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CORONAVIRUS

Hospitales de la provincia prohíben tener compañía en el parto para evitar contagios

Alicante, Elda, Vinalopó y Torrevieja aplican la medida mientras Sant Joan, Alcoy y Elche sí permiten a las parejas de las gestantes acceder al paritorio

La sala de partos del Hospital General Universitario de Elda tras su remodelación en enero de 2019. ÁXEL ÁLVAREZ

Las embarazadas de los hospitales de Elda, Torrevieja, Vinalopó de Elche y General de Alicante tendrán que dar a luz sin la compañía de sus parejas para evitar contagios de coronavirus. Por tanto, solo accederá a la zona de paritorio el personal sanitario. No obstante, se intentará que la parturienta esté el menor tiempo posible sola. Su compañero sentimental o la persona que elija sí podrá permanecer con ella en la habitación antes y después del nacimiento. A la gestante también se le permitirá informar por teléfono móvil -con medidas higiénicas- de la evolución de su dilatación, parto o puerperio inmediato -dos horas después del nacimiento- cuantas veces desee. Desde los Servicios de Obstetricia y Ginecología de estos hospitales se lamenta la alteración de la normalidad durante la vivencia del nacimiento. Una medida excepcional que justifican «por la gravedad de la situación actual», y para preservar la salud de la madre y el bebé. Por eso se facilitará también el alta precoz al domicilio para limitar la estancia en el hospital. En cualquier caso, desde Sanidad se recuerda que los equipos de partos están entregados para respetar al máximo las necesidades de las gestantes y acompañarlas, «con la mayor calidad y calidez», durante el alumbramiento.

En cambio, en otros hospitales como Alcoy, Sant Joan y el General de Elche se ha decidido permitir la presencia de las parejas en el paritorio, aunque no podrán estar durante la dilatación para restringir el tiempo de estancia en una zona especialmente sensible.

Frente a la emergencia sanitaria por la pandemia del Covid-19 la instrucción general de la Conselleria de Sanidad es que solo se podrán acompañar a pacientes hospitalizados cuando se trata de dependientes o menores. De ahí la libertad de cada uno de los Departamentos de Salud de la provincia para aplicar las medidas restrictivas que considere oportuno en el caso de los partos. Lo que sí es común para todos los hospitales es la prohibición de recibir visitas de familiares o amigos y la obligación de que el acompañante no salga de la habitación de la planta de Obstetricia.

Plataforma en contra

Frente a estas medidas ha surgido la plataforma de ámbito nacional ¡No queremos parir solas! que ya lleva recogidas, a través de change.org, más de 5.000 firmas de apoyo. El objetivo es conseguir que se revoque la decisión de aquellos hospitales que no permiten el acompañamiento de las mujeres durante el parto. Se señala, en tal sentido, que en Nueva York se adoptó la misma medida el 18 de marzo y se retiró a los cuatro días gracias a una petición idéntica. Además, según se expone desde la plataforma, el Ministerio de Sanidad no ha recomendado prohibir el acompañamiento en el parto, ni siquiera respecto a las mujeres positivas o sospechosas de contagio. Solo se aconseja restringir las visitas a la habitación y reducirlas a una sola persona, y siempre la misma.

Mónica Carreño: «Se pasa mal porque no sabes seguro si tu pareja va a estar en el parto»

ALICANTE. EMBARAZADA DE 37 SEMANAS

Primeriza. Mónica Carreño admite que vive esta recta final del embarazo con «incertidumbre». Y lo hace, como el resto, porque la pandemia ha cambiado todos lo previsto. «Se pasa mal porque no sabes seguro si tu pareja va a estar en el parto, si luego le dejarán estar en la habitación... Es triste también que la familia no pueda ir ni al hospital ni a casa hasta que finalice esta situación», explica Mónica, quien admite que durante el confinamiento no ha salido de casa: «Somos población de riesgo y temes contagiarte». En su caso, la joven pudo acudir a las clases preparto («y no fue nadie más, ya había miedo»), aunque no tuvo charla de la epidural prevista para el 12 de marzo, a la que les citaron para desconvocarla una vez estaban todas en el hospital.

Patricia Martínez: «El coronavirus lo ha cambiado todo. Ya lo he asumido, pero es triste»

SANTA POLA. EMBARAZADA DE 36 SEMANAS

Madre de una niña de 21 meses, Patricia Martínez sabe que su próximo parto puede parecerse poco a su primera experiencia. «Ya tengo asumido que será distinto, pero al principio lo pasé muy mal. Tras la última ecografía, a la que fui sola y en una planta del hospital totalmente vacía, llegué a casa llorando», reconoce la joven, que lamenta la distancia con su entorno en unos momentos tan especiales: «Te preguntas cuándo va a conocer la familia al peque... El coronavirus lo ha cambiado todo. Ya lo he asumido, pero es triste». Patricia espera que el padre del bebe pueda acompañarle en el parto, aunque no las tiene todas consigo: «Mi ginecóloga me ha dicho que en Elche puede entrar, pero no en otros hospitales. Ya veremos...».

Leticia Murillo: «Cuando nazca, haremos más videollamadas de lo habitual para la familia»

LA VILA. EMBARAZADA DE 37 SEMANAS

La experiencia, dicen, es un grado. «Yo asustada no estoy, porque sé a lo que me enfrento. Me imagino a las primerizas...», relata Leticia Murillo, embarazada de 37 semanas de su segundo hijo. Hace tres años nació Mateo y ahora espera otro niño, Marc: «Tengo incertidumbre, eso es verdad, porque parece que estaremos más solas de lo habitual durante el ingreso. Me han dicho que en mi hospital [La Vila] el padre puede entrar al parto si no tiene síntomas de coronavirus y que en la habitación estaré sola, pero ya veremos...», cuenta la joven, que bromea con la distancia obligatoria con su gente por la pandemia: «Igual cuando conozcan a Marc ya anda... Cuando nazca, habrá que hacer más videollamadas de lo habitual para la familia».

María Teresa Rodes: «Me he buscado la vida con los cursos preparto porque se suspendieron»

ELCHE. EMBARAZADA DE 33 SEMANAS

María Teresa Rodes, embarazada de 33 semanas, tenía que empezar hace casi un mes las clases preparto, pero la irrupción del coronavirus obligó a cancelarlas. A la espera de que su hospital le facilite información, esta primeriza ha empezado a buscar alternativas. «Al suspenderse, me he buscado la vida con algún curso online. Nos dijeron que nos enviarían documentos por correo electrónico y nada», afirma María Teresa, quien reconoce que ha pisado la calle lo imprescindible durante el confinamiento. «Tuve que ir a firmar el ERTE y enseguida a casa. Ni yo quiero ni salir ni mi pareja me deja por el riesgo a contagiarme», añade la joven, quien espera que para su parto, previsto para mediados del mes de mayo, la situación se haya normalizado.

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