Pese a que el Real Decreto del estado de alarma por la pandemia del coronavirus permite abrir a los talleres mecánicos, tampoco les obliga, por lo que, una vez transcurridos los primeros días de restricciones, que aprovecharon para terminar trabajo pendiente, la gran mayoría ha cesado en su actividad por la parálisis en la movilidad del ciudadano y la rotura en la cadena de suministros de los recambios. El 90% de los negocios de mecánica de la provincia ya están cerrados y los pocos que continúan funcionando, en una especie de servicios mínimos para urgencias, se dedican sobre todo a cambios de baterías o fallos de motor en vehículos de personas que los necesitan para desplazarse al trabajo y se centran también en las necesidades de la flota hospitalaria y de los transportistas.
En la provincia hay unos 1.200 talleres mecánicos, según datos de la Asociación de Empresarios de Talleres de Reparación de Automóviles y Afines (Atayapa). Su secretario técnico, Luis Mascaró, afirma que más del 90% están inactivos. «La inmensa mayoría acaban los trabajos en marcha, cierran y presentan expedientes de regulación empleo temporal de los trabajadores (ERTE), salvo algún caso aislado que mantiene la actividad para atender al transporte público o las ambulancias, porque los clientes no van, y también porque no tienen quién les provea de recambios».
La asociación facilita un buscador de internet (mi taller de confianza), que invita a consultar por localidades y especialidades para contactar con los que puedan estar abiertos. Mascaró explicó que los proveedores de recambios ya anunciaron desde un principio que iban a parar. «Ahora mismo, tiendas de suministros y proveedores importantes han cerrado sus oficinas porque no pueden atender al público. Sí que mantienen un servicio mínimo online de cosas concretas, de lo que les vaya llegando». La provisión de piezas en la provincia se cubre normalmente con empresas logísticas y centros proveedores que sirven a nivel nacional. Pese a este parón, Mascaró asegura que, si las ambulancias necesitan alguna pieza, éstas se podrán seguir sirviendo.
La asociación pertenece a la Federación de Empresarios del Metal (Fempa). Su secretario general, Luis Rodríguez, corrobora que algunos servicios mecánicos se están focalizando en vehículos del sistema sanitario.
Uno de los talleres que continúa abierto es Vistabella, en la Albufereta (Alicante), aunque solo para emergencias, «todo lo que sea no tener que entrar en el vehículo del cliente por ahora», señala el gerente, Andre Wattebled, quien también habla de la falta de material porque casi todos los distribuidores están cerrados. «Solamente queda Repuestos Serca con un retén muy pequeñito. En Alicante, por lo que me dicen desde Grúas Abril, que es con quienes trabajo, solo hay cuatro talleres legales abiertos, que atendemos emergencias». El mecánico reúne a cuatro o cinco vehículos en la puerta, los introduce al interior, los termina y los entrega, porque, de cinco empleados, solo sigue trabajando él.
Los encargos que se aceptan son sobre todo baterías. El jueves le llegaron dos vehículos en grúa, uno que pudo arreglar en el momento reiniciando el coche con un ordenador, y otro a la espera de introducir el turismo en el taller para desinfectarlo y repararlo.
Los talleres que siguen abiertos ven repercutida su facturación a causa de la parálisis que ha causado el coronavirus, con una reducción de negocio de hasta el 90%. Se quejan además de que no tienen derecho a nada ya que en teoría pueden estar abiertos pero los clientes, sin embargo, no pueden llevar el coche, solo pueden trasladarlos allí las grúas.
Otro taller en «servicios mínimos» es Auto Carrascosa, con varios empleados, que en su web informa a su clientela de que a causa de la excepcionalidad que ha provocado el Covid-19, solo abre de 7 a 15 horas para urgencias y con cita previa a través de unos números de WhatsApp y mails que ofrece en la página.
Desde Repuestos Serca, que tienen un almacén de grandes dimensiones en el polígono de Las Atalayas, indicaron que solo están sirviendo el material que tienen en stock ya que no están pidiendo nada a proveedores pero que tienen suficiente para tres meses dado que además abre un porcentaje muy reducido de talleres.
Protocolo de desinfección antes y después de hacer las reparaciones
En los talleres se lleva a cabo un protocolo de desinfección de los vehículos contra el coronavirus por el que los mecánicos tienen que ponerse mascarillas, guantes y otras protecciones para entrar y salir de los coches. «Desinfectamos volante, pomos, lo típico que sueles tocar, metemos el coche, trabajamos en lo que sea, y luego lo volvemos a desinfectar para que el cliente se vaya con la seguridad mínima», explica el mecánico Andre Wattebled. «Por un cambio de aceite no vas a invertir tanto tiempo. Esta semana habré hecho unos diez coches, casi todo baterías y fallo de motor, que metes la máquina, miras lo que es y se lo pueden llevar», añade. Como medida de precaución, las grúas, que en caso de avería llevaban al cliente al taller junto al coche, ahora solo recogen el vehículo, y la persona que se queda tirada debe tomar un taxi o irse por sus medios. Los conductores de las grúas llegan solos al taller con los coches, la llave y el número del teléfono del cliente. Éste se tiene que ir a su puesto de trabajo, ya que tampoco puede estar por la calle, y luego se les avisa siempre que haya piezas ya que se han dando casos de no poder repararlos por la falta de suministros.
