Ni el culto se salva de la división a la que ha sido sometida la provincia por las autoridades sanitarias en la desescalada del coronavirus. Solo han podido reabrir sus puertas el 54% de las iglesias de la Diócesis de Orihuela-Alicante, en concreto las situadas en las áreas poblacionales que se corresponden con los departamentos sanitarios de Alcoy, Dénia, La Marina Baixa, Elda, Orihuela y Torrevieja. Estas parroquias acogen de nuevo celebraciones religiosas con las restricciones que ha dictaminado el Obispado en sus disposiciones para la reapertura en las distintas fases del desconfinamiento, como son la asistencia grupal sin superar el tercio del aforo, para lo que se marca el espacio a ocupar en los bancos, con eucaristías dominicales y diarias, y la preferencia al acompañamiento de las familias en su duelo.
Una vez cubierto el aforo indicado no podrán entrar más personas en el templo durante la celebración litúrgica. Durante su desarrollo, no se permitirá el movimiento de fieles por el templo, evitando la visita a capillas o altares. Se recomienda que los asistentes hagan uso de mascarilla y las medidas higiénicas con carácter general. Las pilas de agua bendita continuarán vacías y las puertas de los templos se mantendrán abiertas a la entrada y salida de las celebraciones para que el público no tenga que tocar manillas o pomos. En el protocolo del Obispado para la desescalada del coronavirus también se recomienda tener gel hidroalcohólico o algún desinfectante similar, a la entrada y salida.
En las iglesias de las localidades que están en la fase 1, el Obispado insta a evitar los coros, si acaso a mantener un solo cantor o algunas voces individuales y algún instrumento. «En el presbiterio solo estará el sacerdote que preside y los concelebrantes, que deben guardar las distancias de seguridad», recoge el protocolo para la desescalada en las iglesias. Además, los sacerdotes se lavarán las manos antes de iniciar la celebración y después de la misma. La colecta no se pasará y el saludo de la paz se podrá sustituir por un gesto evitando el contacto directo.
En cuanto a otros actos, mientras dure la pandemia se suprimen los bautizos comunitarios y el agua bautismal debe administrarse desde un recipiente al que no retorne el agua utilizada, evitando cualquier tipo de contacto entre los bautizados. En las bodas, los anillos y arras deberán ser manipulados exclusivamente por los contrayentes.
En una fase posterior, la segunda, que se prevé para el 25 de mayo en las ciudades que más avancen en la vuelta a la normalidad, el aforo de público en las iglesias se aumentará hasta el 50%.
Los templos que han reabierto son los situados en los departamentos sanitarios de Alcoy, Dénia, La Marina Baixa, Elda, Orihuela y Torrevieja, en un total de 70 poblaciones. Todos los demás municipios en territorio de la Diócesis (63 localidades de la provincia pertenecen a la Archidiócesis de Valencia) seguirán en la fase cero hasta nueva determinación.
Las iglesias de estas localidades se mantendrán cerradas con culto sin pueblo, con atención religiosa personalizada, especialmente a los enfermos, y a los que han perdido a seres queridos.
Difuntos
El obispo, Jesús Murgui, ofreció ayer una misa en recuerdo de todos los difuntos de la Diócesis de Orihuela-Alicante que han fallecido durante la pandemia del coronavirus. Fue en la Concatedral de San Nicolás de Alicante, sin la presencia de público al continuar la ciudad en la fase cero, lo mismo que el monasterio de Santa Faz, donde estaba prevista inicialmente una misa con público. Los fieles pudieron seguir la eucaristía por internet. Monseñor Murgui tuvo muy presente durante la celebración el dolor de tantas familias que han vivido en soledad los momentos de despedida de sus seres queridos, debido a las medidas preventivas adoptadas durante la pandemia. En los próximos días en las parroquias se celebrarán eucaristías por el eterno descanso de todos los difuntos.
