En una situación diferente habría quedado probablemente en libertad, pero robar, en pleno estado de alarma por la crisis sanitaria, mascarillas de protección, guantes y geles desinfectantes ha conllevado el ingreso en prisión de una mujer de 45 años detenida por la Policía Nacional tras ser interceptada por vigilantes de seguridad del Hospital General de Alicante. La sospechosa estuvo sustrayendo al descuido material sanitario de protección en una planta de acceso restringido donde están ingresados pacientes contagiados con Covid-19 y posteriormente fue localizada en la UCI de Neonatos.

El juzgado de Instrucción número 5 de Alicante acordó el pasado domingo prisión provisional por desobediencia y hurto agravado para la detenida, con una veintena de antecedentes. En el auto el juez destaca que se trata de una desobediencia grave al incumplir de forma reiterada el estado de alarma y «poner en peligro la salud e incluso la vida de las demás personas». El abogado defensor, Antonio Gascón, recurrirá ante la Audiencia Provincial el ingreso en prisión de la arrestada.

Los vigilantes del Hospital General que retuvieron a la mujer con una botella de desinfectante aseguraron que ya la habían descubierto en otras ocasiones hurtando este tipo de material.

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 2 de Elda, en funciones de guardia, también envió ayer a prisión a hombre por robar en el interior de un vehículo y desobedecer reiteradamente la obligación de confinamiento, según el Tribunal Superior de Justicia. Fue sancionado tres veces y detenido el domingo por desobediencia por la Policía. Quedó en libertad y la Policía le detuvo en la madrugada de ayer tras forzar un vehículo en Elda. Les dijo a los agentes que saldría cuantas veces quisiera a la calle y el juzgado acordó su ingreso en prisión.

Por otro lado, la Policía Local de Alicante detuvo ayer en la isla de Tabarca a un hombre de 49 años por un delito de desobediencia al saltarse el confinamiento de forma reiterada y por quebrantamiento de la medida cautelar de una orden de alejamiento de su pareja.

La Guardia Civil ha sancionado por su parte al dueño de un bar de Torrevieja que continuaba abierto de forma clandestina y a un cliente que estaba consumiendo dentro un orujo. El truco para que abriera la persiana era golpear la persiana dos veces con el pie.