Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

«Duermo con mascarilla por miedo a contagiar a mi familia»

Una enfermera alicantina relata la situación de miles de sanitarios que tienen que aislarse en sus propias casas para evitar transmitir el virus a los suyos

María en la cocina de su casa, donde lleva la mascarilla día y noche, al igual que en el hospital. información

María va a todas horas con mascarilla. Es enfermera, y la usa en el hospital de la provincia donde trabaja, para protegerse y sobre todo proteger a los demás... y también la emplea día y noche en su propia casa, donde vive con su marido y sus dos hijos. La mascarilla es ya una parte de ella que la acompaña a todas partes, aunque es muy duro mantener esta protección en el propio hogar y con dos niños a los que no puede abrazar. Además del gran trabajo que hacen los sanitarios frente a la crisis del Covid-19 en centros de salud y hospitales, a ellos después les queda otra batalla aún más dura en casa, sobre todo si tienen niños o personas mayores a su cargo.

«Mis hijos al principio no lo entendían, pero ya se han acostumbrado a verme así. Lo que sigue siendo muy difícil es no poder darles abrazos ni besos. Antes para acostarlos les daba miles de besos y ahora no puedo, y duele mucho. El pequeño se pone a llorar porque quiere abrazarme, mi marido también quiere y no lo entiende, dice que le da igual contagiarse», relata María con un pesar que la acompaña todo el día€ y por la noche. Porque también duerme, de momento, con su esposo en la cama de matrimonio. Y con mascarilla. «He intentado dormir en otra habitación pero el niño no lo entiende y se pone a llorar. De momento en mi planta no tengo a ningún contagiado y por eso sigo en la cama con mi marido, con la mascarilla puesta de todas formas. Pero cuando tenga a alguien con el coronavirus en mi planta dormiré en otra habitación».

Pero María va más allá y expone una situación que viven otros muchos sanitarios. Recuerda que como ella hay numerosas compañeras que también lo están pasando mal. Y asegura que ella y otras muchas «si pudiéramos no volveríamos a casa, si tuviéramos opción preferiríamos quedarnos en otro sitio. Tenemos miedo a traerlo a casa, que se pongan malos la mayoría de casos son leves, pero también hay hospitalizados y muertos. Y lo pasamos muy mal».

Y es que esta sanitaria destaca lo difícil que es aislarse en su propio hogar. «No son solo los besos y los abrazos a mis hijos, es cocinar, ducharlos, hacer los deberes, jugar con ellos€ no puedes mantener el metro y medio de distancia en tu propia casa, sobre todo con niños pequeños por medio». Y de sexo, mejor ni hablar. «Mi marido me ha dado un beso alguna vez que por lo que sea no llevaba la mascarilla, y me enfado. Yo claro que también echo de menos sus besos y abrazos».

María añade que «otro problema que me pasa a mí y a mis compañeros y compañeras es que dormimos fatal, nos despertamos mucho por la noche con ansiedad de pensar en tu familia y en cómo va a ser el trabajo, si voy a dar la talla profesionalmente, si tendré a mi alcance todos los recursos que en situaciones normales tienes, pero que sabes que ahora lo que antes era normal ahora no sé si se podrá».

Escasez de material

Y es que el problema del material es una losa que no se quitan de encima de ninguna forma estos héroes que luchan contra el Covid-19. «En el hospital llevamos mascarilla quirúrgica, que es más para proteger a los demás por si estuviéramos contagiados que para nosotros. Para mí, si estoy a menos de un metro, solo me protege un 60%. Y para sacar sangre o dar pastillas en la boca no podemos mantener esa distancia de seguridad. Y esa mascarilla se supone que sería para unas ocho horas, pero la llevamos en tres turnos de 12 horas, hasta que se rompe, porque no hay más. Y en casa llevo otra igual, para evitar poder traer algo y contagiar a mi familia. Pero es muy difícil de controlarlo en tu propio hogar».

Esta enfermera alicantina concluye destacando que «pese a todo el sufrimiento, temor y ansiedad que genera esta situación, no cambiaría mi trabajo, mi profesión, mi vocación, el seguir ayudando y cuidando a los enfermos y más en estos momentos en los que desgraciadamente más solos se encuentran». Por ello, los sanitarios de la provincia siguen luchando, tanto en sus lugares de trabajo como en sus casas, contra el coronavirus a brazo partido sin poder recibir el cariño de sus seres queridos.

Investigación para mascarillas, respiradores o desinfección

Investigación para mascarillas, respiradores o desinfecciónLa Generalitat Valenciana ha recibido 265 propuestas de innovación e investigación para contener el Covid-19, entre las que se encuentran proyectos de Inteligencia Artificial, fabricación de respiradores y mascarillas, sistemas de desinfección masivos y soluciones automatizadas para prestación de servicios no sanitarios.

El nivel de las propuestas, que se han recogido a través de la Agencia Valenciana de Innovación, está en un estado de madurez avanzado, lo que permitirá que puedan ser implementadas en corto y medio plazo. Así, de las propuestas presentadas, 93 podrían aplicarse en menos de un mes y 94 en un plazo de entre uno y tres meses.

La consellera de Innovación Carolina Pascual ha destacado que «estas soluciones van a ayudar a muchas personas».

Bravo cuestiona la fórmula de los permisos retribuidos del Gobierno

Bravo cuestiona la fórmula de los permisos retribuidos del GobiernoLa consellera de Justicia, Gabriela Bravo, criticó ayer el Decreto aprobado por el Gobierno sobre el permiso retribuido. Alertó de la «desigualdad» y la «discriminación» que sufre el personal laboral de la administración respecto a los empleados públicos, porque se les tendrá que descontar el permiso retribuido y tendrán que devolver los días que estén sin trabajar durante el estado de alarma. «Existen servicios públicos parados después de tres semanas, con un número importante de funcionarios que no puede trabajar en casa porque la administración no está preparada», añade. Bravo aseguró que para reanudar estas secciones «vamos a necesitar muchos recursos, sobre todo en Justicia», por lo que «se está pagando ahora por el trabajo que no se hace y después por el que tendremos que reforzar».

Compartir el artículo

stats