Una primavera atípica sin confirmaciones ni primeras comuniones. La expansión del coronavirus ha generado una crisis sanitaria que ha forzado a tomar dolorosas decisiones, como el aplazamiento de las comuniones, previstas para estos próximos meses de mayo y junio, además de retrasar las confirmaciones de este año.

El Obispado de Orihuela-Alicante, en un comunicado, ha valorado posponer la celebración de estos actos sacramentales para después del verano, sin establecer una fecha determinada hasta que «se concluya este estado de alarma y las autoridades gubernativas y sanitarias determinen que definitivamente ha pasado el riesgo de contagio, y todo vuelva a su funcionamiento habitual».

La prolongación del estado de alarma y la incertidumbre que está generando la crisis sanitaria del Covid-19 justifican esta postura, ya que estas celebraciones congregan a muchos fieles.

Por ello, tanto las primeras comuniones como las confirmaciones quedarán enmarcadas a lo largo del primer cuatrimestre del próximo curso escolar, entre los meses de septiembre y diciembre, según indica el comunicado.

El vicario general del Obispado de Orihuela-Alicante, Vicente Martínez, explica que «cada párroco determine las fechas concretas para su comunidad, teniendo en cuenta otros acontecimientos celebrativos parroquiales», que también se han pospuesto a causa de la pandemia del coronavirus, como son las bodas o misas de difuntos, además de otras celebraciones patronales y procesiones.

Esta decisión se produce dos días después de que el Arzobispado de Valencia informara de la necesidad de posponer la celebración de las primeras comuniones y confirmaciones a los meses de septiembre y octubre, dadas las circunstancias actuales de emergencia sanitaria.

Restaurantes y salones de celebraciones estaban esperando el momento de la llegada de las comuniones y las confirmaciones, estas con menor impacto en reservas de menús, para obtener importantes ingresos. Una entrada generosa de dinero que tendrá que esperar debido a esa reprogramación de las ceremonias a causa de la pandemia del coronavirus y que está motivando numerosas cancelaciones ante la alteración que está sufriendo la agenda de acontecimientos sociales, religiosos, políticos, deportivos y culturales para evitar el riesgo de contagio de la enfermedad.

Aluvión de llamadas a los restaurantes para cancelar los banquetes

El sector teme que la vuelta a la normalidad no se produzca de golpe y los daños económicos serán cuantiosos

Las comuniones conllevan muchos gastos y preparativos que ahora quedan paralizados. Tanto es así que son muchos los restaurantes que tienen convites de comunión previstos que no han parado en los últimos días de recibir llamadas de clientes interesados en cancelar o aplazar la celebración, ya que veían la fecha muy próxima y no las tenían todas consigo de que, cuando finalice el estado de alarma, todo vuelva a la normalidad.

Es el caso del restaurante Martino, en Elche, donde Fran Esclapez explica que «todos los eventos de abril y de las primeras semanas de mayo han sido aplazados y somos conscientes de que cuando acabe el estado de alarma no recuperaremos la normalidad de golpe como si volviésemos de vacaciones».

Por su parte, Gabriel Expósito, del restaurante Pilsen, explica que «nuestro negocio está orientado a los eventos, y en las comuniones servimos banquetes de entre 100 y 150 comensales, por lo que vamos a sufrir mucho las consecuencias económicas». Este empresario del sector de la hostelería explica que «cuento con una plantilla de más de 20 personas, que mantengo gracias a los banquetes, y si se cancelan no sé qué vamos a poder hacer».

Pero las comuniones no son solo banquetes, a esta celebración hay que sumar los gastos en ropa, decoración, fotografía y actividades que ya forman parte de estos eventos que han ido cogiendo tamaño con el paso de los años. Gastos, a fin de cuentas, que se deberían ir concretando durante estas semanas y que no se pueden hacer con el estado de alarma según indican desde varias familias.

La hija de María José Martínez tenía previsto tomar la Primera Comunión el 26 de abril en Elche, dos semanas después del límite actual del estado de alarma: «Estamos en manos de la situación y de lo que nos diga la iglesia». Pues ya ha dictado sentencia.