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Más sexo pero menos reproducción durante la cuarentena en Alicante

Suben las ventas de preservativos, anticonceptivos y medicamentos para la impotencia mientras caen las de tratamientos de fertilidad más de un 10% en abril. Los tests de embarazo aumentan un 7,7%

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Si finalmente hay baby boom como se decía en broma al principio del confinamiento, no parece que vaya a ser planificado. Los datos de venta en farmacia de productos vinculados a las relaciones sexuales sugieren que la población ha apostado más por el sexo recreativo que por el que también busca la reproducción. Así, durante el mes de abril y en comparación con el mismo mes del año anterior, los farmacéuticos alicantinos han vendido un 2,6% más de preservativos, un 1,4% de medicamentos para la disfunción eréctil y un 1,5% más de anticonceptivos hormonales. Por otro lado, la venta de tratamientos para la estimulación del ciclo ovárico, basados en hormonas gonadotropinas, ha bajado un 12%. Asimismo, los tests de ovulación para calcular el momento óptimo de la fecundación han caído más de un 15%, según datos facilitada por la consultora especializada IQVIA.

Aunque entre la declaración del decreto de alarma y el cierre de esta estadística apenas han transcurrido siete semanas, y por tanto hay margen para el retraso natural del periodo, la venta de tests de embarazo ha aumentado un 7,7% en la provincia. En este sentido, el vocal de Titulares de Oficina de Farmacia del Colegio de Farmacéuticos de Alicante, Iván Qart, señala que la prueba más vendida en la lista de IQVIA, Clearblue, es conocida por “detectar la hormona que indica el embarazo seis días antes de la ausencia del periodo”. Las farmacias han entregado 36.787 unidades en abril.

El de los alicantinos es un comportamiento distinto al registrado en el resto del país, ya que en la suma de España baja la venta de todos los productos farmacéuticos para la actividad sexual, la anticoncepción y la fertilidad.

La terapeuta de pareja y coordinadora del grupo de trabajo de Sexología del Colegio Oficial de Psicólogos, Iracy Llinares, considera que el consumo de fármacos para rendimiento sexual en hombres y anticonceptivos en mujeres “reflejan la actividad sexual habitual de cada persona”, por lo que “si tú eres activa sexualmente no vas a dejar de tomar la píldora durante unas semanas, porque es una decisión a largo plazo”. Sobre la venta de preservativos, mayoritaria en jóvenes, cree que podría reflejar más frecuencia del sexo entre personas que comparten domicilio, aunque cree que “también habría que preguntarse si la gente ha respetado realmente el confinamiento”.

“Que en la provincia de Alicante aumente el porcentaje de ventas, puede o no significar que existe un mayor número de relaciones sexuales, pero lo que es seguro es que las personas que practican sexo quieren evitar los embarazos y deciden practicar las relaciones de forma más segura”, explica por su parte Diana Jareño, investigadora en el Departamento de Sociología I de la Facultad de Ciencias Económicas de la UA.

Otra categoría que no se recoge en estos datos y que “está experimentando un boom” según Qart son los juguetes sexuales. “Parece que el Satisfyer, que se vende en farmacias, ha abierto las puertas a una mayor demanda de estos productos. No sólo por disfrutar del sexo, sino porque la salud sexual es beneficiosa para muchas patologías, especialmente en mujeres mayores”, sostiene el técnico del Colegio.

¿Otra caída de la natalidad?

Qart considera que la menor venta de gonadotropinas y tests de ovulación está directamente relacionada con el cierre de centros sanitarios, que ha podido impedir el inicio de algunos ciclos de fertilidad y la continuidad de otros. Llinares, por su parte, opina que esta causa explica sólo una parte del descenso, ya que “la telemedicina permite hacer seguimiento” de las pacientes. “Creo que parte de esa cifra tiene que ver con que no han encontrado suficiente motivación para continuar con el tratamiento, bien por la incertidumbre sanitaria y el miedo al contagio o bien por la trascendencia de esta decisión en un momento en el que puedes haberte quedado sin trabajo”, explica la sexóloga.

Si la tendencia que sugiere la caída de tratamientos para la fertilidad se mantiene, España y la provincia incidirían aún más en la caída de la natalidad que se agudizó en la anterior crisis. Jareño, especializada en demografía, opina que “a nivel demográfico, los cambios en España se llevan produciendo desde hace décadas”, por lo que “el descenso de la fecundidad en nuestro país llega con retraso si lo comparamos con el de nuestros países vecinos, pero con una gran celeridad”. “Tanto es así que España se encuentra entre las primeras posiciones en las listas de países con las tasas de natalidad más bajas del mundo”, escribe en un correo la socióloga de la UA.

A la luz de esta estadística, considera que la menor venta de fármacos ligados a la fertilidad “está relacionada con el riesgo y las elecciones personales”, ya que “no sabemos cuándo tendremos controlado el virus”. La lógica de que una pandemia sin fecha de fin no es un buen momento para tener hijos respalda los números. “En un contexto de incertidumbre sanitaria, donde los servicios médicos están saturados, limitados a cuestiones/tratamientos de urgencia, etc., la población no quiere iniciar un proceso tan importante como son los nueve meses de embarazo más el momento del parto en condiciones sanitarias de incertidumbre”, apunta Jareño.

Sin embargo, para la doctora en Sociología, la crisis de la covid-19 supondrá un punto y seguido en esa normalidad familiar española que se construye desde hace mucho antes de la Gran Recesión de 2008. “Esta crisis pasará, y al igual que volverán los abrazos, volverá el deseo de convertirse en padres y madres, volverán las ganas de aumentar la familia, volveremos a la ‘normalidad’, y en materia de familia no necesariamente a una ‘nueva normalidad’, señala en su escrito. “El control de la pandemia y el restablecimiento de las condiciones sanitarias nos llevarán a eliminar los miedos y la planificación de nuestras biografías justo en el punto que los dejamos antes del confinamiento", concluye.

Sobre la idea de "crisis demográfica" asociada al menor nacimiento de niños, Jareño indica que algunos expertos prefieren hablar de "cambio demográfico". "La sociedad española está 'despenalizando socialmente' cada vez más la 'infecundidad voluntaria' y cada vez se tolera más que una mujer, un hombre, una pareja, puedan disfrutar de una vida plena sin la necesidad de tener hijos", reflexiona. Por ello, la familia ha perdido valor funcional para la sociedad y ganado sentido como elección personal. "Los nacimientos son fruto de la elección, pasando de tener un valor económico a una significación afectiva. La familia ya no es solamente una comunidad de necesidades, sino que se ha convertido en un tipo de relaciones electivas para los miembros que la componen, aunque desde una visión global adquiera otras connotaciones", matiza la demógrafa.

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