Las Cámaras de Comercio españolas llevamos desde el principio de esta crisis planteando propuestas y alternativas para reconstruir el tejido productivo. De común acuerdo entre todos y aprovechando la capilaridad de nuestras instituciones estamos poniendo en valor la colaboración público-privada, fundamental para llegar a acuerdos y consensos y como herramienta para salir de la crisis.

Las Cámaras han demostrado su independencia y a la vez su lealtad institucional en estos momentos donde hace falta inteligencia y cabeza fría. Todos afrontamos una época sin precedentes para la que no hay recetas claras, y de cómo salgamos dependerá nuestra economía en los próximos años. En esta línea hemos elaborado un documento con tres fases para la salida de la crisis y 33 medidas muy concretas que hemos entregado al Gobierno de la nación.

Las medidas servirán para amortiguar y salir con la mayor celeridad de la crisis en un proceso de salida con tres fases:

Fase de supervivencia económica

En este escenario, las distintas administraciones han adoptado diversos paquetes de medidas urgentes para gestionar esta situación y sus negativas consecuencias, encontrándose con el apoyo de las Cámaras.

Fase de recuperación

Esta fase se inicia cuando las restricciones a la actividad desaparezcan y se pueda retomar el pulso productivo. Hay que concentrar esfuerzos para diseñar las medidas económicas, sociales y empresariales capaces de estimular la oferta y la demanda a corto plazo, en aras de la recuperación del bienestar colectivo.

Fase de reconstrucción

La recuperación a corto plazo debe encontrar su consolidación a medio y largo plazo, lo que exige un horizonte de, al menos, los próximos diez años durante el cual debe reconstruirse la economía española con pilares firmes.

En todas las conversaciones que las Cámaras hemos mantenido a la hora de elaborar estos documentos, partimos inevitablemente de la empresa, que es la base de la actividad económica, la principal fuente de empleo y el fundamento del Estado de Bienestar y el sector público. Desde determinados sectores hay quienes cuestionan la figura del empresario. Es injusto; muy injusto. La empresa es el auténtico Escudo Social y debe ser entendida en su sentido más amplio e integrador, compuesta por los empresarios, trabajadores y el conjunto de clientes, socios, proveedores, agentes, etc.

La empresa aglutina una comunidad de intereses colectivos a su alrededor que la erige como la pieza clave en todo proceso de reactivación económica y social, por ello es nuestro origen y nuestro punto de partida para diseñar estas 33 medidas, unas a más corto plazo, orientadas a la fase de recuperación económica y de carácter transversal, y otras para la fase de reconstrucción, de carácter estructural y con un recorrido de una década.

Me parece interesante resumir muy brevemente estas medidas para la esperanza en un futuro mejor.

?En el apartado de pymes y crecimiento empresarial hay que facilitar la creación de empresas, reduciendo los trámites administrativos y facilitando la telematización y la conexión entre las diferentes administraciones públicas. También apoyar a la pyme familiar, suprimiendo la presión fiscal, laboral o mercantil que dificulta el crecimiento del tamaño de las empresas.

?En Empleo y Formación deberemos crear programas específicos de capacitación y empleo para jóvenes y parados de larga duración, simplificar las modalidades de contratación y fomentar nuevos modelos de trabajo adaptados al mundo digital.

?Para mejorar la financiación habrá que rebajar los plazos de pago a proveedores y de la morosidad, con un Plan de Pago a Proveedores, aumentar el uso de los recursos europeos y mejorar los instrumentos públicos de garantía y aval.

?En Fiscalidad es imprescindible avanzar y garantizar la consolidación presupuestaria como requisito básico para la estabilidad y la existencia de un entorno incentivador. Reformar la fiscalidad empresarial sin aumento de la presión fiscal y rediseñar el sistema de cotizaciones a la Seguridad Social para reducir los costes laborales.

?Simplificar los trámites administrativos en la normativa de la evaluación del impacto empresarial.

?Aumentar los presupuestos dedicados a la Innovación, I+D y digitalización favoreciendo la colaboración público-privada y mejorar el modelo de incentivos para las actividades empresariales vinculadas a la innovación y la digitalización.

?Incrementar el peso de España en Europa que permita elaborar unos presupuestos comunitarios adecuados para afrontar los retos.

Como pueden imaginar no es fácil resumir en unas líneas un proyecto tan ambicioso, pero añadiré que estamos trabajando además en una serie de propuestas concretas para sectores relevantes que han resultado particularmente impactados por las consecuencias económicas de la pandemia.

Las Cámaras queremos contribuir a un gran Acuerdo Nacional para la recuperación y la reconstrucción económica y social de España, que deberá contar con un amplio consenso de agentes políticos, sociales, empresariales y económicos. Es la encomienda a la que nos obliga nuestro papel de entidades oficiales de Derecho Público y nuestra vocación como «Casa de las Empresas».