Vicent Cucarella (Alzira, 1967) trabaja durante estos días desde su casa al igual que todos su compañeros de la Sindicatura de Comptes. El responsable de la fiscalización de las cuentas públicas valencianas admite la excepcionalidad pero está convencido de que ese escenario tan complejo que vivimos no debe servir para «levantar la mano» al riguroso control de la administración.

P ¿Luchar contra la pandemia

R Hay que ir con mucho cuidado. El estado de alerta conlleva unas contrataciones de emergencia que están justificadas y ya están reguladas por la ley. Hay veces que se activan contrataciones de emergencia de modo indebido para encargar la iluminación o la pirotecnia de las fiestas patronales de un pueblo que son siempre en la misma fecha. Ahora es diferente y se pueden hacer licitaciones rápidas contempladas por la ley. Lo que no se puede hacer es darle contratos a un amigo. No hay que levantar el pie del control de la legalidad pero sí ser sensible por los casos de emergencia que nos permiten echar mano a esos artículos contemplados por la ley.

P ¿La avalancha de trabajo va a afectar a los servicios públicos?

R Esta crisis va a hacer que empecemos a valorar lo que es importante y lo que no es importante, con los servicios públicos y con la vida en general. Ahora todos los días a las ocho salimos al balcón y aplaudimos a los sanitarios. A mi me parece precioso, pero en otras épocas se ha criticado o se ha dejado caer que se invirtiera poco en sanidad. Pues mira, si hubiéramos tenido una dotación con mejor margen no estaríamos en una situación tan apretada, y eso que es un sistema muy bueno, al contrario que el de otros países. Hay que tener muchísima más sensibilidad con el sector sanitario.

P El Consell ha decretado el control financiero permanente. ¿Esta medida reduce el nivel de fiscalización pública?

R En términos sencillos podríamos hablar de diferentes modos de fiscalización: la previa, donde el interventor autoriza; el control financiero permanente, que es una verificación inmediata a posteriori, que puede resultar más ágil; y, por último, la fiscalización externa como la que realiza la Sindicatura de Comptes. Pero que nadie se confunda, el control existe igualmente. Aunque se declare la alerta, no todo vale.

P Y para el sector privado, ¿esta crisis removerá sus estructuras?

R Me da miedo que algunos sectores aprovechen esta situación para pedir ayudas millonarias. No debemos caer en el error de salvar sectores solo por salvarlos, hay sectores que deberían ir desapareciendo paulatinamente y quizás ahora se agrave su problema. Por ejemplo, el sector del automóvil ya estaba mal antes del coronavirus y es deseable que se vaya reduciendo en la transición hacia la sostenibilidad. Entonces, pensemos en salvar a las personas que trabajan en ello, no a los sectores que deben ir menguando.

P Que desparezcan los monotemas, que solo haya un tema, ¿deja aparcados asuntos como la financiación autonómica?

R Con una emergencia como esta, todo lo demás queda en segundo término. Pero es cierto que la gente que discute los temas de financiación no son los mismos que deciden los temas de la emergencia sanitaria. No hay ningún problema para que los especialistas en financiación autonómica sigan trabajando por videoconferencia para seguir trabajando un nuevo modelo. El problema sigue estando ahí, y ahora es más grave, con más gastos para la sanidad.

P¿Cómo afectará esta crisis a las condiciones del trabajo?

R Ahora se nos abre una puerta a comenzar a repartir el trabajo y ver en determinados sectores si hay que hacer jornadas mas cortas para que no todo el mundo pierda su empleo. Si avanzamos hacia una sociedad que necesita menos consumo, también habrá que ir hacia una sociedad que necesita menos producción. Trabajo entre todos para que todos disfruten de un mínimo bienestar.

P ¿Quedarse en casa supone reducir la producción a lo esencial como se propone ahora?

R Todo el que puede teletrabajar, debe hacerlo. Si estamos confinados por familias, es más fácil controlar el contagio. En la Sindicatura de Comptes lo tuvimos claro cuando lo vimos y nos pusimos a teletrabajar. Es difícil definir qué sectores son necesarios y cuales no, cuales pueden parar y cuales no. No me gustaría ser el político que lo tenga que decidir, pero yo sí que animaría a que todos los que puedan parar, que lo hagan.

«Esta crisis muestra el daño que se hace al planeta»

«Es una oportunidad de construir otra sociedad. Un golpe así sirve para hacerse preguntas. ¿Qué estoy yo haciendo en esta vida?»

P Para un ecologista convencido, ¿qué supone esta pandemia?

R Esta crisis permite comprobar el daño que le estamos haciendo al planeta. En los pocos días que llevamos de parón, las aguas de Venecia vuelven a estar transparentes, los niveles de emisiones de CO2 en las principales zonas industriales de golpe se han reducido... Nos dicen que no se puede hacer nada para combatir el cambio climático, sí se puede hacer. Pero hay que cambiar la economía y la sociedad. Ahora lo estamos haciendo a la fuerza, por una enfermedad. Si de una manera desordenada lo hemos podido hacer, de una manera ordenada lo hubiéramos podido hacer mejor.

P ¿Esta crisis implica un punto y aparte para el ser humano?

R Estos días, la gente se ha dado cuenta de lo que es importante. Yo acostumbro a comprar a un productor agroecológico de Catarroja, que ahora me dice que de golpe ha notado que la gente valora la compra de verdura habitual, patatas y alcachofas, y no la ensalada de brotes. La gente viene a por lo de toda la vida. A la gente le preocupa la familia, la salud, no dar la vuelta al mundo. Este cambio social desafortunadamente es por una desgracia, pero deberíamos explotarlo para ir construyendo una nueva sociedad.

P Le noto pesimista...

R Esta experiencia, por fortuna, va a durar tiempo. Y digo afortunadamente porque si dura tiempo, buena señal será porque eso significa que hemos conseguido reducir al curva. Si la curva crece y acaba saturando los hospitales, tendremos problemas. Si la conseguimos aplanar, la curva se alarga, no llegará tan alto y los hospitales conseguirán atender más tiempo a los afectados sin que se terminen colapsando. Ya hay informes que están hablando de que el pico llegará hasta junio si bajamos la punta y alargamos la curva.

P ¿Superaremos esta «guerra»?

R No me gusta hablar de guerra. No me gusta el término bélico, pero otras generaciones han tenido hitos importantes: una guerra. Y ahora tenemos otro hito importante: una emergencia sanitaria que marcará a toda una generación. Cuando lo analicemos en unos años, igual que pasa después de las guerras, debemos pensar si queremos salir reforzados de esta crisis. ¿Queremos volver a caer en los mismos errores que hemos cometido o queremos construir una sociedad mas justa, equitativa y sostenible? Un golpe como este puede servir para abrir la mente. Para hacerse preguntas. ¿Qué estaba yo haciendo en esta vida?