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Los médicos de familia atienden a 21.400 pacientes con síntomas leves de Covid-19

Cada facultativo de la provincia tiene asignados a una media de 13 enfermos, que están en sus casas y son seguidos por teléfono

Un médico de familia atiende a un paciente a través de una llamada telefónica. antonio amorós

Cerca de 21.400 pacientes de la provincia con síntomas leves de coronavirus están siendo atendidos en sus domicilios por parte de los médicos de familia. Son casos que escapan a las estadísticas, ya que a estos pacientes no se les realiza ningún tipo de prueba diagnóstica de Covid-19, a no ser que su estado de salud empeore y tengan que ser ingresados en el hospital.

La cifra la ha dado a conocer la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria (Sovamfyc), que ha elaborado una encuesta a nivel de la Comunidad Valenciana para conocer cómo se está organizando la Atención Primaria ante la pandemia de coronavirus. Desde que estalló esta crisis sanitaria, los centros de salud han variado totalmente su actividad asistencial. Los pacientes son clasificados en dos categorías, «respiratorio», en el que entran los casos sospechosos de Covid-19, y «no respiratorio», que abarca el resto de enfermedades o consultas. Se intenta por todos los medios que los pacientes no se desplacen al centro de salud y los que son sospechosos de sufrir Covid-19 son seguidos a diario por teléfono para controlar que su estado de salud no empeora.

Según esta encuesta, realizada durante la semana del 13 de abril, cada médico de familia estaba siguiendo a una media de 13 pacientes con sospecha de Covid-19, es decir, «respiratorios». En esa semana, cada médico acudió a una media de dos domicilios de pacientes con sospecha de padecer la enfermedad. Toda la actividad se está centralizando estos días a través del teléfono, que se traduce en que cada médico está haciendo una media de 172 llamadas semanales a sus pacientes.

Falta de medios

Muchos médicos se han quejado estos días de que las centralitas de los cetros de salud no dan abasto para gestionar tanta llamada, algo que se refleja en el estudio de la Sovamfyc.

El 37% de los encuestados señala que ha tenido que usar su teléfono móvil para llamar a los pacientes pese a disponer de teléfono en la consulta. Uno de los aspectos más negativos de esta crisis es que sólo en un 43% de los casos cada médico atiende a sus propios pacientes. El resto es aleatorio. «De esta manera se pierde el concepto de longitudinalidad, algo fundamental en atención primaria», señala María Ángeles Medina, presidenta de la Sovamfyc. La encuesta también pregunta por las medidas de seguridad en cada centro. Aunque el 72% de los encuestados señalan que disponen de estas medidas, puntualizan que han ido llegando después de la crisis. Un 17,6% asegura no contar con trajes de protección individual y un 10,3% sostiene que disponen de estos equipos desde el inicio de la crisis. El 44% no ha recibido formación sobre cómo usar estos equipos.

La presidenta de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria señala que el trabajo que están realizando en atención primaria «está siendo excepcional en todos los sentidos: unión de equipos, de trabajo con vocación de servicio, de manifestación de solidaridad hacia los demás, de profesionalidad, de profesionalismo, de lucha, de entrega, de eficiencia...».

Un trabajo titánico para el que en muchas ocasiones se han sentido abandonados y faltos de recursos, como señala la presidenta de la Sovamfyc. «Las principales carencias de las que adolecemos es de liderazgo por parte de la administración, de abandono por parte de los hospitales, de tomadura de pelo a la hora de darnos el material inadecuado, de olvido de los que nos dirigen, hemos adoleci- do también y adolecemos de medios tecnológicos de modernidad».

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