«Parece que después de quince días, la gente se está volviendo responsable con el estado de alarma...». En esos términos se pronunciaba uno de los agentes de la Policía Local de Alicante que, a diario, participa en los numerosos controles establecidos por toda la ciudad para asegurar que los vecinos no se saltan el confinamiento, y al que ayer INFORMACIÓN acompañó en su jornada. Y buena parte de ello se debe a la presión policial.

La capital amaneció, después de dos semanas, con muchas avenidas vacías y con apenas tránsito de peatones por las calles. Pese a que los puntos críticos no desaparecen y la Policía sigue levantando actas, el ritmo durante este fin de semana está siendo menor que el anterior. «No podemos bajar la guardia porque la gente aprovecha la mínima, pero hemos notado una mejoría importante, la gente se está quedando en casa», concluía el oficial de la Policía Local, Jose Ramón Gomis, al finalizar el turno de la mañana del sábado. Lugares como La Rambla, La Explanada, Alfonso el Sabio, avenida Juan Sanchís Candela o Xavier Soler presentaban el mínimo transcurso de coches y peatones.

En la mayoría de sanciones interpuestas la picaresca sigue a la orden del día, aunque hace ya tiempo que se convirtió en irresponsabilidad por parte de aquellas personas que desobedecen las recomendaciones sanitarias y siguen sin respetar el confinamiento. El cuerpo de seguridad montó hasta seis dispositivos repartidos entre el centro, playas, barrios y entradas a urbanizaciones y zonas comerciales, en los cuales se movilizó a unos 60 agentes.

Entre las actas e identificaciones más llamativas: personas que aprovechan el acceso gratuito a los autobuses para viajar de un punto a otro de la ciudad o vecinos que se desplazan más de un kilómetro para comprar. Sin embargo, ayer fue una mañana tranquila. El número de personas que se salta el confinamiento cada vez es menor, puesto que son capaces de justificar su presencia en la calle por ir a comprar o a llevar a familiares al trabajo.

El tramo más «conflictivo» del turno de la mañana fue la rotonda de Gran Vía con Agatángelo Soler, unos de los accesos a un centro comercial más concurridos en la ciudad. Los agentes interceptaron a más de una veintena de vehículos para recordar a sus conductores que no pueden ir con otra persona en el asiento del copiloto. Los agentes pusieron hasta 4 denuncias en apenas una hora a personas por saltarse el confinamiento. Los agentes multaron a una hombre de avanzada edad que se desplazaba a una segunda vivienda para asegurarse que «no tenía goteras» después de las lluvias de esta semana; a un hombre que alegó no conocer el estado de alarma porque no veía la televisión; un motorista que pese a vivir en el PAU, quería ir a un supermercado de la Gran Vía para comprar leche merengada, y un vecino por utilizar una línea de autobús que no llevaba al destino indicado.

Antes, el escenario que se presentó en otros dispositivos fue mucho más tranquilo. Un par de identificaciones a peatones que paseaban a sus mascotas «algo lejos» de sus residencias y más indicaciones preventivas sobre el uso responsable del vehículo cuando viajan varias personas en su interior. En la Albufera, la circulación de automóviles fue sustancialmente inferior al resto de la semana y al fin de semana pasado. La Policía tuvo poco trabajo en una zona muy frecuentada días atrás por habitantes que disponen de una segunda vivienda. «Hoy está siendo muy tranquilo, nos está sorprendiendo», indicaba otro de los agentes. Respecto al centro de la ciudad, el Mercado Central sigue con bastante afluencia de gente, pero sin registrar ningún altercado. Ahora se están intensificando las labores para llevar a indigentes a los albergues para evitar que sigan pasando los días viviendo en la calle. Aunque hay muchos que deciden no acudir pese a que se les ofrece una plaza, algo que la Policía pudo comprobar ayer con una pareja que duerme en un cajero próximo a la casa de abastos. Asimismo, es necesario nombrar la labor que realizan los voluntarios de Protección Civil en estas instalaciones y su trabajo incansable hacia las personas sin hogar.

Fuentes policiales informaron que el turno cerró a las 15 horas con un total de 97 personas identificadas, 16 denuncias por saltarse el confinamiento y 80 vehículos interceptados en estos controles. El confinamiento empieza a calar pero sigue habiendo gente a la que no le entra en la cabeza.

Los autobuses, también sometidos a controles

Los autobuses, también sometidos a controlesLa Policía Local ha empezado a inspeccionar el interior de los autobuses para verificar que los usuarios no se aprovechan de la gratuidad del servicio para recorrer la ciudad de una punta a otra. Los agentes tienen orden del Ayuntamiento de parar a los vehículos para controlar si portan muchos pasajeros, y si consideran necesario, identificar a los viajeros. Ayer, diez personas fueron sancionadas por este motivo por la Policía Local de Alicante. La mayoría de líneas iban casi vacías mientras que piden un uso «correcto y responsable».