Tranquilidad relativa en una jornada, la de ayer, que se preveía tumultuosa por la voluminosa programación de vuelos de salida en el aeropuerto de Alicante-Elche. Ochenta aviones despegaron a lo largo de la jornada trasportando en su interior a cerca de 12.000 extranjeros, una buena parte turistas, que aún permanecían en la provincia a pesar del Estado de Alarma en el que se encuentra España desde el pasado domingo.

La clave para que el trasiego de la multitud por la terminal no degenerara peligrosamente en caos, disputas y aglomeraciones en las colas de embarque y facturación estuvo en la notable presencia de agentes controlando en todo momento la situación. A los integrantes de la Policía Nacional y de Aduanas se unieron ayer, además, agentes de la Policía Judicial de Elche ataviados con sus característicos chalecos identificativos al tener que desempeñar su labor, por reglamento, de paisano.

Entre todas las unidades, triplicaban la presencia convencional de patrullas en la terminal en un día normal. Desplegados por todo el recinto, los servidores públicos mantuvieron bajo control a los 12.000 pasajeros que regresaron a sus países de origen de forma jalonada. Los agentes se ocuparon de evitar aglomeraciones, de que se respetara la distancia de seguridad entre personas para minimizar en la medida de lo posible la propagación del Covid-19. Solo la aerolínea inglesa Jet2.com envió ayer 17 aparatos vacíos para recoger a sus compatriotas. El resto de vuelos que aterrizaron en el aeropuerto alicantino lo hizo semivacío.

Cancelaciones

Otro factor determinante para prevenir el posible caos dentro del recinto en una jornada crítica para la seguridad sanitaria fue el anuncio con la suficiente antelación de las cancelaciones de los vuelos, circunstancia que impidió la presencia de viajeros varados en la terminal sin avión y sin hotel. El flujo de salidas (solo el viernes fueron cerca de 300 los argelinos repatriados, por ejemplo) se prolongará hasta el martes 24, día fijado por la mayoría de compañías (entre ellas Ryanair), para detener su tránsito de raíz.