Treinta y nueve españoles que, en su mayoría, estaban de vacaciones en Bali (Indonesia) acaban de regresar a consecuencia de la pandemia del coronavirus tras más de 32 horas de viaje en un avión que ha hecho escala en Tailandia, India, Rusia y Lituania antes de aterrizar en Alicante esta mañana a las 10 a bordo de la compañía Avión Express cuyo último despegue se produjo en Vilnius, capital de Lituania, una de las pocas operaciones hoy en un aeropuerto ahora desierto. En los pasajeros la hija del exdirector del aeropuerto, Tomás Melgar estudiante de Medicina en Lituania y una joven de La Nucía, a la que la crisis le pilló trabajando en Australia.

Los repatriados, que ya se dirigen a sus domicilios repartidos por todo el país, han llegado a bordo de un vuelo chárter que, poco después de tomar tierra, ha regresado a la capital lituana, Vilna, con un pasaje repleto de turistas lituanos que estaban en la Cosa Blanca.

Además de los 39 españoles que estaban en la paradisiaca Bali, en el aparato han viajado 31 españoles que residían en Vilna, la inmensa mayoría estudiantes del programa Erasmus, por lo que el número de viajeros se ha elevado a 70.

María, una madrileña de 48 años que estaba de vacaciones junto a su pareja en Bali desde el pasado día 5 y que ha salido a la zona de llegadas con mascarilla, no ha podido ocultar a Efe la alegría por volver a estar en España -"por fin, ha sido un viaje largo pero es fenomenal"- después de muchos días de "angustia" y "desesperación" tratando de conseguir un billete de avión.

Tras una parte del viaje de relax, ha comentado que decidieron adelantar el regreso porque "allí se empezaba a cerrar todo" y desde hacía poco más de una semana daba la sensación de que "todo se venía abajo". Además, en caso de enfermar por coronavirus, preferían hacerlo en España porque en Bali los seguros médicos "no cubren" y porque confían más en la atención sanitaria española, un argumento que han repetido muchos de los pasajeros recién aterrizados, según informa EFE.

"Angustia" ha admitido que ha sentido en los últimos días otra madrileña, Teresa de 28 años, para quien el regreso ha sido una "horrible" tras días de "miedo por estar a miles de kilómetros y ante el riesgo de que te pasara algo".

La historia de Adriana, de 28 años y Tenerife, y su amiga Andrea, de 23 y La Nucía es más enrevesada porque trabajan en Australia de camareras y habían salido a Indonesia de vacaciones cuando les sobrevino el cierre de fronteras, y se han visto forzadas a regresar antes de su intención inicial, que era el próximo verano.

Adriana ha señalado que en Bali se empezaba "a cerrar todo" y se está a punto de iniciar una cuarentena, lo que hace que haya mucha "incertidumbre". Ha explicado que ha tratado de estar lo más aislada posible para tratar de no contagiarse del Covid-19 porque cuando llegue a casa, en Tenerife, estará con sus padres, que son mayores.

Antes de eso estará un breve tiempo en La Nucía, en casa de su amiga Andrea, quien ha lamentado la falta de apoyo del Gobierno para la repatriación y el hecho de que cada pasajero haya tenido que pagar cerca de mil euros para entrar en el vuelo.

Por su parte, una barcelonesa de 42 años, Adriana, que estaba en Bali trabajando porque es diseñadora de joyas, ha explicado que su familia y amigos desde aquí le trasladaban que ella "estaba en el paraíso, pero no: ha sido un infierno".

"Volvemos con mucha carga emocional" ya que, ha sostenido, en Bali se han sentido "abandonados" por las autoridades españolas y deseaban hasta el extremo regresar, algo que ha dicho todavía esperan "muchos" compatriotas que no han entrado en el avión.

El aparato ha sido un Airbus A321 con 220 asientos y 44,51 metros de largo es de medio alcance y, según ha explicado la tripulación a los pasajeros, eso obligaba a hacer escala cada 5.000 kilómetros para repostar, lo cual se ha efectuado en Tailandia, India, Rusia y Lituania durante las más de 32 horas de periplo.

La llegada estaba prevista para las 2.50 horas pero unos problemas técnicos detectados en la última parada, en el aeropuerto internacional de Vilna, ha hecho que se tuviera que cambiar de aparato y finalmente la llegada a España se ha producido a las 10.35 horas.

Entre los jóvenes Erasmus ha llegado Claudia, de 22 años y de Santander, a quien esperaba en el aeropuerto de Alicante-Elche su padre, Pedro, tras recorrer por carretera 900 kilómetros. Claudia ha relatado que estudia en Vilna Administración de Empresas (ADE) desde el pasado agosto y que ha regresado porque, a causa del virus, había "mucho lío" y, junto a sus padres, ha pensado que aunque allí hay menos riesgo de contagio, en caso de producirse prefiere "estar en casa" y ser atendida por la Sanidad española.