Aprovechar los datos que proporcionan las redes de telefonía para mejorar el control sobre la pandemia de coronavirus en la Comunidad Valenciana y, de paso, ver si la cuarentena se está siguiendo adecuadamente y qué impacto está teniendo en el control de la enfermedad.

Este es el doble objetivo del proyecto que ha iniciado la Generalitat Valenciana, a través de Presidencia y de la dirección general de Análisis y Políticas Públicas, y para el que se ha contado con la ingeniera de Telecomunicaciones y experta en Inteligencia Artificial Nuria Oliver.

La movilidad humana es uno de los principales factores en la propagación de las enfermedades infecciosas, como el Covid-19, ya que si nos movemos, contagiamos a otras personas y la enfermedad sigue su extensión. Las redes de telefonía, las antenas que hay desplegadas por todas las ciudades, permiten cuantificar esa movilidad, ya que dan información constante de las personas que hay conectadas a ellas a través de los teléfonos. Una información que además no vulnera las férreas normas de protección de datos que imperan en nuestro país, ya que se trata «de datos agregados, agrupando datos de miles de personas y sin ningún tipo de información personal», explica Ana Berenguer, directora general de Análisis y Políticas Públicas.

La Generalitat ya trabaja con las distintas operadoras que, a través del ministerio de Innovación, proporcionarán estos datos. «Será una información recogida a diario, que se cruzará con los datos que nos proporcione la Conselleria de Sanidad sobre la evolución de la pandemia y con los que nos aporte la Conselleria de Movilidad». Con toda esta información, los expertos que participan en este proyecto harán informes epidemiológicos sobre la pandemia, que según Berenguer, «ayudarán en la toma de decisiones» sobre cuáles son las mejores medidas a tomar en cada momento para el control de la pandemia en la Comunidad Valenciana.

Los promotores de este proyecto confían en que la información que aporten estas redes de telefonía les ayude a entender mejor la tasa de contagio de la enfermedad y cómo ralentizarla. También, y una vez decretada la alarma sanitaria, «queremos ver cuál es su impacto, si está funcionando y si verdaderamente hay cambios en los flujos de población o si hay zonas en las que estos flujos no son los adecuados», señala Berenguer. Será como tener ojos en cada rincón de la Comunidad Valenciana.

Y es que, través de la información de estas redes de telefonía se puede saber, por ejemplo, hacia qué barrios se mueve la población de una determinada ciudad y así predecir dónde va a haber más contagios o donde se van a producir con toda probabilidad brotes de la enfermedad. Esa información es de oro a la hora de tomar decisiones.

Nuria Oliver ha sido nombrada comisionada de este proyecto, que cuenta con la participación de un grupo de expertos en análisis de datos, inteligencia artificial y modelos epidemiológicos.

Experiencia previa

Hace una década Nuria Oliver participó en un proyecto donde se analizaron los datos de la red de telefonía móvil para medir el impacto de las medidas que adoptó el gobierno de México en su día para frenar a epidemia de gripe A. El equipo de Oliver estudió si de verdad había habido una reducción de la movilidad y a través de un modelo epidemiológico se comprobó cómo había evolucionado la epidemia con esas medidas.

Para Ana Berenguer, el proyecto que ahorra arranca «es una muestra más de la apuesta del presidente de la Generalitat por la inteligencia artificial como instrumento para mejorar la vida de la ciudadanía». Una apuesta en la que Alicante «es punta de lanza», explica Berenguer.

El uso de los datos que proporcionan los teléfonos móviles no es nuevo en el control de esta pandemia de coronavirus, la primera en la era de los smartphones.

El Gobierno chino usó la información que le proporcionaban los teléfonos móviles de los ciudadanos para dirigir las pruebas frente al virus a sujetos de alto riesgo identificados a través de algoritmos y también para identificar a quienes se podían estar saltando la cuarentena.