Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

«No voy a salir mientras no haya más seguridad»

El alcoyano Ismael Mayor recibió un doble trasplante de pulmón hace cuatro años que le obliga a seguir un estricto confinamiento y medidas de protección

Teletrabajando durante el confinamiento. información

Cuando la vida te regala una segunda oportunidad hay que aprovechar cada momento. Ismael Mayor, un alcoyano de 42 años, forma parte de ese grupo de personas catalogadas de alto riesgo frente al Covid-19. El próximo octubre hará cuatro años que recibió un doble trasplante de pulmón en La Fe de València, una complicada cirugía que le salvó y cambió la vida para siempre.

Ismael padece fibrosis quística, una enfermedad degenerativa y genética que le había dejado con un 26% de capacidad pulmonar. La intervención le permitió alcanzar la capacidad de cualquier persona normal y corriente, pero también le enseñó a valorar cada segundo que pasa y a mantener unas medidas de higiene básicas para evitar el contagio de virus.

Desde que se decretó el estado de alarma en España no ha salido para nada de su casa, es consciente de que es una persona de alto riesgo, no porque tenga más probabilidad de contraer el Covid-19, sino porque en el caso de contagiarse «tengo más peligro de que surjan complicaciones», explica.

El alcoyano lleva casi dos meses encerrado, pero no está solo. Su mujer, Alicia, y su hijo de cinco años le acompañan en el confinamiento. «Es mi mujer quien sale una vez a la semana para comprar. Extrema al máximo las precauciones, y a la vuelta se descalza, desinfecta todo lo que trae y lava la ropa con la que ha salido a la calle», insiste.

Es muy importante mantener una correcta desinfección para evitar que el coronavirus entre en cualquier hogar, pero en el caso de Ismael lo es todavía más. No obstante, asegura que «lo estoy llevando bien», dado que tras el doble transplante pulmonar «ya tuvimos que seguir este tipo de precauciones».

Tanto es así que Ismael recuerda que tras la intervención no sólo tenía que ser muy cuidadoso con la limpieza, sino que también tenía que guardar una distancia de seguridad y no podía besar a nadie. «A día de hoy sigo sin dar dos besos cuando saludo a alguien, aunque sí doy la mano, porque siempre llevo mi botellita de gel hidroalcohólico en el bolsillo. No puedo bajar la guardia. No me obsesiono, pero tengo que tener cuidado».

Su mujer también se ha enseñado a vivir así, al igual que su hijo, que pese a su corta edad sabe perfectamente que no puede tocarse la boca si antes ha tocado algo, e incluso «lleva su botellita de gel», apunta.

«Mi doctora, Amparo Soler, que es top internacional en fibrosis quística, siempre me dice que debo aplicar el sentido común. ¿Puedo ir a un concierto? Sí, pero es mejor que esté en la grada que entre toda la gente, por ejemplo».

Ismael Mayor está vinculado a Radio Alcoy desde hace más de veinte años, y en los últimos tiempos es el responsable la información deportiva. Reconoce que siempre ha contado con el apoyo de la empresa, cuando tuvo que someterse al doble trasplante de pulmón, y ahora con el confinamiento.

Desde el primer día que se decretó el estado de alarma está trabajando desde su casa. «Tengo dos ordenadores, y me lo han arreglado todo para poder grabar, editar y enviar los programas». Esta situación también le permite «estar más tranquilo, porque no tengo que salir ni para trabajar ni para comprar, porque de eso se encarga mi mujer».

Muchas personas están sufriendo ansiedad y sensación de agobio por no poder salir a la calle. Pero no es su caso. Y no lo es porque es plenamente consciente de que hoy por hoy en casa es donde mejor está. Tampoco le supone, ni a él ni a su familia, un quebradero el tema de las medidas de precaución, pues desde hace casi cuatro años conviven con ellas.

Su hijo, según explica, «lo está llevando bien. Es un nene al que le gusta estar mucho en casa», aunque reconoce que el pasado domingo, con la primera salida de los menores de 14 años, «se asomó a la ventana y pidió salir cuando vio a todos los niños». Ese día, no, pero al siguiente «mi mujer salió con él y la bici a una zona abierta y sin gente. Y una vez más a la vuelta desinfectaron todo, se descalzaron, se cambiaron de ropa...».

El plan de desescalada. Esa programación para volver poco a poco a la «normalidad» que tanto preocupa y a su vez anhela todo el mundo. ¿Cuándo le tocará a él el turno? «En realidad ni me lo planteo. No tengo intención de salir hasta que no haya más seguridad y esté todo más normalizado».

Además, cuando oye hablar de cambio de hábitos, Ismael asegura que «eso no pasará. La gente cambiará al principio y cuando todo vuelva a la normalidad se acercará, besará, se olvidará del gel hidroalcohólico y de las mascarillas..., eso ya lo he vivido».

Ismael pertenece a la Asociación Valenciana de Fibrosis Quística, la cual «nos mantiene informados de cómo evoluciona la pandemia», así como cuenta con especialistas, entre ellos psicólogos, a los que pueden acudir en caso de necesidad.

Es precisamente a beneficio de dicha entidad a la que destinará parte de las ganancias del libro que está terminando estos días, aprovechando el confinamiento. «Llevo tiempo intentando sacar a la luz mi historia, cómo he vivido el proceso desde la llamada para informarme del transplante, hasta la recuperación». Su intención es sacarlo a la venta en la campaña de Navidad y el prólogo «me lo escribirá la doctora Amparo Soler». concluye.

Compartir el artículo

stats