Un funcionario de la cárcel de Fontcalent falleció ayer a primera hora de la mañana en su domicilio del centro penitenciario con síntomas del coronavirus, según confirmaron a este diario fuentes penitenciarias del penal alicantino. Se trata del primero funcionario de Instituciones Penitenciarias del país que pierde la vida con síntomas del Covid-19, aunque fuentes de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias han pedido «prudencia» porque el funcionario fallecido tenía otras patologías previas y no se le había realizado el test del Covid-19.

El funcionario tenía 66 años y actualmente trabajaba en la oficina de tratamiento tras haber pasado a la segunda actividad hace varios años. Al cumplir los 65 años se reenganchó para seguir prestando trabajo en el centro donde ha desempeñado su labor durante muchos años. Fuentes penitenciarias explicaron que el trabajador tenía tos y fiebre y estaba aislado en su domicilio sin que se le hubiera realizado la prueba.

Las fuentes consultadas indicaron que el trabajador se marchó de la oficina el pasado lunes al encontrarse mal y que murió ayer en su domicilio, en concreto, en una de las viviendas que hay dentro del centro penitenciario para funcionarios de Instituciones Penitenciarias. El fallecimiento ha causado conmoción entre sus compañeros de trabajo de la prisión alicantina y ha provocado también la reacción de los colectivos sindicales.

El sindicato CSIF informó que el trabajador se marchó de su puesto de trabajo el lunes al no encontrarse bien y «desgraciadamente esta situación se agravó con el paso de los días hasta el fatal desenlace que hemos conocido». «A pesar de ser personal esencial, a los trabajadores de Prisiones no se le están haciendo las prueba del Covid-19, lo que puede contribuir a la posible expansión del coronavirus por las cárceles españolas», indica el colectivo. También ACAIP-UGT reclamó que se realicen los test del coronavirus a todos los trabajadores y contactó con la Subdelegación del Gobierno para reiterarle la necesidad de que la Unidad Militar de Emergencias acuda a la prisión de Fontcalent a realizar una desinfección.

Por su parte, la asociación de trabajadores penitenciarios «Tu abandono me puede matar» (TAMPM) se sumó al lamento en un comunicado y expresó sus condolencias por la muerte del empleado público. «Tras décadas de servicio en distintos destinos en la Institución, en la que llegó a desempeñar el puesto de jefe de Centro y tras conseguir la segunda actividad en la que estaba trabajando hasta el día de hoy, nos deja con el corazón encogido al ver como a las puertas de su merecida jubilación no logra alcanzarla y poder disfrutar de los suyos y de su tiempo», afirmó la asociación. Añadieron que Ismael estaba en su domicilio situado dentro de la zona destinada a viviendas «recluido por indicación médica, sin ningún tipo de control y sin haber podido tener acceso a ningún test, pese a ser nuestro colectivo un colectivo de especial riesgo».

Los funcionarios de las prisiones alicantinas y del resto del país se han estado quejando desde el inicio de la pandemia de la falta de medidas de protección para realizar su trabajo.

Por último, la Subdelegación del Gobierno no hizo declaraciones sobre las causas de la muerte pero sí indicó que «como con cualquier muerte estamos consternados y seguimos trabajando para paliar el virus».