.

Una situación que, según los gestores, les ha dejado en un desamparo total y que, al mismo tiempo, han tenido que sufrir las exigencias de la empresas para resolver sus problemas, de los trabajadores para que les tramiten su paro y de los autónomos para gestionar las ayudas que ha ido anunciando el Gobierno.

Cada vez que se anunciaba una medida provocaba una montaña de trabajo y una carga extraordinaria para las asesorías que, a su vez, han tenido que aguantar la presión de la gente que no cobraba y que les exigía poder hacerlo porque necesitaban dinero para comer.

Los asesores aseguran que han intentando afrontar el aluvión de trabajo con la máxima responsabilidad y profesionalidad, a pesar de que las normas y los criterios de interpretación cambiaban de un día para otro, al igual que los retrasos en su publicación, la inseguridad jurídica o el mal funcionamiento de las plataformas electrónicas. Además consideran inexplicable que la administración haya permanecido cerrada en una situación de emergencia sanitaria y económica tan grave.

Incluso afirman que han tenido que realizar muchas veces el trabajo que le correspondían a los funcionarios. A pesar de ello, han tratado de resolver todas estas situaciones de la mejor manera posible, a fuerza de trabajo, dedicación y responsabilidad.

Luis Chinchilla, presidente de la Asociación de Asesores Fiscales de la Comunidad Valenciana, señala que «toda esta crisis ha trastocado nuestra forma de trabajar. Han cambiado las periodicidades y hay despachos multifuncionales que se han tenido que dedicar exclusivamente a los temas laborales. Prácticamente todos los trabajadores se han visto obligado a centrarse exclusivamente en estos asuntos. Si ya teníamos mucha carga, hemos visto como se ha multiplicado, teniendo que trabajar todos los días de lunes a domingo. En los últimos 50 días hemos tenido que adelantar los cambios tecnológicos y forma de presentar documentación que habían previsto para los próximos cinco años. Algunos han podido trabajar en los despachos, pero otros lo han hecho desde casa y dando gracias que les funcionara el control remoto», explica el dirigente.

Sorteando obstáculos

El presidente de los asesores fiscales valencianos lamenta los obstáculos que han tenido que ir sorteando sin ayuda de la administración y de los funcionarios del Estado, que se encontraban en sus casas debido al Estado de Alarma. «Casi nadie que te coge el teléfono y, si tienes suerte de que alguien lo coja, nadie sabe interpretar las nuevas normativas. Se han ido anunciando aplazamientos y decretos que cambiaban todo lo que había previsto una semana antes. Teníamos que estar pendientes de los anuncios del BOE, que unas veces salían a las 12 de la noche y otros a las siete de la mañana. Somos lo primeros que tenemos que atender los cambios y hemos tenido que ser nosotros mismos, con nuestra experiencia o sabiduría, los que hemos sacado adelante los ERTE».

Luis Chinchilla indica que «ha habido que mirarlos uno por uno. Lo normal es que hubiéramos tenido alguien de la administración que nos ayudara a interpretar la normativa y a hacer nuestro trabajo, porque no paraban de llamar los trabajadores a ver qué hacían. La burocracia ha fallado en el 90% y nosotros estábamos en la obligación de salvar el pellejo de nuestros empresarios, trabajadores y autónomos».

«Todo eso ha provocado que, de golpe y porrazo, tuviéramos una carga de trabajo impresionante. La gente ha terminado estresada y algunos asesores me comentaban que han tenido que tomar vitaminas y tranquilizantes para poder llevar la situación», asegura.

Coincidencia con otros tributos

Además, toda esta crisis ha coincidido con las declaraciones trimestrales de IVA, IRPF, pagos a cuenta del Impuesto de Sociedades y el cierre de la contabilidad de las empresas del año anterior, incluso con la apertura de la campaña de la declaración de la renta. «Teníamos hasta el 15 de abril para domiciliar los pagos de los impuestos y aunque luego los aplazaron hasta el 20 de mayo no nos comunicaron el cambio hasta el último día cuando ya, prácticamente, todo el trabajo estaba hecho. Ha sido una locura de calendario. Por los menos con las rentas, nuestro colectivo no suele empezar hasta el 30 de mayo porque primero nos dedicamos a cerrar los libros contables y entre mayo y julio es cuando las asesorías se dedican a las rentas, aunque también hay clientes que piden que se les hagan antes, pero este año, con todo este lío, es materialmente imposible, comenta .

Otro de los caballos de batalla que se están encontrando los asesores durante los últimos días es la salida de algunas empresas y de algunos trabajadores de los ERTE. «El último Real Decreto, el 18, no lo entiende nadie. Algunos bares y restaurantes nos preguntan qué hacen porque hay dudas sobre si le quitan las ayudas que ya tenían en todos los trabajadores en caso de sacar a alguno. O si no sacan a todos si tienen que seguir pagando las cotizaciones de la Seguridad Social del resto. Ademas, como la Comunidad Valenciana pasó a la fase 1 una semana más tarde, algunos que tenían todo preparado para sacar a la gente del ERTE, hicieron más caso a la televisión porque no se disponía de información el BOE, que salía el mismo día o una horas antes. Ha habido empresas que han salido del ERTE pensando que podían hacerlo porque ya iba a abrir y luego han tenido que volver. Ha sido un atasco», lamenta Luis Chinchilla.

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