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Las cuidadoras a domicilio pierden la mitad de los usuarios por la pandemia

El temor al contagio lleva a cada vez más personas mayores a prescindir temporalmente de estas empleadas, que reclaman nuevo material de protección

Dos empleadas del servicio de atención a domicilio de Alicante. INFORMACIÓN

Las empleadas del servicio de atención a domicilio de la provincia también están sufriendo el impacto de la pandemia ya que en dos semanas han perdido muchas de ellas la mitad de sus usuarios, sobre todo personas mayores aún independientes que se dan de baja temporal por temor al contagio. Así lo confirman tanto los sindicatos como las propias cuidadoras, que reclaman más material de protección ya que en algunas ciudades, como Alicante, han estado casi dos semanas con la misma bata desechable, que se ven obligadas a lavar, y con la misma mascarilla quirúrgica yendo de un servicio a otro. A mitad de semana llegó una remesa de material nuevo aunque «de momento no hay para todas. Los usuarios se dan cuenta de que vamos con la misma bata y dicen que prefieren quedarse sin el servicio hasta que pase la pandemia», afirma Lidu Sharte, delegada de CC OO del servicio de atención a domicilio del Ayuntamiento de Alicante. Solo entre la capital y Elche este servicio da empleo a más de 200 trabajadoras que atienden a más de dos millares de usuarios diarios. Suele estar externalizado y lo prestan empresas a través de un pliego de condiciones. Tal es el caso de Alicante.

Como explica Sharte, cuya coordinadora la llamó tras estallar la pandemia para dejarle tres servicios, la mitad de los que realizaba, la situación por la que atraviesan estos profesionales sociosanitarios no está siendo fácil. «Parece que se han olvidado de las trabajadoras del servicio de ayuda a domicilio; no contábamos con material de protección ya desde los primeros días? Sé que escasean para todos, pero nosotras no teníamos ni provisiones para aguantar. Nos proporcionaron una bata desechable y una mascarilla quirúrgica el mismo día que se estableció el estado de alarma (el lunes 16 de marzo) y nos dijeron que las cuidáramos porque no se nos iban a dar más hasta que llegasen en el pedido que realizó la empresa. Pero teniendo en cuenta que diariamente atendíamos 5-6 domicilios diferentes esa medida era muy poco o nada efectiva».

De una casa a otra

La cuidadora recalca que el material contaminado se lleva de una casa a otra y que los usuarios son personas de alto riesgo que, en muchos casos no pueden prescindir de este servicio, especialmente los dependientes. «Nos encontramos en continua desprotección frente al virus, lo que aumenta el riesgo de contagio en nuestras familias. Somos las últimas, las olvidadas, las que día a día llevamos el sector más vulnerable. Lo último que queremos es que caiga nuestro servicio, significaría un gran impacto en la sociedad ya que asistimos a muchos usuarios que realmente nos necesitan, dependen de nosotras, y no son capaces de realizar sus cuidados de forma independiente. Aunque en algunas ocasiones el usuario puede prescindir de nuestro servicio de forma temporal por el estado en el que nos encontramos, tenemos miedo de que esta situación sea la razón por la que dejen sin cobertura a personas que sí precisan» de su atención y cuidados, señala.

Antonio Valcárcel, del sindicato UGT, también indicó que algunos usuarios han decidido voluntariamente prescindir del servicio de ayuda a domicilio por miedo al contagio pero sin embargo en otras casas se ha reforzado, y los trabajadores que siguen lo hacen con el equipo de protección individual. Uno de los más amplios de la provincia es el de Elche por la dispersión geográfica en numerosas partidas rurales con una cantidad importante de personal y usuarios. En el caso de Alicante, es un servicio concertado con una empresa privada, que lleva muchos otros servicios de atención domiciliaria a nivel estatal.

Aseo personal, desayuno y limpieza a encamados y no dependientes

Aseo personal, desayuno y limpieza a encamados y no dependientesLas cuidadoras realizan una amplia tarea, en función de cada usuario, que empieza con el aseo personal, una tarea compleja en el caso de los encamados, grandes dependientes para los que hay que preparar todo el material, el agua, las toallas, las cremas y todo lo que van a necesitar. «Muchas veces pesan muchísimo y no tienen las camas adecuadas, porque suelen ser de matrimonio», explica una cuidadora. También tienen que darles las medicinas, preparar el desayuno y dárselo, hacerle la cama con el usuario en ella, y al terminar de asearlo, se limpia la habitación. A los que sí pueden levantarse, les lavan en la ducha y les secan, les preparan el desayuno, los medicamentos, y realizan tareas de mantenimiento y limpieza del hogar para que esté en condiciones adecuadas, a lo que dedican entre una hora y dos horas si incluye trabajo doméstico. Además, hacen las compras y acompañamiento de la persona fuera del hogar, ahora suprimido por el Covid-19.

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