Tras más de dos semanas de hibernación forzosa de toda la actividad económica que no estuviera considerada como esencial, miles de empresas de la provincia de sectores como el industrial o la construcción regresan este martes al trabajo, aunque lo harán al ralentí ante el desplome de la demanda que ha provocado el confinamiento de la población por el Covid-19, tanto en España, como en los principales mercados de exportación de los productos alicantinos.

Una caída de la demanda que hará que la producción de sectores como el calzado, el juguete, el mármol o el textil diste mucho de la habitual para estas fechas, y a la que hay que sumar las dificultades que se derivan de los nuevos protocolos de seguridad que están implantando las compañías para proteger la salud de sus empleados, que implican medidas como la entrada escalonada de las plantillas o el aumento de las distancias entre los puestos de trabajo.

En este sentido, tanto la patronal autonómica CEV como los sindicatos denunciaron ayer la falta de equipos de protección individual (EPI), sobre todo mascarillas, y apelaron a la responsabilidad de empresas y trabajadores para evitar situaciones de riesgo. «Las empresas donde no cuenten con mascarillas y donde no se pueda mantener la distancia personal de dos metros no deberían trabajar», reconocía ayer el presidente de CEV, Salvador Navarro.

En cualquier caso, el presidente de los empresarios cree que serán pocos los casos donde pueda haber problemas, sobre todo porque serán pocos también los centros de trabajo donde acuda toda la plantilla. «Va a haber una recuperación de la actividad muy progresiva, los pedidos están bajo mínimos y la mayoría de las empresas que ha solicitado un ERTE lo ha hecho para tres meses», apunta Navarro, que confía en que los suministros de mascarillas puedan normalizarse en los próximos días, más allá de los repartos en el transporte público.

En cuanto a los sectores que hoy pueden volver al trabajo, además de supermercados, el sector agroalimentario, la industria farmacéutica, sus proveedores y el teletrabajo, que siempre han estado permitidos, desde este martes pueden volver a abrir físicamente negocios como los despachos de abogados o las asesorías, pero, sobre todo, el conjunto del sector industrial -que en Alicante emplea a unas 80.000 personas-y la construcción, que da trabajo a otras 40.000, aunque en este caso se excluyen aquellas obras de rehabilitación y reforma de edificios en los que haya personas residiendo u otros usuarios.

Por el contrario, siguen cerrados todos los comercios que no sean de primera necesidad, los establecimientos de ocio y todos los bares y restaurantes, como ocurrió en la primera etapa de confinamiento.

En el caso de la construcción, el interés de los promotores está en evitar retrasos en la entrega de las obras que tienen en curso, para evitar penalizaciones y, sobre todo, las tiranteces de caja que estos pueden provocar, ya que hasta que no se escritura la vivienda no reciben la totalidad del dinero de su venta.

En este sentido, el secretario general de la Asociación Provincial de Promotores (Provia), Jesualdo Ros, recuerda que, en estos momentos, la mayoría de promociones arranca cuando ya está vendida una gran parte de los pisos o los apartamentos. En su caso, las demoras en la recuperación total de la actividad vendrán, sobre todo, por el tiempo que cueste poner en marcha la cadena de suministros, «lo que es difícil hacer de un día para otro», según Ros.

Al tajo, con termómetro

Las empresas del sector deberán adoptar todas las medidas de seguridad que se han pactado entre patronal y sindicatos a nivel nacional, y que van desde la toma de temperatura a los obreros a la entrada, hasta evitar que almuercen o coman en grupo, para reducir el riesgo de contagio, como explica el director general de TM Grupo Inmobiliario, Pablo Serna.

En su caso, por ejemplo, se han ofrecido a pagar la gasolina a algunas subcontratas para garantizar también la seguridad en el desplazamiento de los trabajadores. Tanto TM como otras firmas del sector, como Alibuilding, que también retomará hoy sus promociones, aseguran que no han registrado efectos negativos sobre sus reservas.

En el caso de la industria, los problemas vienen por la falta de demanda, como apunta la presidenta de la Asociación Valenciana del Calzado (Avecal), Marián Cano. «Las fábricas tendrían que estar recibiendo pedidos para la colección de invierno y con reposiciones de la de primavera, pero con las tiendas cerradas no hay nada que hacer», apunta Cano. La única esperanza es la posible reapertura de algunos mercados internacionales como Austria o la demanda que parece mantenerse en Rusia.

En una situación similar están en el mármol, según explica el presidente de la asociación provincial del ramo, David Beltrá. «Los que tenían algún pedido de exportación pudieron trabajar incluso durante el periodo de hibernación, pero ahora todo es incertidumbre. La mayoría está a la expectativa, a ver cómo llegan los pedidos», señala el empresario, que teme que muchas firmas que se las arreglaron dando vacaciones o el permiso retribuido obligatorio a sus empleados ahora deban recurrir a un ERTE.

En el caso del juguete, la previsión es que las fábricas del sector «empiecen a funcionar en mínimos, fabricando las piezas que deben acumular y que son imprescindibles para poder trabajar cuando llegue la temporada fuerte, a partir de junio», apunta el presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ), José Antonio Pastor. Según sus cálculos, en los centros de producción no habrá estos días más que un 30% de las plantillas, un porcentaje que en el caso de administración y los departamentos comerciales será mucho mayor, gracias al teletrabajo.

También el sector del textil seguirá lejos de la normalidad, a pesar de que una parte de las empresas del ramo se ha reconvertido a marchas forzadas estos días para producir materiales sanitarios, como las ansiadas mascarillas o batas y otros equipos de protección. Aún así, el cierre de los comercios en casi toda Europa hará que la producción estos días se sitúe entre un 35% y un 40% sobre lo que suele ser habitual, según el secretario general de Ateval, José Serna.

Más turnos

La potente industria del plástico y auxiliares de la zona de Ibi y la Foia de Castalla es una de las que mantuvo un mayor nivel de actividad, sobre todo gracias a las líneas de producción de envases para alimentación, aunque otras firmas, como las que servían piezas de automoción o las que se dedicaban al mueble, pararon por completo. Ahora el director de la patronal Ibiae, Héctor Torrente, calcula que hoy abrirán el 85% de las fábricas, «aunque muy pocas lo harán al 100%».

Torrente destaca el esfuerzo que están realizando las compañías para adaptarse a los nuevos requisitos de seguridad para hacer frente al Covid-19, por ejemplo, instaurando varios turnos para que coincidan el menor número posible de trabajadores. La propia Ibiae ha repartido hasta 4.000 pantallas de protección individual.

Un «esfuerzo organizativo» que también destacan desde la Federación de Empresarios del Metal (Fempa) y que, según su secretario general, Luis Rodríguez, es otro de los motivos de que la vuelta a la producción vaya a ser escalonada y se ralentice la actividad. En su caso, calculan que rondarán el 60% de lo habitual, aunque reconoce que algunos sectores, como los talleres mecánicos, presentarán cifras inferiores por la falta de clientes.

Por su parte, la secretaria comarcal de UGT en l'Alacantí y la Marina, Yaissel Sánchez, respaldó ayer la vuelta a la actividad de las empresas, «siempre que se garantice la salud de los trabajadores», e instó a denunciar las situaciones de riesgo que se produzcan. También el secretario general de CC OO PV, Arturo León, exigió el cumplimiento de los protocolos de seguridad.