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Los pueblos pequeños celebran el «alivio» en las restricciones horarias para salir a la calle

Residentes de Agost y Aigües se muestran «optimistas» ante la evolución de la pandemia en estos municipios pero temen que los vecinos no cumplan con las medidas de seguridad

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Pueblos pequeños como Agost y Aigües celebran el «alivio» en las restricciones horarias para salir a la calle

Casi dos meses después, los vecinos de los municipios de menos de 5.000 habitantes pueden salir a pasear y hacer deporte sin limitaciones de franjas de horarios. El Gobierno les ha permitido una pequeña ventaja respecto al resto de lugares dentro del recién iniciado proceso de desescalada que ha comenzado este mes de mayo, por lo que estas personas podrán salir de 6 de la mañana a 11 de la noche a realizar dichas actividades.

Localidades como Agost, Aigües, Busot y La Torre de les Maçanes, entre otras muchas en la provincia, vuelven a tener a sus residentes en la calle. Esta mañana, varios pueblos han recuperado «cierta normalidad» y han vuelto a ver sus viales algo poblados, con la mayoría de peatones portando mascarillas y guantes.

En el caso de Agost (4.729 habitantes), la mayoría de sus residentes se alegraban de regresar a la calle, aunque muchos de ellos ya habían salido de sus hogares por cuestiones laborales o personales. Mientras que en Aigües (936 habitantes), la estampa era la de una parte importante del pueblo reunido en una de sus calles principales haciendo cola para entrar en los pocos comercios que siguen abiertos durante el estado de alarma, aunque en sus rostro se podía vislumbrar alguna que otra sonrisa.

Ahora, con «este alivio» en las restricciones y la circulación de la gente recuperada, el principal temor de los vecinos es que la gente «no respete las distancias de seguridad» y los protocolos sanitarios para prevenir la expansión del coronavirus, aunque reconocen que la actividad en estos núcleos no se asemeja a la de la capital u otras ciudades de la provincia.

«Hemos estado bien en casa y hoy salimos a dar un paseo los dos juntos, aunque con cierto temor porque la gente no está acostumbrada a no darse besos o abrazarse», decía un matrimonio de Agost. Además, en varios momentos de la mañana, se ha podido ver al alcalde del municipio, Juanjo Castelló, resolver dudas que le preguntaban los vecinos.

«Me parece bien que podamos salir porque aquí no hay aglomeraciones, siempre que se cumplan las normas, pero en algún momento teníamos que volver a la calle», indicaba otra vecina de Agost. Los tramos más poblados han sido las calles donde se concentran comercios, estancos y farmacias.

Respecto al panorama de Aigües, un municipio que alberga una población casi cuatro veces menor a la Agost, era más distinto. Numerosos vecinos se han acercado al centro para comprar en los pocos comercios que había abiertos, además de contar después de casi dos meses con un puesto ambulante de frutas y verdudas. «Aquí no ha habido casos, nos alegramos por salir de nuevo a la calle», señalaba un vecino de Aigües.

El principal reclamo de los habitantes de la localidad era la posible apertura de bares y restaurantes, o al menos al 50% de su capacidad, para reactivar la economía en lugares donde no hay peligro de contagios. Una reivindicación que el Ayuntamiento también comparte.

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