El Puerto de Alicante ha iniciado la tramitación para convocar, cuando finalice el estado de alarma por el Covid-19, un concurso público dirigido a recibir propuestas para la explotación del conjunto de inmuebles del faro del Cabo de las Huertas. Un complejo que sigue operativo para la seguridad marítima, pero al que Puertos del Estado quiere darle también otro uso. La decisión aprobada en el último consejo de administración surge tras recibirse la propuesta de una empresa que quiere acondicionar parte del interior como restaurante, algo que rechaza la Asociación de Amigos de los Humedales del Sur de Alicante y dos mil ciudadanos que ya han firmado en contra en un campaña en change.org. El Puerto, no obstante, se inclina por darle un uso cultural, de ahí que se haya decidido convocar un concurso público para que se puedan presentar más ofertas.

La reforma y explotación de las edificaciones en el recinto del Faro del Cabo de las Huertas, para destinarlo a servicios de hostelería y otros usos, es consecuencia, en principio, de la propuesta de una empresa de restauración para desarrollar sus servicios dentro del programa «Faros de España», promovido por Puertos del Estado, con la finalidad de garantizar, según la Autoridad Portuaria, la conservación responsable, sostenible, y respetuosa con el medioambiente para desarrollar actividades alternativas en los faros. El plazo de la concesión es de 15 años, prorrogables por cinco más, ocupando exclusivamente una superficie de 1.861,66 m2de los más de 52.000 m2 que componen la parcela.

El faro del Cabo de las Huertas fue inaugurado el 15 de agosto de 1856. Tenía luz fija blanca y un alcance de 10 millas. Su lámpara de aceite fue sustituida en los primeros años por una lámpara de una mecha para petróleo y parafina. Entre 1918 y 1921 se modificó sustancialmente el faro original, con una nueva linterna cilíndrica, pantallas giratorias y una instalación luminosa de acetileno, gas fabricado in-situ con un gasómetro, dando la nueva apariencia de luz blanca.

En 1935 se estrenó la electrificación, consiguiendo con ella un alcance luminoso de 25 millas. En 1980 se instaló un nuevo faro con óptica dióptrica, equipo eléctrico-gas, continuando con la misma característica. La única modificación de importancia que tuvo fue la ampliación del edificio consistente en añadir dos alas laterales alineadas con la fachada posterior y de menor longitud que el lado del edificio.

Por otro lado, el consejo de administración del puerto ha aprobado la instalación de atracciones infantiles y explotación de un quiosco de hostelería, con terraza anexa, en la plaza sobre el aparcamiento «Plaza de Canalejas». La concesión tendrá un plazo de 4 años, prorrogable por dos más, y una ocupación de terreno de 2.697 m2.

También se va a licitar la reforma y ocupación del antiguo edificio de Sanidad Exterior, por el que dos instituciones han mostrado interés dos instituciones. El plazo de duración de la concesión será de 20 años, y la superficie de ocupación de 940,23 m2. Los pliegos de condiciones generales y particulares de cada concurso, serán publicados, además de en la página web de la APA, en el BOE, una vez superado el estado de alarma. El Consejo, ante la petición del concesionario de no interrumpir el plazo de tramitación de su solicitud, también ha aprobado la concesión de una prórroga de dos años para la explotación del edificio que presta servicios complementarios de hostelería en la plaza del Puerto.

Conforme al Texto Refundido de la Ley de Puertos del Estado y de la Marina Mercante (TRLPEMM), las Autoridades Portuarias son las responsables de gestionar el dominio público portuario. Conforme a su artículo 66, dicha gestión debe orientarse a garantizar el interés general, a promover e incrementar la participación de la iniciativa privada en la financiación, construcción y explotación de las instalaciones portuarias, y en la prestación de servicios, a través del otorgamiento de concesiones y autorizaciones, tanto demaniales como de obra pública. Los faros, y los terrenos en los que se encuentran ubicados, forman parte del dominio público portuario.

Desde hace una década, el Organismo Puertos del Estado está fomentando una estrategia dirigida a la conservación sostenible y respetuosa con el medio ambiente, que se ha denominado "Faros de España", y que pretende el desarrollo de actividades distintas de la señalización marítima, con usos alternativos, como la hostelería, la investigación o la cultura.En el caso del faro del Cabo de las Huertas, se ha recibido una solicitud para montar un negocio de restauración, lo que está legalmente contemplado en el artículo 72 del TRLPEMM.

Apuesta por un modelo similar al de Albir y San Antonio

La Autoridad Portuaria de Alicante subrayó ayer que la mejor opción sería que el espacio pudiera tener una finalidad de índole cultural. De los siete faros existentes bajo su control, el de Alfàs del Pi es un centro de interpretación en el Parque Natural de Sierra Helada. Además, actualmente, está en trámite la solicitud del Ayuntamiento de Xàbia, para convertir el faro de San Antonio en un centro de interpretación del Parque Natural del Macizo del Montgó. y de la Reserva Marina del Cabo de San Antonio.La Autoridad Portuaria de Alicante no ha recibido muestra de interés alguno en solicitar una concesión para desarrollar algún proyecto de similares características. Pero tiempo existe para ello, por lo que animamos a cualquier organización pública o privada a hacerlo; tiempo hay. Naturalmente, se exigiría, tal y como se prevé en las bases del concurso aprobado y pendiente de publicar, la rehabilitación respetuosa de las edificaciones ya existentes, la imposibilidad de construir cualquier otra edificación, y la presentación de un proyecto respetuoso y de sus correspondientes avales.¿Se puede construir un restaurante en el Cabo de las HuertasEl Faro del Cabo de las Huertas, y los terrenos donde está ubicado, es suelo del dominio público portuario. En el supuesto de que se otorgara una concesión para establecer un restaurante, el concesionario no podría construir ningún edificio nuevo, sino limitarse a rehabilitar la antigua vivienda del farero, un almacén y un garaje-taller ya existentes; además, se vería obligado a restaurar la torre de la linterna del faro, sin que, en ningún caso, la misma forme parte de la concesión.