Las comuniones conllevan muchos gastos y preparativos que ahora quedan paralizados. Tanto es así que son muchos los restaurantes que tienen convites de comunión previstos que no han parado en los últimos días de recibir llamadas de clientes interesados en cancelar o aplazar la celebración, ya que veían la fecha muy próxima y no las tenían todas consigo de que, cuando finalice el estado de alarma, todo vuelva a la normalidad.

Es el caso del restaurante Martino, en Elche, donde Fran Esclapez explica que «todos los eventos de abril y de las primeras semanas de mayo han sido aplazados y somos conscientes de que cuando acabe el estado de alarma no recuperaremos la normalidad de golpe como si volviésemos de vacaciones».

Por su parte, Gabriel Expósito, del restaurante Pilsen, explica que «nuestro negocio está orientado a los eventos, y en las comuniones servimos banquetes de entre 100 y 150 comensales, por lo que vamos a sufrir mucho las consecuencias económicas». Este empresario del sector de la hostelería explica que «cuento con una plantilla de más de 20 personas, que mantengo gracias a los banquetes, y si se cancelan no sé qué vamos a poder hacer».

Pero las comuniones no son solo banquetes, a esta celebración hay que sumar los gastos en ropa, decoración, fotografía y actividades que ya forman parte de estos eventos que han ido cogiendo tamaño con el paso de los años. Gastos, a fin de cuentas, que se deberían ir concretando durante estas semanas y que no se pueden hacer con el estado de alarma según indican desde varias familias.

La hija de María José Martínez tenía previsto tomar la Primera Comunión el 26 de abril en Elche, dos semanas después del límite actual del estado de alarma: «Estamos en manos de la situación y de lo que nos diga la iglesia». Pues ya ha dictado sentencia.