Aunque todavía no hay fecha para la desescalada tras el confinamiento por el coronavirus, los principales ayuntamientos de la provincia ya trabajan en prepararse para un nuevo escenario en sus dependencias municipales. Una situación que nada tendrá que ver con la que dejaron hace poco más de un mes. Entre las medidas comunes destacan los cambios de turnos de la plantilla y la adoptación de importantes medidas de protección para intentar garantizar la seguridad en el trabajo.
Mientras en Alicante todavía no se ha reabierto ninguna de las instalaciones municipales que se cerraron tras el decreto de alarma, en Elche ya han dado un primer paso con la apertura de cuatro oficinas de atención al ciudadano (OMAC), principalmente para atender a los autónomos que necesitan el certificado electrónico para realizar trámites. En estas oficinas ya se ha implantado la obligación de pedir cita previa para atender a los ciudadanos. El resto de dependencias municipales en Elche no se abrirán hasta que los servicios de Riesgo Laboral no verifiquen que todas las medidas de seguridad, como mamparas y separadores, se hayan instalado. El Ayuntamiento ilicitano también trabaja con un planteamiento en el que se reasignarán funciones. «Es posible que los funcionarios de Deportes y Cultura o los que realicen trabajos diversos sean destinados a Bienestar Social, que ahora necesita más recursos. Habrá que hacer un proceso de reciclaje porque esta nueva fórmula tiene rigideces», señala el concejal de Recursos Humanos, Ramón Abad.
En el protocolo en el que está trabajando el Consistorio ilicitano se establecerán turnos de mañana y tarde y también de entrada al trabajo para evitar aglomeraciones. En estos nuevos horarios de entrada al trabajo se fijará que no coincidan más de tres funcionarios a la vez. «Calculamos que, en lo que queda de año, muchas dependencias municipales tendrán que atender por la mañana y por la tarde», apunta al concejal.
En Elche se llevan gastados más de 15.000 euros en material de protección para el personal municipal desde que comenzó el estado de alarma. «Estamos utilizando el fondo de contingencia y, como no existe un presupuesto cerrado, no tenemos un límite impuesto para comprar todo el material de protección que sea necesario» asegura el concejal Abad. Desde su área se está en contacto permanente con los sindicatos para planificar la desescalada.
En Alicante también están de reuniones con los sindicatos. Esta misma semana se celebró el Comité de Seguridad y Salud (Cosesa) del Ayuntamiento, en el que se abordó el plan de contingencia para la reactivación de la actividad, donde se recoge la hoja de ruta, a día de hoy, prevista para la desescalada en las instalaciones municipales de la capital.
Entre las propuestas destaca que «se priorizará el teletrabajo como método principal para el desempeño de las funciones del personal municipal siempre que sea posible». Cuando se apueste por la vuelta presencial, el documento señala que la reincorporación del funcionariado se realizará en grupos alternativos, «de manera que los miembros de cada grupo solo se relacionarán con sus compañeros de grupo», con el objetivo de intentar minimizar contagios. Además, se añade que «se procurará que la atención al público sea la última parte en ser reactivada, siempre que sea posible». En esta línea, los aforos de las instalaciones se reducirán al menos, en una tercera parte.
Por otro lado, el Ayuntamiento de Alicante calcula que tendrá que gastar al mes 121.375 euros para podar suministrar mascarillas y guantes a su plantilla. Se estima que los policías gastarán 9.000 mascarillas al mes, frente a las 1.500 de los bomberos y a las 14.800 del resto del personal.
Además, Desde el Servicio de Prevención se ha solicitado el envío de 500 pantallas faciales y queda pendiente de confirmar otro envío de 1.000 pantallas más.
