La crisis provocada por el coronavirus también ha invadido la enseñanza musical. Las escuelas y conservatorios de la provincia han tenido que reinventar la metodología y continuar las clases a través de internet. Un 88% del total han logrado mantener su actividad, aunque un pequeño porcentaje correspondiente a las zonas rurales, no han podido debido a la debilidad de la conectividad. Las bandas de música siguen trabajando para que este cambio no afecte a sus escuelas a pesar de la reducción de ingresos provocada en su mayoría por la suspensión de fiestas y conciertos.
Hace unas semanas dar clase de solfeo de forma online parecía una paradoja pero hoy ya es una realidad. Tocar el piano siguiendo las indicaciones del profesor a través de la pantalla no entraba dentro de los planes de muchos alumnos, pero en su nueva rutina ya es un hecho. Todo esto forma parte del cambio que escuelas de música y conservatorios han realizado para adaptar las clases al confinamiento. Las bandas de música han aunado todos sus esfuerzos para que el alumnado no se vea perjudicado a pesar de la reducción de ingresos que estas entidades culturales están sufriendo debido a la anulación de fiestas y actos culturales.
El presidente de la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana en las comarcas de l'Alcoià y El Comtat, José Miguel Pascual, explica que «como para muchos, esto ha supuesto un cambio de dirección a la carrera para que los alumnos no se vean afectados. En los municipios grandes y con buena cobertura telefónica no ha supuesto ningún problema, pero en el núcleo rural para los alumnos ha sido imposible seguir la enseñanza por vía online». Argumenta además que «a las dificultades de la tecnología se suman las complicaciones económicas que están empezando a sufrir muchas bandas, que son al final las que mantienen al profesorado. La anulación de todas las fiestas ha supuesto ya para muchas de ellas pérdidas de hasta 70.000 euros en solo dos meses». En relación a los precios comenta que «por una parte y con la situación económica de muchas familias con todo lo que ha supuesto laboralmente el coronavirus, es inviable subir el precio de las clases es más, en algunas escuelas incluso se han bajado ya que no es lo mismo una clase presencial que virtual». Puntualiza que «está claro que hemos de remar todos a una para sacar todos los proyectos que tenemos adelante, por el alumnado y por las propias bandas».
Visión profesor y alumno
Por su parte, Andrea Sebastià, directora de la escuela de música de la Ateneu Musical de Cocentaina indica que «nosotros desde el día uno iniciamos el cambio al formato on line, es cierto que ya teníamos parte de la batalla ganada puesto que nuestra escuela ya trabajaba una parte de la enseñanza a través de una plataforma virtual». En cuanto a la realización de las clases comenta que «en los más pequeños hemos tenido que desdoblar clases, por lo que si antes teníamos una hora lectiva hemos tenido que convertirla en cuatro para poder atenderlos a todos, lo que ha supuesto un aumento». Además en relación al funcionamiento de las mismas «es cierto que aunque la implicación de los alumnos es brutal, el retardo en la comunicación o el efecto de la llamada no beneficia nada al sonido. A esto hay que añadirle que cuando llevas toda una tarde con los auriculares puestos escuchando a los alumnos al final subes el volumen de la voz sin darte cuenta y acabas muchas veces más saturada que en las clases presenciales».
Los alumnos, como bien explica Pablo Torregrosa, educando del conservatorio profesional de música Rafael R. Albert de Mutxamel, creen que «la rutina académica ha descendido forzosamente, en mi caso las clases de percusión las recibimos en vídeo, yo las realizo y las grabo y se las envío al profesor para que corrija los errores. En cuanto al piano, sí tengo clase virtual aunque previamente nos marcan los ejercicios para que los practiquemos y podamos aprovechar las clases para solucionar dudas y posibles errores de interpretación».
