Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

CORONAVIRUS

Un confinamiento de película

El músico ilicitano Pablo Mirete de 22 años cuenta desde Hollywood cómo la gente vende sus cosas para comer por el covid-19

Un confinamiento de película

«En la parte de Hollywood donde vivo, casi todo sigue cerrado y, conforme pasa el tiempo, veo más y más gente vendiendo cosas en la calle para salir adelante. Hasta hace unas semanas, aún había escasez de productos en los supermercados y vernos con mascarilla por la calle se ha convertido en la nueva norma». Pablo Mirete, ilicitano de 22 años, que salió del Conservatorio de Música de su ciudad para comerse el mundo, cuenta desde Los Ángeles cómo la superpotencia que es Estados Unidos, con un desempleo inédito desde hace muchas décadas, está atravesando esta pandemia del covid-19 incluso peor que España.

Por si fuera poco, el gobernador de California, estado donde ahora las temperaturas rondan los 35 grados, tuvo que ordenar hace unas semanas el cierre de las playas, puesto que la gente acudió en masa y no respetó las distancias de seguridad. Esta imagen podría repetirse en la costa alicantina en cuanto se levante la veda. Pablo Mirete cree, no obstante, que los alicantinos y visitantes serán más conscientes: «Independientemente de las medidas que se impongan, confío en que los alicantinos aceptarán la situación real que exista en verano y sabrán actuar consecuentemente, con sentido común y cuidando los unos de los otros con la generosidad que ya han demostrado».

Darle la vuelta a la tortilla

Todos los sectores económicos se han visto afectados, pero si hay algo que parece que tampoco vamos a ver durante al menos mucho tiempo es estar amontonados en conciertos al aire libre o pegados masivamente en las butacas para asistir a un concierto o una película de cine.

«Ojalá pudiera anticipar exactamente qué va a pasar, pero espero que cuando el mundo se reactive, la sociedad recuerde y aprecie el lugar que el arte, la cultura y el entretenimiento ocupan en nuestro bienestar y no se olvide a las miles de personas que se encuentran detrás de estas obras. Obviamente se avecinan cambios, pero nuestra capacidad de adaptación es sorprendente y aprenderemos a darle la vuelta a la tortilla. Si algo es cierto es que las crisis activan nuestro bien más preciado: el ingenio y creatividad humana», señala cuando se le pregunta acerca de que es posible que muchas salas de cine, teatro y conciertos no sobrevivan a la crisis económica estos meses.

A su juicio, su profesión de músico, creador y productor se adaptará, de hecho se está ya transformando por esta realidad que nos afecta a todos. «Irónicamente, gracias a las restricciones físicas, mis proyectos están siendo cada vez más amplios geográficamente. Internet ya ha roto muchas fronteras, así que ahora que el cara a cara deja de ser viable, surgen nuevas colaboraciones internacionales y literalmente un mundo de posibilidades en manos de quien aprenda a explotarlo», señala convincente.

En su caso concreto, en cuanto al futuro inmediato, Mirete tiene ya nuevos proyectos de producción, postproducción y composición, mientras apunta que los relacionados con bandas y orquestas tendrán que restringirse al mundo de la grabación hasta que la música en vivo pueda volver. «En noviembre tuve la oportunidad de asistir a los Latin Grammy y desde entonces he tenido una serie de ideas en la cabeza que no he podido llevar a cabo hasta ahora con el confinamiento. Quizás esta música se transforme en un futuro proyecto personal».

En este sentido, el encierro en casa y el estar conectado telemáticamente le ha abierto la oportunidad de colaborar con gente de todo el mundo. Por ejemplo, acaba de terminar la banda sonora de Umbrellas, una película coproducida entre Francia y España para la cual una orquesta de Budapest va a grabar online la música. Al mismo tiempo, Pablo Mirete está produciendo unas canciones a una artista pop en Canadá, desarrollando otras en Nueva York, Nashville y Nueva Zelanda y está preparando el lanzamiento de un proyecto sobre la identidad americana desde Washington y Boston.

Shock inicial

«Como para tantos otros, esta situación ha generado muchas reflexiones y cambios, pero tras el shock inicial a uno no le queda otra que centrarse en lo positivo y seguir avanzando. En lo profesional, desde hace años, algunos sectores de la industria musical ya tendían al trabajo telemático, así que el confinamiento ha hecho que sigamos encontrando maneras de usar la tecnología para trabajar a distancia los unos con los otros», señala.

Sin olvidarse de Elche, el trabajo de Pablo Mirete está por muchos años en Estados Unidos. ¿Su fórmula del éxito?: «Lo único que hago es trabajar duro, mantenerme curioso y dar el 110% en cada oportunidad que encuentro. Tengo muchísima pasión por la música y eso hace que siempre acabe ignorando los obstáculos y me concentre en seguir creciendo para llegar a la próxima casilla».

Del Berklee College of Music a un acelerador en Silicon Valley

Su primera parada en EE UU fue a finales de la ESO, cuando le dieron una beca para estudiar en un instituto de Ottawa. «Jamás me hubiera imaginado mudándome a Canadá y mucho menos solo, pero aún siendo un crío, en aquel momento, estaba hambriento de experiencias». Unos años más tarde, la Fundación Cultural Latin Grammy y Berklee College of Music le concedieron una beca completa para estudiar en su campus de Boston, lo cual dio un giro de 180 grados a su vida. «Fueron cuatro años de mucho esfuerzo», remarca. La universidad le acabó otorgando el summa cum laude. Tras asistir a un acelerador de empresas en Silicon Valley, apostó por California para iniciar mil proyectos: «Supongo que echaba de menos las palmeras».

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats