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Los campamentos de verano, inviables en la nueva normalidad

El coronavirus condena a este tipo de ocio a la desaparición a menos que el sector se reinvente

Un grupo de voluntarios que acudió a la isla de Tabarca a realizar labores de limpieza y cuidado del medio ambiente el verano pasado. información

El proceso de desescalada avanza en casi todo el país y la sociedad se prepara para afrontar un verano de lo más insólito. Dentro de las múltiples inquietudes que se han despertado con la llegada del estío a la provincia de Alicante, se encuentran las de las empresas organizadoras de eventos y campamentos de verano. El escenario inaudito que se avecina con la denominada «nueva normalidad» deja entrever que este tipo de actividades con menores basadas en acampadas, juegos interactivos, deporte y campo serán inviables con las normas y recomendaciones sanitarias obligatorias.

Según los profesionales, en la provincia existen alrededor de un centenar de empresas sumergidas en la incertidumbre sobre cuándo podrán reanudar su labor mientras piensan en reinventarse. Algunos consideran que «el año está perdido» mientras otros se muestran algo más esperanzados respecto a julio y agosto. Pero, todos comparten la indecisión sobre la vuelta al trabajo y en qué condiciones, y piden a las administraciones que aclaren «lo antes posible» cuando podrán reanudar su actividad profesional. A todos no les ha afectado de igual forma la crisis del coronavirus. Algunas de las sociedades pronostican que perderán entre un 25% y un 30% de la facturación, alrededor de un tercio, pero otras afirman haber perdido «el 100% de los ingresos» y si finalmente la actividad no se recupera este año, la merma económica será «absoluta».

Una situación similar es la que vive José Ramón García, gerente de una empresa de campus y actividades deportivas de San Vicente del Raspeig. «Con el estado de alarma he perdido todos los ingresos aunque soy optimista con poder recuperar la labor en los próximos meses», dice García. Su sociedad tenía previsto la organización de tres campus deportivos y tres escuelas de verano, dado que se trata de una firma con dedicación exclusiva a este tipo de trabajos.

Pese a todo, el empresario espera que en medio de este clima de incertidumbre «algo se pueda hacer en verano», ya que estas actividades también sirven de solución a los padres que trabajan y no podrán dejar a los menores con los abuelos por las circunstancias sanitarias. La crisis del coronavirus ha provocado que dos trabajadores de su empresa se acojan a un Erte y doce monitores se vayan al paro.

Mientras que otras firmas también dedicadas a la organización de eventos y campamentos de verano sí reconocen que retomar cualquier labor este año «estará muy complicado» y emplazan al Gobierno a determinar si en 2021 será posible reiniciar las actuaciones. «Es cierto que las empresas tienen distintas necesidades por su facturación, pero todos necesitamos que nos aclaren cuanto antes si nuestra actividad estará permitida en un futuro próximo», indica Borja Vidal, coordinador del campamento Fontes. Esta firma, ubicada en Castalla, espera a la evolución de la pandemia para determinar qué acciones toma. «Este año está perdido, ahora necesitamos saber para el año que viene si podremos operar o no», señala Vidal. El profesional añade que habrá sociedades que podrán aguantar este año «en blanco» pero otras empresas no podrán sobrevivir al confinamiento.

«Quizá nos digan que no podemos reanudar nuestro trabajo hasta dentro de tres o cuatro años, necesitamos saberlo ya», subraya. Como le ha ocurrido a muchas empresas, una treintena de monitores ha cesado su actividad con esta mercantil. «Entendemos que es pronto y que hay otros requerimientos, pero es importante que la administración se pronuncie», recalca Vidal.

Discurso similar el que ofrece otra empresa que ha trabajado con el Ayuntamiento de Alicante, en concreto, con la concejalía de Juventud en voluntariados de la Isla de Tabarca. Rafael Martínez, su gerente, es de los que creen que en lo que resta de 2020 será «imposible» recuperar estas actuaciones y campamentos. «La pandemia ha provocado que pierda sobre el 25% de los ingresos, espero que el año que viene se pueda retomar la normalidad, aunque considero que hasta que no haya vacuna será complicado», argumenta Martínez. El empresario indica que ahora es comprensible que el dinero de los Ayuntamientos esté para atender otras necesidades sociales y económicas, por lo que las colaboraciones con estas firmas se reducirán y algunas desaparecerán.

«Boys Scouts»

Dentro del amplio abanico de organizaciones y gestoras de los campamentos de verano, una de las más reconocidas son los Boys Scouts. En la provincia de Alicante existen unos 14 grupos y un total de 1.200 asociados (120 son monitores). Pese a ser una actividad voluntaria, el colectivo se suma al miedo por no conocer qué posibilidades habrá este verano de retomar la vida en el campo.

El presidente de la Federación Valenciana, José Gómez, está a la espera de conocer cuál será el protocolo de actuación y la previsión para este verano. «Estamos aguardando el borrador que Madrid tiene que enviar al Instituto Valenciano de la Juventud para su estudio, ya que dependemos de sus reglamentación», explica. Gómez señala en la «nueva normalidad» es inviable que se pueda actuar igual que antes del estado de alarma.

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