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«Me faltan tres semanas de mi vida»

El médico de Urgencias de Dénia Rafael Andarias relata su lucha contra el virus: «Me cuentan que me pusieron un mensaje de mi mujer, esbocé una sonrisa y empecé a salir de lo más crítico»

Rafael Andarias. INFORMACIÓN

Rafael Andarias, el médico de Urgencias del hospital de Dénia que el pasado jueves salió de la UCI tras 23 días, afirma que tres semanas de su vida «se han quedado en blanco». «No recuerdo nada. Son días de apagón total. Ahora estoy empezando a reconstruir qué pasó en esos momentos. Me dicen que estuve 'muy malito', que es la expresión coloquial que utilizamos los facultativos para referirnos a los pacientes críticos».

Esos días permaneció intubado, sedado, inconsciente y boca abajo, en posición decúbito prono. Su esposa, Paqui, que también se contagió de coronavirus y estuvo dos días ingresada en el hospital, no pudo despedirse de él. A la familia le dijeron que se preparara para lo peor. Andarias, que tiene 64 años, es de Alicante y hace 30 años que vive en Xàbia, se agarraba a la vida. Su esposa le grabó un mensaje para decirle todo lo que le quería. Los médicos de la UCI se lo pusieron y ahí cambió todo. «Me han contado que entreabrí los ojos y esbocé una sonrisa, pero yo no lo recuerdo», dice el facultativo.

Este médico atiende a INFORMACIÓN tras salir este jueves de la UCI y pasar a la planta de hospitalización. Se emociona al recordar la maravillosa ovación de sus compañeros de Urgencias y de los médicos y enfermeros de la UCI. «Soy bastante frío, pero hay momentos que te derrumbas. No lo esperaba. Se me saltaron las lágrimas».

Andarias, que es un apasionado de la literatura y hace ahora un año presentó su primera novela, «Reina Victoria Hotel», preguntó qué día era. «Me contestaron que 23 de abril. Pensé inmediatamente en lo mágico y simbólico que era que me dieran el alta de la UCI el Día del Libro».

Una fecha marcada

Otra fecha que se le ha quedado grabada es la de Sant Josep. «Estaba acatarrado. Una o dos veces al año tengo una hiperreactividad bronquial. Esos días, además, me notaba muy fatigado. Me acerqué a Urgencias del hospital a hacerme la prueba». Y el 19 de marzo le comunicaron que se había contagiado. Guardó aislamiento domiciliario. «Ese domingo tuve fiebre y fui otra vez a Urgencias. Las pruebas analíticas y radiológicas me salieron perfectas».

El día 25 le llamó el especialista de medicina interna que le hacía el seguimiento. Andarias le dijo que estaba fastidiado por un ataque de lumbago, pero que, por lo demás, se encontraba bastante bien. «Pero él me dijo que por la voz me notaba fatigado y que no respiraba bien. Me detectó disnea. Y me pidió que fuese al hospital».

Allí ya lo ingresaron, primero, en la planta de medicina interna y luego, dado que empeoró rápidamente, en la UCI. «Y ya tengo el apagón. Mis compañeros me dicen que luché como un jabato».

Su esposa y sus dos hijos, Rafa y Carlos, vivían esos días con infinita angustia y el pesar de no haber podido ni despedirse.

El lunes 13 de abril Andarias, por fin, despertó. Había pasado lo peor. Tres días después «habló» a través de una videollamada con Paqui y sus hijos. Lo de hablar es un decir. Le acababan de quitar la cánula de la traqueostomía. «Con los labios hice el movimiento de decir 'os quiero' y '¿cómo estáis? Pero lo que querían era verme».

Rafael Andarias está poniendo ahora en orden esas semanas que le faltan en su vida. Por deformación profesional y por su pasión por la literatura histórica, no le gusta dejar cabos sueltos. «Lo primero que te tengo que decir es que el servicio de Urgencias de este hospital ha aplicado los protocolos desde el minuto uno y al milímetro. Estoy agradecido a los médicos de Urgencias, a los internistas, a los intensivistas, a los enfermeros y auxiliares y a los trabajadores invisibles del servicio de limpieza y a los celadores. No se suele reconocer la labor que realizan estos últimos y es magnífica. Las limpiadoras desinfectan las habitaciones de arriba a abajo. Me decían: 'Cómo le queremos doctor Andarias'. Y los celadores me daban la vuelta cuando estaba intubado. Su labor es admirable».

«El hospital, en el top científico»

Este médico también destaca que el hospital de Dénia está «en el top» de la lucha contra el coronavirus. «El nivel científico es aquí acojonante. Los vecinos de la Marina Alta pueden estar muy tranquilos. Tenemos unos profesionales de nivel internacional».

El doctor Andarias sabe que su recuperación no es de un día para otro. Hace ejercicios y está en tratamiento de fisioterapia para recobrar masa muscular. El viernes pudo levantarse y dar los primeros pasos. «Pero estoy embalado. Voy fenomenal».

Además, justo el día antes de salir de la UCI, a 20 metros, en el paritorio, su familia se hacía grande. Allí nació Lara, la hija de su sobrino Darío y su esposa Maribel. «Los tenía aquí al lado. Son coincidencias maravillosas»

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