17 días. Desde el viernes anterior a la Semana Santa hasta el domingo siguiente. La empresa concesionaria de la autopista Alicante-Cartagena no se ha salido ni un milímetro de lo que dispone su contrato al considerar esta Semana Santa de 2020 como cualquier otra, con el matiz de que el país está sufriendo una pandemia sin precedentes y que según la Guardia Civil y la administración central los desplazamientos a la costa están prohibidos si no es por causa de fuerza mayor o laboral. Pero las circunstancias especiales no han modificado la gestión anual de la empresa. Ausur a casi duplicado el precio del peaje de los 2,25 euros a cuatro. Quien no sea usuario de esta infraestructura no lo podrá visualizar del todo. La mayor parte del vial es gratuito. Solo se pasa por caja si el conductor atraviesa el tramo central de 10 kilómetros. Si no la abandona en el troncal de Orihuela Costa no solo pagará un peaje. Abonará dos. Y entonces la factura queda en 8 euros por un único recorrido. Este tipo de peaje se diseñó para quienes realizaban un desplazamiento de largo recorrido desde la meseta al Mar Menor y la costa oriolana, con el reclamo en La Zenia del centro comercial más grande de la provincia, pegado al único peaje troncal del trayecto. La indignación entre los usuarios de la autopista se ha expresado, cómo no podía ser de otra forma, a través de las redes sociales. Recordando además que si utilizan el vial es por pura exigencia laboral. «Para la empresa cobrar el doble a los usuarios sí que es una actividad económica esencial. Y al mismo tiempo que estamos en estado de alerta, con controles en la carretera para quienes no puedan saltarse el confinamiento, para ellos esta es una en una Semana Santa normal y corriente, con la misma afluencia de vacaciones de siempre. Es una vergüenza».
La autopista AP-7, que une Cartagena con Crevillent (donde enlaza con la A-7) a lo largo de 76 kilómetros, dispone de un sistema de peaje singular, que obliga a los conductores a rebasar dos peajes de 4 euros -en temporada alta- en el tramo central de la autopista, separados por unos diez kilómetros el uno del otro: uno en Los Montesinos y otro en La Zenia, además de otro troncal en este punto para Orihuela Costa, en La Zenia. El argumento para disponer esta distribución es que los conductores pagan por el uso de la autopista gratuita desde Crevillent a Los Montesinos o desde Cartagena a La Zenia.
La consecuencia es que los tramos libres cuentan con una frecuencia de paso de 20.000 vehículos al día y los conductores de la comarca intentan por todos los medios evitar ese central, que apenas supera los 7.000 diarios. Es utilizada casi exclusivamente por vehículos en desplazamientos largos -los procedentes de Madrid -y turistas residenciales con vivienda en la costa e infrautilizada. Aunque ha mejorado sus números de paso de vehículos tras la crisis, el vial paralelo de la N-332, soporta en Torrevieja más de 50.000 diarios al día y casi 30.000 en Orihuela Costa.
Ausur, que no se ha pronunciado sobre esta última polémica, se adjudicó la concesión de la autopista en noviembre de 1998 por cincuenta años. Es decir no agota la gestión con peaje hasta 2048. La iniciativa política que pide esa rebaja de peaje para los residentes tiene pocos visos de salir adelante. Otra concesionaria, la de la autopista AP-7 entre Alicante y Valencia ha agotado su concesión y no quiere renunciar al peaje. La diferencia entre ambas infraestructuras es que la segunda cuenta con una frecuencia de paso mucho mayor.
Ausur, es la última interesada en que la variante de Torrevieja de la N-332 sea duplicada. En 2015 perdió ante el Tribunal Supremo un recurso contra el Ministerio de Fomento en el que aseguraba que el desdoblamiento de la N-332 entre Pilar de la Horadada y Torrevieja y desde esta ciudad a Guardamar en 2009 le iba a hacer perder 311 millones de euros hasta 2048. Cuando se liberó el peaje de la A-7 entre Alicante y Tarragona muchos usuarios -equivocados- pensaron que también le «tocaba» a este vial.
Comunicaciones deficientes como única alternativa
La Vega Baja tiene uno de los tramos de autopista más caros de España pero sigue sufriendo una penosa conexión por carretera entre la costa o el interior (a la espera de un proyecto autovía desde finales de los noventa que no va a llegar) y un embudo en la N-332 a su paso por la ciudad de Torrevieja que se ha convertido en el semáforo de la Comunidad Valenciana. De esas deficiencias se beneficia directamente la autopista Alicante-Cartagena desde hace dos décadas.
