Expertos alicantinos han desarrollado una aplicación que busca ofrecer una «solución digital de monitorización, diagnóstico y contención» de los contagios por coronavirus, aplicando de manera controlada las medidas de confinamiento en los «puntos calientes», minimizando así la cuarentena general de la población (se limitaría a las personas contagiadas o con riesgo de haberse contagiado), reduciendo la «sobrecarga de los sistemas sanitarios» e impulsando la reanudación progresiva de la actividad económica.

¿Y cómo? La aplicación, cuyo código está abierto para que lo pueda usar cualquier administración pública, se basa en la realización de test masivos a la población y un control férreo de los movimientos. «Tenemos que hacer compatible el proteger a los grupos de riesgo, como nuestros mayores, con no paralizar la economía. Hay que ir a una cuarentena discriminada, frente al actual modelo de confinamiento indiscriminado», explica la médica, ingeniera y doctora en Inteligencia Artificial Aurelia Bustos, quien está al frente de un equipo de expertos en el que también se integran Elad Rodríguez, Antonio Parraga y Andrés Torrubia, que se puso a trabajar nada más conocerse la decisión del Gobierno central de decretar el estado de alarma y el consiguiente confinamiento general.

La aplicación desarrollada por el equipo de Bustos contaría con tres ramas: una aplicación ciudadana, una de control de datos y una para las fuerzas de seguridad.

Desde la «App Ciudadano», las personas solicitarían un test diagnóstico -siguiendo el parámetro del impulsado por la Conselleria de Sanidad-, almacenándose todo movimiento del ciudadano para controlar posibles contagios y cercar el ámbito de acción del coronavirus desde las autoridades sanitarias. Además, según explican los desarrolladores, serviría como identificación del ciudadano mediante códigos QR.

Esa aplicación permitiría el registro, el autotest, la solicitud de prueba, la recepción de resultados, la identificación del ciudadano mediante QR, el seguimiento de pacientes con síntomas leves, control de cuarentena, el control de riesgo por zona, la solicitud de permiso de circulación y la autodeclaración de responsabilidad indicando cuándo se sale de casa y para qué.

Eso sí, para que la aplicación diera resultado, para poder realizar un confinamiento selectivo de la población, el Gobierno central debería apostar por la realización de test masivos. «Mediante la aplicación toda persona con o sin síntomas introduce su información personal, realiza el autotest y procede a recibir una cita para realizarse el test de detección del coronavirus», explican los promotores, que prosiguen: «Una vez se han introducido los datos, cada persona debe acudir a su cita, que no será en un hospital colapsado, sino que tendrá lugar en una especie de drive through, a donde se acudiría en coche». Además, el geoposicionamiento permitiría que, una vez conocido un resultado positivo de la prueba, «se comunicaría al servidor y se establecería medidas de cuarentena y de distanciamiento social en aquellos que se sabe que son posibles contactos por su histórico de localización».

Doble control

La segunda «pata» del proyecto radica en el «software de control datos», con el que las autoridades sanitarias y de control epidemiológico podrán consultar y detectar los movimientos del Covid-19.

Y todo porque desde el software se podrían ver los «focos de contagio, el cumplimiento de la cuarentena obligatorio para contagiados o posibles contagiados». Esta aplicación daría pie a la monitorización de zonas, alertas de zonas calientes, análisis de información, control de cuarentenas, gestión de solicitudes de pruebas, gestión de resultados y conectividad con el sistema sanitario.

Por último, la tercera ramificación de la herramienta impulsada por el equipo de Bustos sería la «App autoridades», para que los agentes de seguridad pudieran leer los QR de identificación, así como monitorizar la movilidad y el estado de la persona.

Con la vista en el ejemplo de Corea del Sur

Los desarrolladores de la aplicación se fijan en modelos de éxito, como en Asia, y en las cuestiones de privacidad de Oxford

Para el desarrollo contrarreloj de esta aplicación, basada en un código abierto para que pueda ser utilizada por la administración que lo decida, el equipo encabezado por Aurelia Bustos se fijó en casos de éxitos llevados a cabo en Asia, como el de Corea del Sur, donde la apuesta por los test masivos entre la población, junto a una aplicación para teléfonos para no tener así que decretar confinamientos no selectivos de la población, ha dado sus frutos, según las cifras oficiales de país.

Además, el equipo que ha desarrollado la aplicación desde Alicante también ha basado su trabajo en estudios de Oxford, relativos al problema de privacidad. Si alguna administración pública decide poner en marcha esta APP para el control de la pandemia, sería la encargada «del tratamiento de los datos que se obtengan, el uso de la aplicación sería de acuerdo al Reglamento General de Protección de Datos (RGPD)», según explican los promotores de la herramienta en el proyecto.