«Un país, una civilización, se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales». Es una frase atribuida a Mahatma Gandhi y que se corresponde -quizás- con una de las excepciones a la restricción de movilidad que más choca del estado de alerta: la autorización expresa para que los alimentadores de colonias callejeras de gatos sigan realizando su labor.

La dirección general de Derechos de los Animales, dependiente de la Vicepresidenta Segunda del Gobierno, aclaró el pasado día 15 de marzo que se puede hacer guardando las medidas de distanciamiento e higiene.

En la provincia de Alicante los colectivos que atienden a las colonias felinas no han modificado su rutina. Es el caso de los más de ciento veinte alimentadores que en Torrevieja siguen aprovisionando recipientes de agua y pienso seco a los animales. El Gobierno solo pide que esa labor se espacie en el tiempo. Que no sea diaria. Ana Llopis, responsable del Proyecto CES en Torrevieja, explica que no han tenido dificultades para darle continuidad a su labor. «Hicimos un sondeo entre los alimentadores y ninguno puso problemas», explica. Incluso continúan con ella personas que podrían considerarse de riesgo, mayores que no renuncian a su ocupación diaria y su encuentro con los gatos. «Vamos de uno en uno. Respetando las normas que indica el Gobierno. Uno se queda en el coche y otro repone. Lo hacemos rápido. Y si vemos gente lo dejamos. Limpiamos un poco la zona. Todo lo que sale al exterior desde las casas de los alimentadores, no puede volver a la casa. Tenemos que ser muy pulcros. Eso lo tienen claro. No nos han puesto problemas desde la Policía Local ni la Guardia Civil. Vamos identificados y muchas veces a horas intempestivas. También hemos avisado a la concejalía de que íbamos a seguir», explica .

En Torrevieja, referencia en la provincia en la atención de voluntarios a los felinos callejeros, las colonias están además señalizadas en la trama urbana, en los paseos marítimos como el dique de Levante o el Hombre del Mar.

«Guantes, desinfectante y medidas de higiene son habituales entre nosotros desde hace muchos años. Estos animales pueden transmitir enfermedades. Sabemos manejarnos», explica Llopis. También han continuado bajo la lluvia estos días.

En tiempos difíciles los «poco amigos» de los animales pueden considerar esta actividad superflua e innecesaria. Pero los gatos, que de distanciamiento social y limpieza ya saben un rato, han recuperado terreno en espacios públicos y paseos y solo esperan ahora el regreso de los humanos.