Los Presupuestos de Alicante para este año salieron ayer adelante en una sesión excepcional, tanto en el fondo como en la forma. En la forma porque se desarrolló, por primera vez en la historia de la ciudad, por vía telemática, con todos los concejales en casa salvo el alcalde, Luis Barcala, que fue el único que participó en la sesión desde su habitual posición en el Salón de Plenos. Y en el fondo porque las cuentas se aprobaron inicialmente con solo dos votos en contra, los de Unidas Podemos, y eso que todos los grupos de la oposición (tanto los ex del tripartito como Vox) coincidieron en que no les gustaba el documento, que se elaboró antes de que estallara la crisis del coronavirus. Frente al «no» de los morados, el resto de la oposición se abstuvo. Así, el texto que se aprobó, y que fue el mismo que salió de la Comisión de Hacienda al rechazarse ayer las 26 enmiendas pendientes (el PSOE y Vox retiraron las suyas previamente), no incluye ninguna medida exclusiva para combatir la problemática social y económica derivada de la pandemia por el Covid-19 en Alicante.

Ese hecho, la ausencia de propuestas encaminadas a recuperar la ciudad tras los efectos del coronavirus, marcó el debate del excepcional pleno de Presupuestos, ya que todos los grupos apelaron a la unidad de aquí en adelante, a dejar a un lado el partidismo para pensar en lo «mejor» para todos. Ése fue el mensaje que repitieron, con matices, los representantes de los seis grupos, incluido el alcalde, Luis Barcala (PP), encargado de poner el punto final a una sesión que se prolongó casi cuatro horas por la demora al abordar las enmiendas.

El alcalde, en su intervención, defendió la necesidad de que los grupos se unan en la lucha contra las derivadas del Covid-19. «Es el momento de trabajar juntos, de estar a la altura. Somos un pueblo valiente y emprendedor y no vamos a dejar a nadie atrás», aseguró, asumiendo así el compromiso que le reclaman desde la izquierda: que las ayudas lleguen a todos, sobre todo a las capas más vulnerables.

El regidor defendió la aprobación de sus Presupuestos frente a las voces que pedían prorrogar el anterior (como Compromís) o volver a elaborarlo (como Unidas Podemos). Eso sí, Barcala asumió que habrá que modificarlo para ajustarlo a la nueva realidad, lo que obligará a sacrificar proyectos y partidas comprometidas. «El coronavirus lo cambia todo, hay que estudiar inversiones y subvenciones, las personas son prioritarias», finalizó el alcalde, quien evitó las habituales guerras dialécticas con la oposición, al igual que ocurrió en sentido opuesto. No era día.

Eso sí, no se pudo resistir ante el socialista Francesc Sanguino, al que afeó que se apropiase de iniciativas que -a su juicio- ya se han puesto sobre la mesa de la Junta de Portavoces. Y lo hizo después de que la «voz» del PSOE expusiera un decálogo de propuestas para hacer frente a la emergencia por el Covid-19. «Este Presupuesto no gusta a nadie, tampoco fueron dúctiles, pero todo eso ya son zarandajas... La pandemia lo ha cambiado todo. Este Presupuesto no sirve para su propósito inicial, hay que trabajar en su transformación», apuntó el socialista, quien reprochó que no se aceptase ayer ninguna enmienda de sus compañeros de bancada.

Lealtad

En ese aspecto también se detuvo el portavoz de Unidas Podemos, Xavier López, quien criticó la falta de gestos de Barcala en la tramitación de las cuentas. «No se ha movido ni un centímetro y espera que, desde la lealtad, le aprobemos el Presupuesto», se preguntó López, a modo de resumen, para explicar el «no» de su grupo, el único que se escuchó en la videoconferencia.

Al igual que el resto de formaciones, también abogó por la necesidad de cambios en el texto municipal el portavoz de Compromís, Natxo Bellido, quien aludió a la «lealtad institucional» para justificar la abstención de su grupo, la segunda consecutiva a un Presupuesto de Barcala, convirtiéndose en el único grupo de izquierdas que todavía no se ha opuesto a unas cuentas impulsadas por el dirigente del PP. «No es fácil abstenernos, pero es momento de dejar de lado todo lo que nos diferencia y centrarnos en lo que nos une», señaló Bellido, que aprovechó el debate para criticar los recortes en la sanidad pública, aunque evitando las siglas en sus acusaciones.

También con la sordina puesta se posicionó Ciudadanos, que como reconoció la vicealcaldesa, Mari Carmen Sánchez, no quería «rifirrafes», limitándose a proclamar: «Juntos somos más fuertes».

Sí hubo críticas, aunque dirigidas al Gobierno central, desde Vox. En cambio, a nivel local también se mostraron dispuestos a tender la mano. «Ahora toca centrarse en abordar la emergencia. Debemos sentarnos todos los grupos y dejar a un lado lo ideológico, también Vox», manifestó Mario Ortolá.

Con la aprobación inicial superada, ahora llega la exposición al público antes del definitivo pleno, que se prevé para el mes de abril. Mientras, el bipartito y la oposición deberán trabajar en impulsar medidas para dar soluciones ante un horizonte inimaginable hace unas semanas, cuando arrancó la tramitación del Presupuesto. Dicen que lo harán unidos. Ya se verá.