El parón de la actividad turística e industrial por el coronavirus ha provocado un descenso del 20% en el consumo global de agua en la provincia con puntas del 35% en Benidorm, pese a que aumenta un 5% el consumo en los hogares. La expansión del Covid-19 incrementa, sin embargo, el consumo de agua en los domicilios por cuestiones sanitarias -lavado de manos, duchas, limpieza del hogar-. En ciudades como Alicante cada vecino gasta 119 litros de agua al día, pero aquí hay que contabilizar todos los usos, tanto domésticos como industriales.

A nivel general, el consumo de agua está descendiendo por la paralización de la industria y la hostelería. Según datos de la Mancomunidad de Canales del Taibilla, el consumo en el territorio que abastece -toda la Vega Baja, Alicante, Elche, San Vicente y Santa Pola- ha caído en torno al 20% en lo que va de mes. De los 1,3 hm3 servidos la primera semana se ha pasado a 1 hm3 la semana pasada. En cuanto, a la comarca de la Marina Baixa, con Benidorm a la cabeza, el descenso medio es del 25%, con puntas del 35%, por ejemplo en Benidorm, según datos de Consorcio de Aguas de la Marina Baixa. En Altea el descenso es del 6%, del 8% en La Vila, 12% menos en La Nucía, 20% en Finestrat y 36% en Alfaz del Pi.

En cuanto al consumo de electricidad, desde Red Eléctrica de España solo se están ofreciendo datos globales de la Península Ibérica pero, según fuentes de la empresa, son extrapolables al comportamiento del consumo energético en la provincia de Alicante. La demanda eléctrica ha descendido en toda España un 7,1% en la semana del 16 al 22 de marzo de 2020 respecto a la semana anterior del 9 al 15 de marzo. Aunque el confinamiento sí ha disparado el consumo eléctrico en los hogares, también ha hecho caer drásticamente el consumo eléctrico del sector industrial, edificios públicos, centros educativos, instalaciones deportivas, comercio no prioritario y negocios de hostelería y hotelería. De ahí el importante descenso experimentado. También es significativa la reducción del consumo de gasolina y gasoil por las restricciones la uso del vehículo privado.

Donde sí se ha notado el aumento es en el consumo es en el gas butano. Los repartidores de botellas de butano se han incorporado en los últimos días en la provincia en esa especie de ejército de personas anónimas que velan porque el suministro de servicios básicos no se detenga. La demanda ha crecido de tal manera que durante el primer fin de semana de confinamiento, e, impulsadas por la psicosis a un posible desabastecimiento, las ventas crecieron un 300%. El nivel de solicitudes no ha caído durante la semana pasada se vendieron en la provincia unas 36.000 botellas de butano, 9.000 de ellas en la ciudad de Alicante, lo que supone un incremento del 30% sobre las ventas normales.

La gran expansión del gas natural no ha llegado a todos los hogares por lo que el butano sigue siendo básico. Los repartidores denuncian, por otro lado, que junto al personal sanitario son el colectivo más afectado por la expansión del coronavirus. No en vano, a las empresas de distribución no han llegado remesas de mascarillas debido a que la Administración central ha tomado el control de esta distribución. El esfuerzo está siendo también brutal en un colectivo cuyo trabajo ya es de por sí duro.