La patronal turística Exceltur ha remitido un informe al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el que le advierte de que la situación es ya insostenible. Los empresarios dan por perdido el segundo cuatrimestre de este año (marzo/junio), con unas pérdidas de 55.000 millones de euros. En la Costa Blanca el agujero es ya de 5.000 millones, lo que ha hará caer el PIB turístico un 33% este año, y ningún empresario turístico piensa que se pueda empezar a levantar cabeza antes de julio. Los hoteleros reclaman, en este sentido, posponer el pago de todo tipo de impuestos durante seis meses y cambiar la ley del consumidor para que el coste de las reservas y viajes ya contratados se puedan cambiar por bonos canjeables cuando se recupere la normalidad y así no tener que devolver ahora cantidades que no tienen. También reclaman que se pueda ajustar la duración de los ERTE a cuando arranque la demanda y no solo mientras dure el estado de alarma.

«Los ERTE son complicados, desde hace casi semanas no hay ingresos y, además, hay un problema grave que todavía no se ha afrontado y es saber cuál será la actitud física y mental de los turistas cuando se pueda volver a viajar», subrayó ayer José María Caballé, presidente de la cadena Servigroup, con diez mil plazas.

Exceltur realizó en marzo una encuesta con alrededor de 2.400 empresas de todos los subsectores turísticos en toda España. Consultas para conocer la evolución e intensidad de contracción de la actividad turística, afectada en primer lugar por los recelos a viajar que iba generando el Covid-19, y al final por la declaración del estado de alarma.

El objetivo era medir la velocidad e intensidad de la caída de la actividad con todos sus efectos directos e indirectos, y, a partir de ahí, extrapolar los posibles escenarios de recuperación y sus consecuentes impactos.

El informe refleja que la facturación ha caído ya a cero en los últimos días en toda España, con una mínima esperanza respecto a su recuperación en los próximos meses, algo nunca visto antes. Las medidas de restricción de la movilidad, cierre de establecimientos y de operaciones por motivos sanitarios, que «hemos apoyado desde el primer momento, por responsabilidad y solidaridad, han golpeado a nuestra actividad mucho antes y con mayor intensidad y velocidad que a ningún otro sector de la economía española», apuntaron ayer fuentes de la asociación que preside Gabriel Escarrer, presidente de Meliá.

Las empresas turísticas prevén unas pérdidas de facturación del conjunto del sector turístico de 55.000 millones de euros hasta julio. De ahí que estimen que la actividad turística verá afectada parte de su temporada punta de verano. De confirmarse esta hipótesis, supondría un 32,4% de caída del total de actividad turística en España en 2020 y representaría la caída de varios puntos del total del PIB español, lamentablemente muy superior al impacto de ningún otro sector económico.

Muchos hoteles de la provincia se encuentran ahora, además, con que los turoperadores han dejado de pagar vacaciones ya disfrutadas por los clientes antes que estallara la crisis sanitaria. En este sentido, el secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, señaló ayer que «hemos pedido al Gobierno, a través del Ministerio de Industria, que haga toda la presión política en Europa para que los turoperadores paguen sus deudas». Muchos, además, han sido rescatados por sus gobiernos.

En el informe remitido al presidente Sánchez, Exceltur reclama varias medidas para auxiliar al sector. Posponer los pagos de cuotas de Seguridad Social y de todo tipo de impuestos, del primer y segundo trimestre del año. También pide facilitar la mayor liquidez empresarial, ampliando la línea de avales de gobiernos central y autonómicos, hasta el 80% de los créditos para las empresas, e incorporar en la legislación que las eventuales devoluciones de los importes de viajes (billetes de transporte, reservas de alojamiento, paquetes turísticos) se sustituyan por bonos canjeables al recuperarse la normalidad. Ayer, el Ministerio de Consumo dio un primer paso al permitir que las agencias de viajes creen esos bonos durante un año.