Atrapados en sus casas sin comida ni los productos más básicos de higiene. Así se encuentran hasta 400 familias en la zona norte de Alicante, según denuncia la asociación de vecinos de Colonia Requena. Se trata de familias que generalmente viven al día de lo que sacan de la recogida de chatarra o de la venta ambulante. Desde hace semana y media viven confinadas en sus casas, sin poder ganarse su sustento diario y sin nadie que les ayude.

«Nos hemos puesto en contacto con la Concejalía de Acción Social y todavía no han hecho nada y en las entidades benéficas les piden un montón de papeles y tampoco les garantizan que vayan a tener los alimento de inmediato», lamenta Antonio Colomina, presidente de los vecinos de Colonia Requena.

Colomina asegura que la situación de estas familias es desesperada. Familias como la de Jonny Moreno, con cuatro hijos menores de edad, estos días no tienen qué echarse a la boca. «Vivo del reciclaje y cada día saco 10 ó 20 euros que nos sirven para tirar ese día. Desde que estamos aquí encerrados no tengo ingresos», lamenta este vecino. Asegura que ha acudido a una entidad benéfica, «pero de entrada me hicieron llevar un montón de papeles. Después me dijeron que me darían comida, pero que aún tardarían una semana». En esta situación, la familia subsiste gracias al pan y la leche que les proporciona la madre de Moreno «y lo que me dan fiado en una tienda que hay en el barrio, donde me conocen». En estos días, la asociación de vecinos, con la ayuda de una asociación gitana, la mezquita, la iglesia de Juan XXIII y los colegios de la zona han enviado a Acción Social una lista de 400 familias que están atravesando por dificultades, «pero todavía no han movido un dedo por ayudarles».

La Policía Nacional de Alicante visita el barrio de Juan XXIII para repartir alimentos

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Solo en Juan XXIII segundo sector, uno de los barrios más pobres de España, se calcula que hay 150 familias en una situación desesperada, como relata Nicandro Pérez, párroco del barrio. «Son personas que no tienen nada de nada, que subsisten de lo que encuentran en los contenedores o de lo que sacan pidiendo en los supermercados y ahora ni siquiera tienen esa posibilidad». Este cura afirma que a diario recibe cantidad de llamadas de gente pidiendo ayuda, lo que le genera gran impotencia, ya que él tampoco puede moverse de su casa. «Cada situación es un drama. Hay casos de dos familias que viven juntas y encerradas en un piso de 60 metros cuadrados, imagínate cómo puede ser la convivencia».

Casas, muchas de ellas, ocupadas de manera ilegal y sin las condiciones más básicas de habitabilidad. «Los niños tienen asma de la gran cantidad de humedad que hay en estas casas, lo que se suma a otros problemas como la diabetes por la mala alimentación que llevan», lamenta el párroco. Tras diez días de encierro, hay familias que carecen de pañales y comida para sus bebés, «porque si algo hay en este barrio son niños». Igual que en Colonia Requena, Nicandro Pérez afirma que las familias tratan de ponerse en contacto con entidades benéficas para que les den alimentos, «pero les dicen que debe esperar semanas».

La crisis desatada por el coronavirus ha vuelto a demostrar, lamenta el párroco, «que este barrio es invisible, no interesa a nadie, los marginados siempre son los últimos».

El bipartito afirma que se están «tramitando las peticiones» tras descartar picarescas

La izquierda reclama medidas urgentes para hacer frente a uno de los problemas derivados de la crisis sanitaria por el coronavirus

El gobierno municipal de Alicante, liderado por el popular Luis Barcala, asegura que están atendiendo las peticiones de ayudas urgentes que están llegando a la Oficina Municipal de Emergencia Social, creada por decreto hace una semana para intentar dar respuesta a las «situaciones de precariedad y a las necesidades de asistencia por la crisis social que puede desatar la expansión del Covid-19 en la ciudad de Alicante».

Aunque la concejala de Acción Social, Julia Llopis (PP), no atendió ayer a la llamada de este diario, trasladó al departamento de comunicación del Ayuntamiento que el ejecutivo local está «tramitando las peticiones a través de la Oficina Municipal de Emergencia Social», que previamente se «está comprobando que cumplen». Es decir, tras descartar picarescas.

La desesperada situación que atraviesan familias alicantinas que hasta ahora se mantenían gracias al dinero conseguido en mercadillos o vendiendo chatarra, y que se han quedado sin ingresos tras la declaración de alarma y el consecuente confinamiento obligatorio, se puso esta semana sobre la mesa en la primera reunión de la Junta de Portavoces. Así lo anunció el portavoz de Compromís, Natxo Bellido, quien evidenció la «preocupación» de su formación por la «necesidad de muchas familias, especialmente de la Zona Norte, de recibir en estos momentos alimentación, comidas, de forma urgente». Según Bellido, se trata de «familias que no estaban en listados previos de receptores de ayudas pero que ahora, el parón de la actividad económica, les supone no tener ingresos y se necesitan de una forma urgente ayudas en el tema de abastecimiento y de comidas».

Desde el PSOE, el portavoz, Francesc Sanguino, no ocultó ayer tampoco su preocupación por la situación que están viviendo familias de la Zona Norte que, hasta la irrupción del coronavirus, podían mantenerse con sus ingresos y que han pasado a tener serias dificultades para comer. «Vamos a pedir máxima protección en grupos sociales que no disponían de ninguna cobertura y que ahora están en un serio riesgo de hambruna», señaló Sanguino.

Por su parte, para el portavoz de Unidas Podemos en el Ayuntamiento de Alicante, Xavier López, la situación en la Zona Norte "es de extrema urgencia ya que muchas familias han visto reducidos sus ingresos hasta cero y ahora dependen por completo de la administración". Por ello, pide al Ayuntamiento que "agilice el proceso para dar respuesta a estas personas que no pueden permitirse esperar a que se resuelvan los trámites".

Según la edil de Acción Social, estas peticiones de ayuda ya se están tramitando desde la Oficina Municipal de Emergencia Social que se creó hace apenas una semana por decreto del alcalde para «centralizar todas las ayudas a las personas mas vulnerables». El órgano está presidido por la edil de Acción Social, la popular Julia Llopis, y tiene como «número dos» a la concejala de Inmigración, Cooperación y Voluntariado e Igualdad, María Conejero (de Ciudadanos). Además cuenta con miembros técnicos de Acción Social, Inmigración, Educación, entre otras áreas municipales. También forman parte de la oficina representantes de Protección Civil y de la Policía Local de Alicante.