El «Big Data» también se pone al servicio de la información sobre la pandemia. Y ayer se dieron a conocer dos iniciativas procedentes de entidades con implantación en la Comunidad Valenciana. Una, para servir de consulta. Otra, con el objetivo de tener una aplicación cuya práctica podría entrar en debate con las políticas globales, pero que tiende a ser una ayuda a favor del desconfinamiento.

«¿Por qué esperar a que en toda España se cumplan unas mismas condiciones para levantar el confinamiento?». Es lo que defienden desde la Asociación Española de Geografía, presidida por el catedrático alicantino Jorge Olcina, con su programa «Cartografía de riesgo de programación de la pandemia covid-19 en entornos urbanos». La herramienta permite seguir la pista del virus a partir del número de afectados por edificio y la fecha de diagnóstico (los únicos datos, anónimos, que se precisan), con la que «se pueden discernir las áreas de la ciudad libres del virus» asegura la geógrafa María Jesús Perles.

Estas áreas suelen coincidir con las más afectadas al principio de la crisis y que al cabo del tiempo son las primeras en pasar a estar limpias y con más población inmunizada. Los geógrafos pretenden ayudar, de esta forma, a que «el desconfinamiento sea lo menos lesivo posible para la economía y para la salud de los ciudadanos aislados». Olcina reitera que «la geografía quiere poner su experiencia en análisis espacial de procesos de riesgo al servicio de la sociedad española para poner al virus en su sitio». Recordó, en ese sentido, que este tipo de enfoques han sido especialmente eficaces cuando se han puesto en práctica, como en Corea del Sur. Este sistema permite atinar el comportamiento por barrio y por calle «con lo que también facilita poder atacarlo afinando más, en vez de hacerlo a la misma vez en todo el país Se pueden delimitar espacios precisos, dejándolo aislado y cortando su cadena de alimentación» . Un planteamiento, sin embargo, que ahora choca con la tónica, tanto estatal como comunitaria, de planteamientos globales. Los «barrios limpios» pueden generar debate de agravio comparativo, pero estaría apoyado por datos científicos incontestables.

Pioneros en 1832

El resultado final sería poder permitir la salida escalonada para pasear o abrir negocios» y, a la vez, «poder atacar los focos aún peligrosos». Curiosamente, el análisis geográfico ya se aplicaba hace casi doscientos años, cuando el geógrafo francés Charles Piquet mapeó París durante la epidemia de cólera de 1832, una de las peores pandemias de la historia y que acabó por revolucionar la salud pública.

Este proyecto cuenta con la participación de la delegación española de la multinacional Esri, especializada en software para mapas inteligentes, que también se ha sumado a otro proyecto, desarrollado en este caso con el Institut Cartogràfic Valencià, que ha monitorizado el avance de la pandemia para oforecer la versión valenciana del mapa, incluyendo los datos básicos (positivos, hospitalizados, UCI, fallecidos y recuperados) y el mapa con los círculos rojos que ya se ha hecho familiar en todo el mundo, pero en este caso no sobre un mapamundi, sino sobre el territorio de la Comunidad, referido en esta ocasión a los departamentos sanitarios. También se ofrecen datos por segmento de edad y sexo.

Curva descendente

Cerca de medio millón de personas habían accedido ya al servicio en apenas tres días de puesta en marcha a través de la web del ICV para consultar los datos, que además proceden de fuentes fiables. Concretamente, los datos (que son actualizados en tiempo real) proceden de la Conselleria de Sanitat Universal i Salut Pública de la Generalitat Valenciana. Es decir, «fuentes fiables».

Las curvas permiten contemplar a bote pronto cómo, desde el inicio del mes de abril, las correspondientes a hospitalizados y a ingresados en la UCI en los centros valencianos va desplazándose en sentido descendente.

Un método fiable para la vigilancia epidemiológica

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas estudia el virus a través del análisis de aguas residuales

Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universitat de València han desarrollado un sistema de análisis molecular que puede alertar de la circulación del coronavirus en una comunidad a partir del estudio de sus aguas residuales.El sistema de análisis, que «podría ser útil como método de vigilancia epidemiológica», se ha probado en tres depuradoras del área metropolitana de València. Los análisis han demostrado que los tratamientos de desinfección en las depuradoras «son eficaces en la eliminación de la presencia del virus».

En Valencia, estos estudios se han llevado a cabo en colaboración con las depuradoras de aguas residuales de Pinedo 1y 2 y de Quart-Benàger. Los investigadores están analizando más depuradoras de la Comunitat Valenciana, así como muestras recogidas en diferentes fechas antes de los primeros pacientes positivos de Covid-19 en España. Los resultados obtenidos mediante técnicas moleculares hasta la fecha detectan concentraciones de aproximadamente 100.000 copias de material genético del virus por litro de agua residual», detalla la investigadora Gloria Sánchez, del IATA. Dichos niveles son comparables a los obtenidos en Estados Unidos.