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CORONAVIRUS

Solidaridad con los libreros frente al coronavirus

Librerías de la provincia piden a sus clientes que adelanten el pago de los pedidos para evitar cerrar

Vicente Pina, en su librería de Orihuela, prepara los pedidos que entregará cuando pueda reabrir. tony sevilla

En unos días, por el confinamiento, en los que la lectura debería ser una de las actividades que más se hagan en casa, parece casi paradójico que sean los libreros uno de los colectivos que más se esté resintiendo de esta crisis sanitaria. Obligados a cerrar sus pequeños negocios, no considerados como actividad esencial (pese a ser los libros uno de los principales elementos de distracción en estas duras semanas), las librerías han tenido que echar mano del ingenio para poder afrontar los gastos que siguen teniendo que pagar. La principal iniciativa que ha tomado una amplia mayoría de libreros, principalmente aquellos con una clientela fija, es la de pedir a sus clientes que adelanten el pago de sus pedidos que se entregarán una vez se levante el estado de alarma y puedan abrir. De esta forma esperan poder hacer frente a los muchos gastos que tienen, como el alquiler de los locales o los impuestos. Otros han empezado a apostar por las nuevas tecnologías y han habilitado páginas web en las que hacer pedidos a domicilio.

En la provincia de Alicante hay registradas unas 400 librerías, aunque en realidad son más papelerías que venta de libros. No llega al centenar las librerías que se dedican exclusivamente a hacer felices a los lectores. Ayer, 23 de abril, celebraron Sant Jordi con un gran pesimismo. «Es un varapalo para las librerías, la puntilla para muchas de ellas», señala contundente el presidente de la Asociación Provincial de Libreros y Papeleros de Alicante, José Antonio López. El confinamiento, señala, lo que ha propiciado es la venta online de libros «y las beneficiadas son las grandes superficies y grandes empresas de venta por internet», lamenta. «Los libros es lo que más se vende por internet y algunas librerías ya están adaptando sus negocios para ponerlo en marcha, pero es muy difícil competir con las grandes empresas y la salida que le queda al librero es hacer sus presentaciones, actividades, talleres para niños dentro de sus librerías, pero ahora todo esto con el coronavirus no se puede hacer, lo que agrava aún más su situación», explica López, que aboga porque se permitan pronto esas actividades lectoras.

El presidente de los libreros provinciales estima que el 50% de las librerías no sobrevivan a esta crisis sanitaria que deriva en una económica sin precedentes. «El sector está mal», dice López, quien señala que la salida está en reinventar el negocio. «Hacer pedidos a casa, poner página web, son las cosas que deberán hacer todos los libreros que no quieran echar el cierre, tienen que actualizarse ya que de lo contrario veo complicado que puedan salir adelante».

La suspensión de las ferias de libros supone también un coste económico brutal para los libreros, que siempre tienen en ellas una buena parte de sus ventas. Los libreros llevan años reclamando que los centros educativos pidan a las librerías los libros en lugar de a las distribuidoras y un mayor apoyo por parte de las administraciones. «Que apoyen al librero», reclama José Antonio López quien también regenta una conocida librería de Alicante en la que ha tenido que hacer un ERTE a sus empleados, como tantas otras librerías en España.

Máxima

Reinventarse o morir. Es la máxima que también ha tomado Vicente Pina que desde hace muchos años mantiene la librería más conocida de Orihuela, Códex, y fomenta muchas actividades de lectura a lo largo de año en su local de la plaza San Sebastián. Sin embargo, el cierre de su negocio ha dado al traste con todo. «No podía quedarme parado, somos pequeñas empresas y vamos al día, los recursos de un mes son para cubrir lo de ese mes», señala. Por eso, desde hace unos días, se ha adherido a la iniciativa puesta en marcha por otros libreros del país de pedir a sus clientes que le hagan pedidos y los abonen por adelantado antes de que pueda entregarlos, una vez pueda reabrir.

Pina ha recibido ya más de medio centenar de pedidos adelantados en los pocos días que lleva esta iniciativa. Los clientes pueden comprar libros por adelantado, aportar a su cuenta de cliente el importe que quieran para gastar en el momento que vuelvan a abrir o adquirir un cheque regalo. Con esta iniciativa pretende poder volver a abrir la persiana cuando se acabe el estado de alarma. «Aunque he reactivado la página web es muy difícil competir en la venta online con las grandes superficies por el posicionamiento que tienen en los buscadores, así que he optado por algo más cercano, con mis clientes para poder afrontar los gastos del mes».

Entre los libros más demandados están los de literatura infantil, cómic y los históricos, explica este librero de Orihuela. La lectura, recuerden, abre la mente.

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