Con la curva de contagios y hospitalizados por coronavirus bajando, poco a poco comienzan a conocerse cuáles son los siguientes pasos que se van a dar en el camino que tenemos por delante hacia la normalización. La novedad más importante es la llegada a todas las comunidades de test rápidos para diagnosticar casos asintomáticos. Unos test que, según adelantó ayer la consellera de Sanidad, Ana Barceló, se aplicarán a los trabajadores a los que se les permita ir regresando a sus empresas de manera paulatina para que de esta forma cuenten con un certificado de que no están enfermos y evitar así contagios. En las últimas horas, el Gobierno ha enviado a la Comunidad 86.973 test rápidos para detectar la enfermedad. Estos test, según ha adelantado la consellera de Sanidad, Ana Barceló, irán destinados en primer lugar a los trabajadores de los hospitales que permanecen en cuarentena, también a los residentes y trabajadores de geriátricos, a los cuerpos de seguridad y a los servicios esenciales. Aunque la responsable de Sanidad ha señalado que este test se hará de manera voluntaria, «cuando se levante el confinamiento lo lógico es que a las personas que tienen que volver a su puesto de trabajo se les solicite un certificado de que no tiene el virus». Barceló aún desconoce cómo se aplicará exactamente esta medida y sostiene que de momento no hay test suficientes para llevarla a cabo.

Hasta el momento, la prueba que se ha estado empleando para determinar si una persona está infectada es la denominada PCR, que permite detectar un fragmento del material genético del virus. A esta herramienta se están sumando los test de diagnóstico más sencillos y rápidos. Los test rápidos permiten conocer en 10-15 minutos si una persona está o no infectada, frente a las 4-5 horas que tarda el PCR. Según explica el Ministerio de Sanidad, estos test rápidos no identifican material genético del virus, sino que detectan, o bien anticuerpos producidos frente al virus utilizando una muestra de sangre o bien proteínas del virus presentes en las muestras respiratorias que se toman del enfermo.

El objetivo del Gobierno es hacer test rápidos al mayor número de población posible. El problema, según explica Rafael Ortí, presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, es la fiabilidad de estos test. «Hacer test de forma masiva, como estrategia no está mal, pero tienen que ser muy sensibles para poder detectar los casos asintomáticos. Si bajan de un 60% mal vamos y el Gobierno no nos acaba de aclarar qué sensibilidad tienen estas pruebas que se están distribuyendo».

Ortí confirma que el pico de ingresos en las Unidades de Cuidados Intensivos y de fallecidos ya se habría alcanzado y que ahora entramos en un nuevo escenario, muy delicado, para que los casos de la enfermedad no vuelvan a dispararse. «Volvemos a un escenario inicial en el que no podemos fallar. Habrá que detectar muy bien cada nuevo caso y estudiar sus contactos para frenar los contagios» . Respecto al fin de las medidas de cuarentena, Ortí cree que se deben mantener durante el mes de abril, «mientras la curva siga descendiendo» e ir abriendo poco a poco la mano, «primero trabajos esenciales, algún pequeño comercio y en general en lugares donde la aparición de nuevos casos no sea muy grave». En este sentido, cree que lugares como las residencias geriátricas deben ser las últimas en volver a la normalidad.

Últimos datos

La pandemia dejó ayer seis fallecidos más en la provincia de Alicante, la cifra más baja desde el pasado 28 de marzo. En paralelo, sigue bajando el número de hospitalizados por quinto día consecutivo en la provincia y el de los pacientes críticos se mantiene estable. Ayer eran 141.

En el Hospital General de Alicante, la UCI sigue llena de enfermos Covid-19, pero aún hay espacio en la Unidad de Cuidados Intermedios y en las zonas propias de anestesia. El Hospital de Torrevieja mantiene una gran presión asistencial en UCI con 15 enfermos por coronavirus con respiración asistida El departamento teme un repunte de casos por la movilidad no controlada de residentes de otras comunidades, tal y como ocurrió hace unas semanas. La llegada de un goteo continuo de nuevos residentes está siendo confirmada por algunos alcaldes de los departamentos a los que asiste el Hospital y se produce pese al despliegue policial y las sanciones. En el Hospital de Elda sigue aumentando la presión pero no está saturado. Hay camas libres y todavía están las dos upis sin abrir y en críticos la situación tampoco se ha desbordado. La única novedad es que se prevé medicalizar una planta del Hotel AC de Elda para acoger a enfermos leves (si fuera necesario) o albergar a personal sanitario.

En el Hospital comarcal de La Marina Baixa la presión asistencial, que tuvo un pico muy alto la pasada semana, ha disminuido estos días, según explicaron fuentes sanitarias a este diario. Las fuentes consultadas explicaron a INFORMACIÓN que se ha iniciado la semana con una cama de UCI «libre» de las 12 con las que cuenta el centro hospitalario normalmente. A ellas se han sumado otras 13 nuevas y «en ocho de ellas, no son pacientes con Covid-19» sino que hay con otras patologías. Así, indicaron también que la «presión asistencial» es mucho menor.