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CORONAVIRUS

Médicos de Familia detectan un repunte de pacientes con angustia y ansiedad

Los facultativos evitan todo lo posible la sobremedicación de ansiolíticos - Los galenos aseguran que estas patologías se ceban con los jóvenes

Los médicos evitan recetar ansiolíticos.

«Hay mucha angustia colectiva en estos momentos y el repunte de pacientes con un cuadro de ansiedad es muy significativo, especialmente de gente joven». María Ángeles Medina, presidenta de la Sociedad Valenciana de la Medicina Familiar, confirma que cada día atiende no menos de dos a tres consultas telefónicas o vía online relacionadas con las consecuencias del confinamiento por el coronavirus y por el alto grado de preocupación que nos rodea.

Entre el conjunto de las consultas de los médicos de Familia, la ansiedad y la angustia se han disparado al menos un 10% y se prevé que vayan en aumento. «Hay individuos con más o menos recursos para poder gestionarlo, pero la preocupación de las noticias diarias y el aislamiento añadido no permiten salir al aire libre, ver el mar, correr o pasear, y de repente nos vemos limitados», concreta Medina.

La ansiedad y el insomnio en circunstancias normales se combaten con ejercicio físico al aire libre, una vida ordenada y favoreciendo las relaciones sociales, salidas al cine, etcétera. Son prácticas que ahora hay que sustituir por la tabla de gimnasia o las videollamadas, pero los que no las han podido reconvertir caen en la angustia que empieza a predominar en las consultas de Atención Primaria. «Cuando no eres capaz de manejarlo, te desborda; es lo que estamos observando», subraya la portavoz de los médicos de familia.

Opresión

¿Quién no siente en estos días una opresión en el pecho? ¿Quién se libra de somatizar las emociones, lo que se traduce en palpitaciones, aceleración del pulso, subida de la tensión e insomnio? Todo esto es real y cuando se eleva al grado sumo de ansiedad se puede llegar a perder el conocimiento.

Desde las consultas más cercanas al paciente tratan de reconducir en lo posible estos síntomas para que no lleguen al grado de una crisis de pánico que deriva en hiperventilación, mareo, taquicardia y sudoración.

«Estoy preocupada -confiesa la doctora Medina- porque son cada vez más casos e incluso en las llamadas que realizamos a enfermos positivos para hacer seguimiento de la Covid-19, además de controlar la fiebre y la tos comprobamos que el grado de nerviosismo e incertidumbre les afecta y se suma al cansancio que de por sí provoca la enfermedad». El plus de esta carga psicológica deriva en la falsa percepción de no poder superarlo.

«Cuando el trastorno es leve y transitorio tratamos de no medicalizar y de contener el consumo de ansiolíticos, de lo contrario haríamos un flaco favor», subraya la doctora.

El trato directo con los enfermos a lo largo del tiempo es lo que ha llevado a los médicos de Familia a desarrollar un«adiestramiento en la escucha activa, una fortaleza que da el conocimiento del paciente, aunque no seamos psicólogos», abunda María Ángeles Medina, que ayer mismo destinó media hora a hablar con un paciente con un serio cuadro de angustia al que acabó recomendando sesiones de yoga por youtube.

Confiesa la especialista que treinta segundos le habrían bastado para prescribir valium, pero también afirma que un tranquilizante no habría puesto por delante la salud del paciente. «Hay que evitar medicalizar en estos casos, más bien se trata de actuar como soporte», explica

De hecho, destaca las numerosas iniciativas gratuitas que están surgiendo en las actuales circunstancias sobre soportes psicológicos telemáticos, y anima a la población a hacer uso de ellas, además de hacer un llamamiento en nombre de los médicos de Familia para que se eche mano del teléfono de los centros de salud porque «a la mayor brevedad posible contactamos con el paciente, y se puede hacer un completo seguimiento telefónico a partir del profesional que mejor conoce a cada uno de sus pacientes», concluye.

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