La mayor parte de los hosteleros que han reabierto las puertas de sus locales en zonas que han pasado a la fase 1 de la provincia desde el lunes están cumpliendo la normativa de distanciamiento, de aforo y medidas higiénico sanitarias que el Gobierno ha impuesto en los últimos días a golpe de Boletín Oficial del Estado para garantizar la seguridad de clientes y trabajadores. Sin embargo en muchos municipios turísticos de la Vega Baja y la Marina Alta y Baixa, la Policía Local, la que tiene competencias para actuar, está recibiendo constantes denuncias vecinales por supuestas infracciones de esta normativa.
Algunos hosteleros están recurriendo a la picaresca para intentar recuperar en algo las pérdidas de los últimos dos meses, a veces con la complicidad de los clientes. Un ejemplo: el distanciamiento de dos metros se está interpretando al pie de la letra, sin contar el espacio de la sillas y el que ocupan los propios usuarios. Dos metros de mesa a mesa, casi sin pasillo, con lo que la superficie a ocupar es casi la misma que antes del estado de alarma y el número de mesas y sillas desplegadas, también.
Otros empresarios han instalado todas la mesas y sillas con las que contaban antes de la crisis sanitaria con la advertencia de que solo estarán disponibles para los clientes la mitad. Algo muy difícil de comprobar en el día a día, sobre todo si finalmente las necesitan para dar respuesta a la demanda. Y por último están los restaurantes y cafeterías que ya han ampliado la superficie de sus terrazas a costa del espacio peatonal (espacio de uso público) sin haber tramitado previamente la solicitud con los ayuntamientos. Se observa a simple vista en Orihuela Costa y en Torrevieja, donde a poco que se camine por el paseo de Juan Aparicio se ve cómo un par de tramos peatonales se han «estrechado» a costa de las mesas cuando la normativa indica que el espacio que ganen mesas y sillas debe compensarse con el equivalente para los peatones.
Cualquier ampliación de estas características no solo debe contar con un informe favorable del Ayuntamiento, también cumplir con la ordenanza de ocupación de vía pública de cada municipio, que en muchos casos requiere de permisos de comunidades de vecinos para ocupar fachadas o accesos de inmuebles o incluso cortar calles.
En este sentido, Joaquín Guillamó, presidente de la Asociación de Hostelería de Torrevieja y Comarca, expresó ayer su «gran preocupación» por lo que ha estado comprobando «a pie de calle» y ha remitido a los 140 asociados de este colectivo «el ruego» de que se cumpla la normativa. «Es algo que va en beneficio de todos. Si no cumplimos volveremos atrás», advirtió.
Guillamó explica que esas prácticas van en detrimento de la confianza que los clientes puedan tener en la terraza. «Si un cliente ve que la terraza está llena de gente, y otra guarda la distancia de seguridad ¿Cuál va a escoger? Lo ideal es que, aunque no sea de dos metros, se deje un pasillo amplio entre los usuarios». Torrevieja solo dispone de dos agentes de la Policía Local para supervisar el cumplimiento de la normativa para 800 terrazas, aunque el concejal de Seguridad, Federico Alarcón indicó que se reforzará el dispositivo en los próximos días.
Campaña de concienciación
En Benidorm, la Policía Local y la Policía Nacional inspeccionan las terrazas para comprobar que se cumple con las medidas higiénico-sanitarias así como las restricciones de aforo y la distancia entre las mesas de dos metros. Así se detectaron algunas «incidencias particulares» en las que no se cumplía esa premisa cuando las sillas de las mesas estaban abiertas.
El concejal de Seguridad Ciudadana, Lorenzo Martínez, apuntó se ha hecho una campaña para concienciar «a los empresarios y clientes que se tienen que cumplir con las distancias de seguridad». Con todo, aquellos que después de ser informados, reiteren y «no cumplan» con lo establecido serán «sancionados y se les podrá retirar la autorización».
