Estar en el paro y con un subsidio por tener a su cargo a su hermano, paralítico cerebral, es ahora el menor de los males para Isidro Arnau, obligado a aislarse quince días en casa, por sospecha de coronavirus, sin que se le haya practicado prueba alguna.
En el mismo piso, e igualmente confinado, está su padre que padece cáncer y no hace ni quince días que recibió su última sesión de quimioterapia. La debilidad que le provoca el tratamiento a sus 69 años no le permite atender las necesidades que exige la parálisis cerebral de hasta un 75% que padece el hermano de Isidro, por lo que a este no le queda otra que apechugar pese al peligro de llegar a infectarle, como relata.
«No se si soy positivo y vivo con el miedo de contagiarles, no lo quiero pensar pero no tengo otra opción por más medidas que tome. Estamos todos en casa con mascarillaspero debo asear a mi hermano a diario, son 70 kilos con los que no puede mi padre en su situación». Ha reclamado por activa y por pasiva que le hagan la prueba del Covid-19pero no ha tenido éxito alguno hasta el momento.
Incluso se ha acercado a la carpa instalada junto al Hospital de Sant Joan con el informe de Urgencias, donde se señala que se le dio el alta con la prescripción de «seguimiento por Covid-19», pero le han advertido de que sin un volante expreso de su médico de familia encargando el citado test no le harán la prueba por más que insista.
«No es por mí, en absoluto. si viviera solo no pediría la prueba, pienso que puedo aguantarlo y además se que no hay test suficientes porque no las hacen ni a los enfermeros y ATS que están en primera línea. Pero es que tengo que mirar por mi familia, me preocupa mucho contagiarles, tanto mi hermano como mi padres son grupos de riesgo por la parálisis cerebral y el cáncer», se lamenta.
A peor
Hace cinco días que acudió a Urgencias porque hacía otros cuatro que se encontraba muy mal, con un gran malestar y fuerte dolor en el pecho, además de muchos mocos. «Iba a peor. En el centro de salud me habían recetado paracetamol y mucha agua, pero como no mejoraba mi hermana se agobió y me recomendó que fuera a Urgencias. Yo estaba de acuerdo, estaba muy preocupado porque no podía ocuparme de mi padre y mi hermano. El mismo día que fui a Urgencias le daban a mi padre la última sesión de quimioterapia que ha recibido hasta el momento y no podía hacer nada por él», añade.
«Me empezó a faltar la respiración. Yo lo achacaba a que hace dos meses se me cerró un bronquio y se me paró un pulmón, pero mi hermana me insistió y en Urgencias, tras hacerme una placa de tórax y medirme el oxígeno con una pinza, me enviaron a casa con la recomendación de aislarme quince días en mi habitación».
Dice que se siente desesperado, que igual es una gripe, pero que si al menos supiera si es o no positivo al Covid-19 podría acercarse sin tanto temor a sus familiares, a los que se ve obligado a seguir atendiendo pese a las mil y una precauciones que toma.
Asegura que también verbalmente se le dijo que por los síntomas que presentaba podía ser Covid, pero sin la prueba no puede acreditarlo y eso impide la única solución a su alcance: que su hermana coja la baja de su trabajo y vaya a cuidar por él a sus familiares.
Protocolo
Ha llamado repetidas veces al hospital y le insisten en que pida una hoja de reclamaciones, que no pueden hacer otra cosa, que es el protocolo.
«Mi médico de atención primaria dice que me ha recetado la prueba pero no les consta. Si contagio a mi hermano tendría que llevarle de cabeza al hospital porque tiene la mitad de capacidad pulmonar, no quiero pensarlo», lamenta.
Y por eso está preparando una denuncia jurídica en toda regla. «Lo he pedido hasta ahora por las buenas, pero vivir una situación así de estresante es para perder la cabeza y encima el culpable sería yo». Mientras tanto, los vecinos les llevan la comida y la cena.
