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Miralles: «Los momentos más duros han sido las despedidas de las familias»

Miralles: «Los momentos más duros han sido las despedidas de las familias»

Marian Miralles es la enfermera coordinadora de trasplantes del Hospital General de Alicante. Acostumbrada a acompañar a las familias en los peores momentos, sintió que no podía quedarse al margen del Covid-19. Ha ayudado y preparado a varias en los últimos meses y gracias a las tablets donadas al hospital ha posibilitado las despedidas. En el Día Internacional de la Enfermería, esta profesional asegura que llevan «el cuidar impregnado dentro».

Es la enfermera coordinadora de trasplantes en el Hospital General de Alicante

Iniciamos la experiencia porque otros equipos de coordinadores de trasplantes estaban también ayudando a otros servicios y de manera altruista nos ofrecimos a la dirección del hospital para apoyar y acompañar a las familias que tuviesen pacientes ingresados para facilitarles el inicio del duelo. La dirección aceptó, se lo comunicamos al resto de servicios y empezamos.

¿Con qué servicios han colaborado?

Lógicamente nosotros con los que más relación tenemos es con el servicio de críticos por el desempeño de nuestra labor en trasplantes. Y nos llamaron. Son los que más carga de trabajo tenían en esta situación y nosotros necesitábamos tener un gesto de solidaridad y sentir que participamos de manera activa en todo esto.

Están acostumbrados a lidiar con situaciones duras en la labor que desempeñan con los trasplantes, ¿es similar o el hecho de que las familias no puedan estar en el momento final del paciente lo agrava?

Lo hace todavía más duro. En nuestra labor habitual cuando acompañamos a las personas les dejamos su espacio de despedida y de intimidad para que puedan expresarse libremente con su familiar. Las enfermeras no escuchamos las palabras de despedida, para nosotras son en silencio. Pero ahora la situación ha cambiado, por eso ahora nos ha emocionado tanto, esas palabras cobraban sonido e impactan mucho. Te hacen empatizar aún más. Cuando ocurre un fallecimiento cuesta mucho más aceptar una de las fases del duelo, la realidad de la pérdida, cuando las despedidas se hacen a distancia. Las personas necesitamos el contacto, el beso de despedida, con lo cual se endurece el inicio del duelo, se prolonga el inicio de aceptación de la realidad. La angustia es mayor.

Y precisamente facilitan esa despedida gracias a las tablets que pueden mostrar a los pacientes.

Sí, pero no hemos desarrollado sólo esa labor con las tablets. Hacemos apoyo emocional que es para lo que estamos más formados, para el apoyo emocional en momentos de crisis, y esto es una crisis vital. Les llamamos por teléfono, les ofrecemos nuestra ayuda y realizamos un seguimiento. Lo más difícil al principio era hacer la presentación porque teníamos que explicar que no pasaba nada adicional con el proceso de su ser querido antes de decir que era la coordinadora de trasplantes. Los familiares nos pueden llamar a cualquier hora del día, igual que cuando nos ofrecemos para trasplantes. Hay personas que han entrado en crisis de pánico y ansiedad y les hemos acompañado por teléfono. A la situación de aislamiento en el domicilio se unía el tener a un familiar ingresado. Es una situación realmente dura.

Entiendo que se ponen en contacto con las familias después de ser informados de su situación...

Sí, y también les hemos preparado para lo que iban a ver. Hay muchas personas que no han entrado nunca en una UCI y ver a tu familiar que sale de casa con un aspecto físico normal para después verlo en una cama con muchos tubos y sueros alrededor es complicado. Hay que prepararles antes de abrir la tablet para que cuando se conectaran estuvieran preparados. Hemos tratado de que se sintieran lo más cómodos posibles.

Los trasplantes en esta situación ¿han continuado o se han tenido que paralizar?

Hemos atendido sólo los casos de urgencia vital siguiendo los protocolos de la Organización Nacional de Trasplantes. Hemos realizado algunas intervenciones.

Ahora que han pasado los peores momentos de ingresos de pacientes, ¿con qué instantes se queda dentro de esta situación excepcional?

Los mejores momentos han sido que al dar la oportunidad del contacto con las tablets se ha permitido a las familias mantener la esperanza y les ha dado un motivo de ilusión y de poder hacer algo por las personas ingresadas porque han sentido mucha impotencia. También les ofrecíamos grabar audios y vídeos para que los pacientes reconocieran sus voces. Han sido procesos difíciles porque un día el paciente mejora, al siguiente empeora, a los familiares les costaba mantener el ánimo y esto les ha ayudado. Me quedo con que ha valido la pena porque ha servido de ayuda. Los momentos más duros son asistir a las despedidas que son tremendamente emotivas. Antes te mantenías fuera, pero ahora vives ese momento a su lado.

En los momentos más críticos su labor es muy dura y quizá ha tenido que atender más de un fallecimiento en el mismo día, ¿cree que les puede pasar factura después?

Nosotros hacemos también un trabajo personal para manejar las emociones, quizá nos resulta más fácil que a otros porque lo hacemos en nuestra rutina diaria. Pero no he tenido que atender varias muertes el mismo día.

Ya se habla de posibles rebrotes, ¿serían capaces los profesionales tras el estrés de estos meses a afrontar otra crisis?

Yo creo que sí, porque ves que tu labor tiene un efecto. Al fin y al cabo el cuidar lo llevamos impregnado dentro.

¿Teme que se produzca al ver imágenes de calles llenas si la población relaja las medidas recomendadas?

Es una situación difícil para todos. A lo mejor si no son profesionales sanitarios y no han visto las complicaciones de cerca lo afrontan de manera diferente. Pero creo que la sociedad en general es solidaria y generosa y aprenderá una vez pase la fase de euforia de salir a la calle. Creo que sí existe conciencia social. Confío en las personas y creo que serán prudentes. Quizá lo que más se muestra es a los que se saltan las normas, pero hay que confiar. He visto mucha solidaridad en este periodo, ¿por qué dejar de confiar en las personas?

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