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La chispa del amor a distancia

Infinidad de parejas que aún no conviven juntas volverán a reencontrarse hoy con la entrada a la fase 1 tras cerca de 70 días separadas por el estado de alarma

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La poetisa argentina Liliana Rochi recitaba a su amor que lo extrañaba, que los días eran cortos pero le sobraba la noche buscándolo en la almohada. Asumía que le dolía ese silencio marcado por la distancia. La pandemia por coronavirus ha enmudecido por un tiempo los abrazos, los besos parecen prohibidos y sólo queda la esperanza de recuperar el tiempo perdido. A partir de hoy muchas familias volverán a encontrarse con ese paso a la fase 1 que hace un tiempo hubiese parecido el capítulo de una serie de ciencia ficción. Entre esos reencuentros también habrán muchas parejas a las que la crisis sanitaria les pilló separadas y que volverán a compartir tiempo juntas y no exclusivamente a través de una pantalla.

Fátima Durá, de 26 años, lleva más de dos meses sin ver a su novio por el confinamiento. Cada noche se meten en la cama, cada uno en su casa, y juegan a quedarse dormidos mirándose a través de una videollamada. Es la manera que tienen de sentirse acompañados y evitar ese vacío en el colchón. Sólo les separan unos kilómetros. Ella de Alicante y él, Cristian, de San Juan. Días antes de decretarse el estado de alarma viajaron a Londres y tuvieron que volver apresuradamente. Recientemente se compraron una casa y los planes para decorarla se interrumpieron por el covid-19. «Lo estamos llevando todo lo bien que se puede, él es de factor de riesgo por problemas de corazón y me da ánimos, está más tranquilo que yo porque he tenido días malos con crisis de ansiedad por todo esto que está pasando», asegura esta alicantina.

Los psicólogos especialistas en sexología y pareja han incrementado la carga de trabajo durante el confinamiento para intentar aliviar a aquellas parejas que están teniendo dificultades. La mayoría de casos que pasan por consulta online son los de relaciones que entran en conflicto por una convivencia las 24 horas. Los profesionales tienen que apaciguar el malestar y la negatividad que se genera entre las cuatro paredes. En el caso de parejas distanciadas, el objetivo está en tener conversaciones productivas y provocar momentos de encuentro «porque si estás lejos de la pareja que ocupa una parte de tu vida necesitas tocar, mirarla de frente, acariciarla, eso es lo que necesitamos y cuando no lo tenemos las emociones se desregulan», indica Aldara Martos, psicóloga especialista en sexología y pareja. Moisés Pulido vive en Alcoi con su padre. Tampoco ha visto a Víctor, su pareja, desde el inicio del estado de alarma. Habitualmente suelen pasar los fines de semana juntos y el primer anuncio del presidente del Gobierno le pilló en la casa de su novio en Torrevieja. El 15 de marzo Moisés volvió a casa pensando que la crisis no duraría tanto y que en unos días volvería a verlo. Ya han pasado 70 días y lo llevan «con resignación, te entran ganas y hemos estado tentados de vernos, pero él es más sensato», asegura. Aunque ambos ya estaban en fase 1 seguían teniendo dudas sobre movimientos por la provincia por lo que permanecen alejados. El momento de las comidas es cuando más acompañados se sienten. «El cocinitas soy yo, pero ambos compramos y en la distancia preparamos la misma cena y el postre con una lucecita romántica». Saben que se enfrentan a una nueva realidad y en cierto modo han normalizado estar encerrados en casa, y aunque notan momentos de tensión reiteran que ahora anhelan mucho más volver a pasar tiempo juntos.

Aurora Sánchez y Ana González, sin embargo, siempre recordarán que el confinamiento les sirvió para forjar algo especial. Hoy está previsto que se vean por primera vez las caras en persona. Hace algo más de un mes se conocieron por una aplicación de citas y desde entonces no han estado ni un día sin comunicarse. «Estamos nerviosas, es algo nuevo para las dos porque también será el primer día en fase 1. Lo nuestro es diferente porque cuando conoces gente por las aplicaciones sueles verla en persona pronto, pero así nos estamos conociendo mejor y hay algo más de sentimiento», aseguran.

Convivencia

Quiénes no pudieron evitar compartir el confinamiento juntos fueron José Macià y Juan Moreno. Hacía sólo un mes que se conocían cuando entró en vigor el decreto y tuvieron que decidir si pasar la cuarentena por separado o juntos. Optaron por la segunda opción, y les ha ido bien, aunque según José la convivencia parece a veces como estar viviendo en un reality, «es complicado porque cada uno tiene sus manías, sus costumbres y su forma de ser», explica este santapolero que también convive con su hermana.

Alba García lleva dos meses contando los días para volver a ver a Juan Carlos. La última cena juntos fue el 11 de marzo en un restaurante de sushi. Ella es de una pedanía de Elche y él de San Vicent del Raspeig. El coronavirus se cruzó en sus caminos. «Cuando empezaron a alargar el confinamiento me iba desanimando, te desesperas. Las conversaciones por whatsapp o videollamada no son suficientes porque muchas veces malinterpretas lo que el otro te dice y terminas con pequeñas peleas a las que no terminas dando importancia porque tu vida al final se limita a trabajar y volver a casa», explica esta joven enfermera que también se ha sentido incitada a verlo, aunque finalmente le ha podido la responsabilidad porque entiende que la situación es compleja y él vive con sus padres, que son personas mayores.

Aún y así, esta ilicitana explica que a pesar de la falta de contacto se está fortaleciendo la relación. Lo mismo piensa Ángela Bernabéu, crevillentina. Su pareja vive en Benijófar, en la Vega Baja, y tampoco se han visto porque no han dado todavía el paso de independizarse. Llevan más de dos años juntos y creen que ahora lo que sienten es más intenso, no han tenido problemas para canalizar el distanciamiento y este tiempo le está sirviendo para recordar con nostalgia los inicios de la relación cuando sólo se veian una vez al mes y se comunicaban por videollamada. «Skype ha echado humo estos días para suplir la carencia de no vernos». Están haciendo cosas juntos aprovechando el tirón de los juegos online, se sincronizan para ver películas y series y las van comentando al mismo tiempo.

Pere llevaba sólo tres meses de relación con Francis cuando se decretó el estado de alarma. Previamente habían pasado un tiempo juntos de vacaciones en Roda, donde tiene su segunda residencia, pero ahora están distanciados. Este alcoyano de 61 años cree que la relación a través de kilómetros «se lleva fatal», pero entiende que se ha enriquecido, pensaron en hacer «chiquilladas» para encontrarse y finalmente lo han llevado «como dos colegiales enamorados usando todas las redes sociales habidas y por haber».«Si me hubieran preguntado antes de la crisis no pensaría que lo hubiese llevado bien, nos ha hecho ver que no pasa nada por no vernos. Da un poco de miedo porque es una relación a distancia aunque estemos a media hora, pero pensé que seria más complicado». Estas son las sensaciones de Claudia González, que ya está planificando con su pareja para pasar a partir de ahora unos días juntos y «hacer planes al aire libre». Esa libertad también la ansía Alberto, otro joven que ve la luz al final del túnel y espera pasar de los scape rooms digitales y de hacer ejercicio por Youtube para salir de nuevo a la calle con su novia con cierta libertad.

Vuelve el cortejo de seducción de novela y aumenta el «sexting»

Los sexólogos señalan que el confinamiento ha sido buen momento para conocer psicológicamente a la pareja

Los expertos recomiendan a las parejas de larga duración que están distanciadas que propongan planes para que haya una ilusión de cara al reencuentro. Según Laura Cruz Gómez, directora de Eros y Psique y coordinadora de la asesoria de sexualidad del Ayuntamiento de Alicante, Infosex, quiénes llevan poco tiempo de relación han podido aprovechar el momento para conocer a la otra persona a nivel psicológico. «Se intenta hacer ver a los recién enamorados que no descuiden a sus familias y amigos. Están teniendo sensaciones muy frustrantes e intensas pero al mismo tiempo están viviendo un amor romántico de novela, con la imposibilidad de los amantes de no estar juntos por la pandemia, están idealizándose y recuperando ese cortejo de seducción que se había ido perdiendo», señala esta experta. Sin embargo, este distanciamiento social también puede enfriar la relación o llegar al extremo contrario. En este sentido, los especialistas en sexología alertan que la pérdida de ese contacto piel con piel está resultando complejo y se ha incrementado la práctica del «sexting» (envío de contenido erótico) a pesar de los riesgos que conlleva en cuanto a ciberseguridad.

En el caso de parejas con problemas, este distanciamiento social ha podido dificultar aún más la relación o incluso romperla «porque ha habido una mirada hacia adentro indiscutiblemente», señala Aldara Martos, psicóloga especialista en sexología y terapia de pareja. Un caso podría ser el de Fran (que prefiere ocultar su nombre real). Cuenta a INFORMACIÓN que él y su novia han roto la relación de diez años en plena crisis por el covid-19 a pesar de que estaban buscando casa para vivir juntos. «Llega un momento en el que entras en una pequeña crisis y prefiero eso a vivir una mentira. Por mi parte estaba todo bien pero me sentía estancado. Ella, además, ha tenido tiempo para pensar y sentía que no me estaba echando de menos lo que necesitaba», explica este joven.

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