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Toni Cabot

"Postales del coronavirus", por Toni Cabot

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"A Santa Faz rogando", por Toni Cabot

Reconozco que, dada la sensibilidad que despierta el asunto, cualquier posición arrastra controversia. Ante ello, he pulsado opiniones que valoro de personas de mi entorno para conocer su posición entre las dos posturas enfrentadas: Una defiende la decisión de la subdelegada de Gobierno, Araceli Poblador, vetando la salida extraordinaria de la Santa Faz al Castillo para bendecir la ciudad de Alicante el próximo jueves al considerar que este acto no se halla amparado por la normativa sobre el estado de alarma. La otra, liderada por el alcalde, Luis Barcala, reclama, tras minimizar el riesgo, sensibilidad para los alicantinos a los que esa bendición supone ilusión y esperanza.

Les aclaro que entre las versiones pulsadas hay, como diría El Gallo, «gente pa' tó». Incluidas las de conservadores que justifican la decisión de la subdelegada socialista y la de progresistas que abogan por meditar un poco más los argumentos del alcalde popular. Extremo es creer a todos y yerro no hacer caso a ninguno. Así que vamos a enriquecer el debate resumiendo los argumentos y ? ustedes mismos.

«¿Por qué no se ha podido sacar a la calle a Cristo durante la Semana Santa? Pues por lo mismo, porque hay un decreto que lo impide. Dejemos a la ciencia lo que es de la ciencia y a Dios lo que es de Dios», me apunta el primer amigo al que consulto.

«Un acto (la bendición) que moviliza solo a tres personas, escoltadas por coches de policía, esas patrullas que salen todos los días a realizar controles, no justifica la negativa de la Subdelegación», aboga otro.

«¿Podría el Ayuntamiento garantizar que no se produciría el efecto llamada, es decir, que acto seguido aparecieran otros pueblos de la provincia revindicando su derecho a proceder de igual manera?», me escribe un tercero desde otro lado. «¿Qué riesgo puede entrañar? Si no lo hay, no se entiende la prohibición» sentencia un cuarto.

«¿Por qué no trasladarla por vías legales?, sugiere un quinto. Es decir: «Urna de cristal a través de una compañía de mensajería autorizada, acompañada por servicios esenciales» y contribuir con ese gesto tradicional a que muchos alicantinos «soporten el arresto».

Entre unas y otras, también están los que ven como mejor alternativa bendecir a toda la población desde el propio monasterio y convocarla para el acto religioso por streaming. A todo eso, como colofón, que repiquen las campanas en todos los campanarios a modo de señal para el general aplauso. Esta última propuesta coincide con la postura del dean de San Nicolás, Ramón Egio. Y, por cierto, también con la mía.

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