Cinco semanas después de que entrasen en vigor las primeras medidas de seguridad en la flota de autobuses de Alicante tras la declaración del estado de alarma, el comité de empresa de Masatusa pide cambios en el protocolo. Entre las peticiones, los trabajadores reclaman mamparas protectoras en la zona del conductor, lo que permitiría que los pasajeros volvieran a entrar por la puerta delantera y que el servicio volviera a ser de pago.

Los conductores, según señala el presidente del comité de empresa, José Molina, sostienen que la medida de que los pasajeros entren por la puerta de atrás por seguridad dificulta el control del aforo de los autobuses. "La puerta trasera la tenemos que abrir para que se bajen los usuarios, y en ocasiones se pueden subir varios cuando el vehículo ya supera el aforo permitido ahora, que en los autobuses cortos ha pasado de unas noventa a unas quince personas, aproximadamente", señala el representante de los trabajadores.

En este periodo desde el decreto de confinamiento, desde el Ayuntamiento se han anunciado dos paquetes de medidas para reducir el riesgo de contagio en los autobuses. Nada más anunciarse el estado de alarma, el bipartito ordenó la reducción al 50% del aforo de los autobuses del servicio de transporte urbano municipal, "con el fin de garantizar la seguridad de los conductores y usuarios, de forma que se mantengan las distancias mínimas de más de un metro entre personas". Además, en un principio "solo se podrá acceder al bus con las tarjetas Móbilis y demás bonos de transporte, suprimiéndose el pago del billete ordinario en efectivo".

Apenas cinco días después, las medidas se reforzaron. Entonces, en un decreto firmado por el alcalde de Alicante, Luis Barcala, se establecieron las modificaciones en el servicio, que pasó a ser gratis por una cuestión de seguridad, y es que los usuarios tienen ahora la obligación de acceder al autobús por la puerta trasera, sin tener que validar la tarjeta de abono ni comprar billete sencillo.

Así, los usuarios no tienen que estar en contacto con el conductor del vehículo. Además, el asiento más próximo al trabajador permanece siempre vació por motivos de seguridad. Por otro lado, solo se podrá ocupar un tercio de los asientos de cada vehículo, dejando siempre una distancia de al menos un metro de distancia entre los usuarios, según recoge el decreto firmado por Barcala.

Además, el Ayuntamiento también acordó reducir el servicio, suprimiendo seis líneas (la 16 y 17 -que conectan con el mercadillo de Teulada-, la 39 -Explanada a Centro de Tecnificación-, junto a las nocturnas 3N y 22N) y manteniendo la frecuencia habitual en solo siete líneas (la 1 -San Gabriel a Ciudad Elegida-, la 3 -Ciudad de Asís a Colonia Requena-, la 4 -Cementerio a Tómbola-, la 13 -Explanada a Villafranqueza-, la 11H -Divina Pastora a Hospital de Sant Joan- y las dos circulares). El resto de las líneas del servicio municipal pasó a tener, en los días laborales, el servicio de los sábados, lo que supone una reducción de los autobuses.