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CORONAVIRUS

Comida no perecedera y bocadillos calientes para los que menos tienen

Más de 400 familias de distintas zonas desfavorecidas de Alicante acuden al barrio Miguel Hernández a por lotes de productos para subsistir un mes mientras que los comedores sociales de Elche dan emparedados para llevar

Reparto de bocadillos en el comedor social de Los Palmerales, en Elche. antonio amorós

Más de 400 familias faltas de recursos han recibido alimentos de primera necesidad, en su mayoría no perecederos, en los últimos días en los distintos repartos realizados a pie de calle por la asociación de vecinos del barrio Miguel Hernández de Alicante, que también ha entregado comida a familias y vecinos de otras zonas desfavorecidas de la capital de la provincia, como Colonia Requena, Juan XXIII, Virgen del Carmen y Plaza de Argel; y a personas okupas y sin empadronar que han ido buscando algo con lo que abastecerse. En esta crisis sanitaria por la pandemia del coronavirus, la asociación solo ha pedido a estas personas que presentaran el DNI o algún otro documento acreditativo para poder certificar ante Cruz Roja, que aporta las donaciones de alimentos, cada entrega y que la ong lo pueda cotejar.

El reparto de alimentos se intenta adecuar a la cantidad de miembros de cada familia. El objetivo es que con las cantidades entregadas las personas que han recibido los alimentos puedan tener suficiente al menos para un mes de abastecimiento, «y que los niños y las personas mayores, sobre todo, no pasen hambre», apunta el presidente de la asociación de vecinos Sol d'Alacant, Lisardo Gabarre, coordinador del reparto. Sin embargo, la entidad vecinal alerta de que habrá casos en que la comida se les termine antes, sobre todo a las familias numerosas, por lo que de nuevo se creará la necesidad. Los lotes están formados básicamente por aceite, cajas de garbanzos, menestra de verduras, leche, galletas, atún, sardinas en aceite, espaguetis, tomate frito, plátanos del Banco de Alimentos, latas de jamón de york, y potitos para los niños.

Después de diez días de reparto, la asociación se plantea finalizar esta tarea para prevenir un contagio ante el pico de coronavirus. De todos modos, hacen un llamamiento a la donación de mascarillas y guantes para poder atender a los vecinos si fuera de nuevo necesario. Gabarre alertó de la escasa colaboración de otras entidades y colectivos, pues asegura que no han ido al punto de reparto del Pla de la Vallonga a recoger los alimentos para sus beneficiarios, a lo que atribuye la llegada de familias de otros barrios buscando comida.

Según dijo, han hecho más de 80 entregas de lotes de productos a personas que no estaban en los listados. La asociación del Barrio de José Antonio reclama un plan especial de entregas de alimentos para evitar la picaresca.

En Elche numerosas personas aguardan desde las 12 del mediodía para que los comedores sociales de Carrús y Los Palmerales abran sus puertas. El Ayuntamiento reparte a través de estos centros 80 comidas diarias a aquellos que no tienen recursos para poder alimentarse. Así lo hace todo el año, pero desde hace una semana la pandemia ha obligado a adaptar también este servicio municipal. Ya nadie puede entrar a comer dentro de las instalaciones. Los platos de comida se han sustituido por bocadillos calientes para llevar. «Antes se les daba un plato caliente y un bocadillo frío para la merienda, ahora hemos tenido que hacer un cambio por seguridad para evitar aglomeraciones», explica el edil de Servicios Sociales, Mariano Valera, quien advierte que «las situaciones de emergencia y la pobreza no entienden de coronavirus».

En un principio, el Ayuntamiento se planteó que estas personas se pudieran llevar la comida en tapers pero finalmente optó por los bocadillos, uno caliente y otro frío, para evitar tener que hacer una compra importante de envases de plástico.

La alerta sanitaria está sacando a la luz la difícil situación en la que viven muchas personas en Elche, quizás más de las que se pensaba. El albergue provisional que habilitó el Ayuntamiento en el pabellón de El Toscar para una quincena de usuarios ha alcanzado las 69 plazas. La previsión inicial de Servicios Sociales era alcanzar las 30 personas como máximo y se ha superado con creces.

DYA y Servicios Sociales trabajan sin descanso para atenderlos a todos, facilitarles comida, tomarles la temperatura tres veces al día, realizar actividades y aprovechan para analizar la situación de riesgo de cada uno para buscarles una alternativa habitacional cuando esta crisis finalice. Son personas que vivían en la calle y que con las restricciones de salir a la vía pública han acudido en masa a buscar cobijo a este polideportivo que ya no admite a más gente. Desde hace una semana, Cáritas tampoco permite entrar a nadie más. Está al límite. El albergue está recibiendo muchas donaciones de empresas y de particulares. Como ejemplo, los 40 colchones de Valentín Sánchez, pizza de Telepizza o mascarillas y geles de la comunidad china.

También el espacio preparado por el Ayuntamiento de Alicante en el pabellón de Florida de Babel se ha visto desbordado por la llegada de sin techo de toda la provincia. En el barrio de San Gabriel hay además un comedor social que da comida por turnos.

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