Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

CORONAVIRUS

Confinamiento en el corazón de Londres

El fotógrafo alicantino Álex Amorós recoge en Stokey on Lockdown la vida durante la cuarentena en el barrio londinense donde reside, como «el relato de una pesadilla mundial»

39

Proyecto del fotógrafo Alex Amorós sobre el confinamiento en Londrese

Partiendo de lo individual, quiere llegar a lo colectivo. La historia que el fotógrafo alicantino cuenta sobre la vida en Stoke Newington, el barrio londinense donde reside, y cómo ha visto el confinamiento a través de su objetivo es, en realidad, «el relato de esta pesadilla a nivel mundial». Con su cámara en mano, aprovechaba el paseo diario, generalmente por la mañana, y recogía lo que observaba. El resultado son 150 fotografías que ha reunido con el título Stokey on Lockdown que se convertirán en un fotolibro y también en una exposición «cuando las circunstancias lo permitan, no sé si de forma física o digital», asegura el también autor de la serie Londoners.

Recorrer las calles y observar lo que en ellas ocurría han sido su fuente de inspiración. «En una ciudad como Londres donde todo circula a gran velocidad y de forma global e individual, de repente todo se hizo más local y hemos pasado, en gran medida, de la individualidad a la colectividad, de ahí la importancia que he querido dar a los trabajadores esenciales dentro de esta pandemia, que se exponen a diario, además de los negocios cerrados».

Tras su experiencia en las calles, considera que los ciudadanos se han concienciado con el tema de la distancia, «pero en el uso de mascarillas y guantes diría que no, y eso es fundamentalmente porque no se ha lanzado un mensaje claro y conciso, sino confuso, tardío y disperso», afirma este fotógrafo que sí ha respetado todas las recomendaciones. «Te veían como un bicho raro con mascarillas y guantes; los italianos y los españoles fuimos los primeros en ver lo que se venía encima e intentamos avisar y concienciar a los que teníamos más cercanos».

Aunque fotografiar con ese equipamiento no ha sido fácil. «Me ha costado disparar con la mascarilla porque se me empañaba la cámara y con los guantes tienes que estar muy pendiente de lo que tocas... ha sido todo un aprendizaje y un ejercicio de reinvención».

Si tiene que destacar algo positivo de todo esto, se queda con que se ha generado «un sentimiento de comunidad». Algo que, afirma, «en Alicante suele ser más normal, pero en ciudades grandes no tanto. También creo que se ha reconocido a las profesiones esenciales».

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats