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Atrapados en pleno Ramadán

La comunidad argelina en Alicante pide que se levante el bloqueo para ser repatriada cuanto antes

Argelinos, el pasado jueves, en el Consulado para reclamar una solución. RAFA ARJONES

Nunca la comunidad argelina de Alicante ha echado tanto en falta el ferry a Orán como en estos días. Y lo que es peor, desconoce cuándo podrá regresar a su país para juntarse con su familia. El problema se agrava al coincidir con el Ramadán, el tiempo sagrado de los musulmanes para rezar junto a los suyos. Pero el coronavirus y el cierre de fronteras lo complica todo y ni el Consulado ni el Gobierno son capaces de poner una fecha para que los argelinos puedan ser repatriados.

Es el caso de Mustafá Abdul, un joven de 25 años que hasta que la pandemia estalló se ganaba la vida como empleado en una frutería del centro de la ciudad. Llegó a Alicante en el ferry de Orán buscando una oportunidad con el pensamiento de traerse a su familia más adelante. Pero los planes se le han complicado mucho. «Me siento encerrado aquí yo solo, quiero regresar para estar con mi familia a Argel y celebrar con ellos el Ramadán, estoy desesperado porque nadie sabe nada, preguntas y nadie contesta, el Consulado dice que es cosa del Gobierno», señala Abdul, que le tranquiliza saber que los suyos se encuentran bien de salud. «No paro de pensar en mi mujer y mis hijos. Ellos también han estado muy preocupados por lo mal que ha estado la situación en España. Por suerte yo estoy bien y cumpliendo el Ramadán en Alicante», señala con resignación Abdul, desesperado por marcharse de la ciudad.

La comunidad argelina en Alicante está muy molesta con las autoridades políticas. Pese a que el gobierno argelino mostró hace unas semanas su intención de poner un ferry para llevarse argelinos repatriados que están bloqueados en Alicante, lo cierto es que nada de eso ha llegado a buen puerto y ahora mismo se desconoce cuándo pueden empezar a ver la luz.

El pasado jueves, vísperas del puente de Mayo, tuvo que acudir la Policía Nacional a las inmediaciones del Consulado de Argelia (Pintor Velázquez) para calmar los ánimos de un grupo de argelinos desesperados con su situación. Quisieron hallar una respuesta a cuándo podrían ser repatriados, pero el Consulado no pudo satisfacer su deseo porque depende del Gobierno y el Estado de Alarma complica mucho la apertura de fronteras para repatriar personas a otros países.

Mohamed Akram es otro argelino que lleva en Alicante cinco meses con toda su familia pero ha perdido el trabajo y no encuentra otra salida que regresar a su país. «Cuando empezó la crisis y nos quedamos confinados me quedé sin trabajo obligado a depender de la buena voluntad de la gente porque no tenía dinero para pagar el alquiler», señala con gran preocupación. A sus 40 años, tiene un sueño ahora mismo: «Volver a mi país para celebrar allí el Ramadán». Como todos sus compatriotas, no entiende que no pueda ser repatriado y pide «que se nos escuche y traigan un barco para marcharnos ahora que se ha levantado un poco el confinamiento». Akram tiene claro que junto a su familia lucharán con todas sus fuerzas para encontrar una solución. «No puede ser que nos dejen aquí tirados, somos muchos los que queremos que nos repatríen y nadie sabe nada, es muy duro estar sin trabajo y lejos de casa. Además queremos celebrar el Ramadán en nuestro país, nos sentimos encerrados», señala el argelino, que acudió al Consulado la pasada semana pero también salió sin solución.

El Gobierno intentará resolver el problema en los próximos días, ya que se trata de un importante número de argelinos que necesitan ser repatriados.

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