Por incomprensible que parezca dada la gravedad de una crisis sanitaria que no para de causar víctimas mortales y enfermos contagiados por el temido Covid-19, más de 6.000 ciudadanos de la provincia, una mínima parte de la población a pesar de todo, han mostrado en los primeros diez días de confinamiento del estado de alarma un comportamiento insolidario que les ha acarreado una propuesta de sanción económica.

Así lo anunció ayer la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Gloria Calero, al informar del balance de multas impuestas desde el inicio del estado de alarma: 14.368 en las tres provincias (Guardia Civil, 8.055 y Policía Nacional, 6.313). Del total, 5.898 sanciones corresponden a la provincia de Alicante, 2.216 a la de Castellón y 6.254 a la de Valencia. A estas sanciones hay que sumar varios cientos de multas más propuestas por las policías locales de los municipios alicantinos, como las de Alicante y Orihuela, que han puesto 484 y 229, respectivamente.

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, además, han detenido a 123 personas en la Comunidad -49 en Alicante-, entre ellas a cuatro jóvenes que en plena cuarentena celebraban una fiesta ruidosa en una casa Torrevieja el pasado jueves. La Guardia Civil acudió a la casa y no solo se negaron a identificarse, sino que uno agredió a un agente y luego se resistieron. La juez de guardia, a petición del fiscal, envió a prisión a dos de ellos tras valorar el menosprecio hacia los agentes y el estado de alarma, así como por peligro de reiteración y fuga.

La delegada del Gobierno, Gloria Calero, recordó ayer que «estamos en unos momentos cruciales que requieren un esfuerzo colectivo y el cumplimiento escrupuloso del deber de quedarse en casa». Aplaudió «la responsabilidad de la mayoría de la población», pero resaltó que «nadie se lleve a engaño porque todos aquellos que no sean conscientes de que esta situación nos atañe a todos tendrán que hacer frente a su irresponsabilidad». «La insolidaridad está teniendo y tendrá su respuesta», añadió.

Las excusas dadas por los ciudadanos en estos diez primeros días de confinamiento para justificar su estancia en la vía pública han sido variopintas y la picaresca ha estado a la orden del día. Muchos ciudadanos han eludido la multa, pero otros no y probablemente se lo piensen la próxima vez para salir a la calle incumpliendo las normas previstas en el decreto de estado de alarma. Los policías nacionales de Alicante han visto de todo en estos diez días, desde una persona que iba a comprar cous cous porque su hija solo se alimenta de esa comida hasta otra que estaba aburrida y se dirigía a casa de un familiar para jugar a la playstation. Un joven alegó que no iba a respetar el estado de alarma porque España es un país libre y «si me contagio es mi problema», mientras que otros se justificaron diciendo que iban a casa de su madre a recoger un rollo de papel de cocina o a comprar una zanahoria.

Salir a pasear el perro lejos del domicilio -un vecino de Torrevieja estaba a dos kilómetros- o turnarse un can para pasearlo en Alicante son algunas de las múltiples denuncias a dueños de animales. Fingir salir a la compra para hacer deporte o simplemente pasear, como un vecino de Elche que iba con una barra de pan duro, han sido objeto de muchas denuncias. La tolerancia cero con estos incumplimientos se mantendrá y el Gobierno insta al «cumplimiento escrupuloso del deber de quedarse en casa».