Con sólo un día de diferencia, Alicante y València suspendieron recientemente sus principales fiestas por el coronavirus. El hecho, en Alicante, se liquidó con un mensaje enlatado del alcalde, Luis Barcala (PP), en el que anunciaba el desenlace para las Hogueras de 2020. Al regidor le bastaron poco más de tres minutos para comunicar una noticia histórica para la ciudad, dejando en el aire multitud de dudas entre los festeros, que no son pocos. En València, en cambio, el Ayuntamiento convocó una rueda de prensa telemática con el alcalde, Joan Ribó, y el edil de Fiestas, Carlos Galiana, en la que respondieron a las preguntas formuladas por los periodistas, arrojando algo más de luz a un escenario inédito.
No es de extrañar esa diferencia a la hora de afrontar un mismo lance, porque Barcala ha aprovechado el confinamiento para parapetarse tras los vídeos, unos mensajes grabados en los que comunica decisiones, evitando exponerse a la «fiscalización» en directo de los medios. En dos meses de estado de alarma, el alcalde ha participado en una sola rueda de prensa. Fue el pasado 14 de abril, en el ecuador de este atípico periodo. Entonces, junto a la vicealcaldesa, Mari Carmen Sánchez (Cs), anunció un paquete de medidas para hacer frente a la crisis económica por el covid-19.
Una sola exposición en dos largos meses, y eso que han sido semanas muy intensas en la gestión municipal por el terremoto provocado por el coronavirus y sus múltiples derivadas. En este tiempo, raro es el día en el que no ha habido algún anuncio desde el bipartito. Y no han sido asuntos nada menores.
Ni la suspensión de la romería de la Santa Faz o de las Hogueras, por citar dos citas clave para el calendario de la capital, han llevado al alcalde de Alicante a convocar a los medios de comunicación, a ejercitar la transparencia. Nada. Un vídeo por noticia, y a correr.
Ni cuestiones festivas ni tampoco de cualquier otra índole, como la controvertida gestión de las políticas sociales, el polémico vídeo del «Me Aburro» o la aprobación inicial de los Presupuestos de 2020, han merecido que Barcala dé la cara. Con esa actitud, aún no se ha posicionado públicamente sobre la autoinculpación de Enrique Ortiz, que asumió el intentó de amaño del PGOU a cambio de no ir a la cárcel. Un acuerdo que también suscribió el propio Ayuntamiento, en calidad de acusación particular. De eso, ni una explicación todavía.
Con todo, Barcala no está «solo» en esa actitud que denota, entre otras cuestiones, pocas ganas de dar explicaciones y aún menos de afrontar críticas de frente. Desde que empezó el confinamiento, la vicealcaldesa y portavoz del bipartito, Mari Carmen Sánchez, tampoco ha ofrecido ni una sola rueda de prensa tras las sesiones de la Junta de Gobierno. Nueve semanas consecutivas acumula ya sin comparecer para dar cuenta de los acuerdos aprobados por el ejecutivo local. Cierto es que, antes de la irrupción del coronavirus, también sumó comentadas ausencias en las convocatorias de los martes. Entonces, eso sí, se celebraban, quedando frente al micrófono el portavoz adjunto, el popular Manuel Villar. Hasta ahora, ni eso. Para este martes, tras más de dos meses de silencio, se ha convocado la primera rueda de prensa telemática tras la Junta de Gobierno... Nueve semanas después.
Y es que hasta ahora no se ha hecho por voluntad, no por falta de una tecnología al alcance de todos. De hecho, dos ediles rasos del equipo de gobierno la han utilizado en pleno estado de alarma. El que más, de largo, el concejal de Urbanismo, Adrián Santos Pérez, que ha protagonizado hasta tres ruedas de prensa. El triple que Barcala. En el Gabinete de Comunicación, por ahora, están más preocupados por facilitar vídeos de caceroladas contra el Gobierno central que por poner al alcalde ante los medios para que responda sobre su gestión.
¿A qué juega el PSOE en el Ayuntamiento?
Nueve concejales tiene el PSOE en Alicante, encabezados por su portavoz, Francesc Sanguino, abiertamente enfrentado al secretario local del PSOE y miembro del grupo municipal, Miguel Millana. Nueve ediles y ninguno estuvo el pasado viernes en la primera reunión entre el gobierno y la oposición para analizar la gestión de la Oficina Municipal de Emergencia Social, muy criticada desde la izquierda. Ni por esas, tratándose de un tema social, el PSOE acudió a la cita. Luego llegaron las excusas de mal pagador (con mentiras, incluidas)... ¿A qué juegan?
